Historia de Venezuela, Tomo I. Aguado Pedro de
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Название: Historia de Venezuela, Tomo I

Автор: Aguado Pedro de

Издательство: Public Domain

Жанр: Историческая литература

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СКАЧАТЬ su principio se dize que fue riguroso con la gente, y algunos ministros de justicia que tuvo causaron que se afrentaran muchos españoles.»

      Segun Oviedo y Baños, Alfinger fue sepultado «á seis ó siete leguas de distancia de la ciudad de Pamplona, que despues poblo Pedro de Ursua, cuyo sitio, por haber sido donde la muerte puso término á la bárbara crueldad de aquel tirano, mantiene todavía el título de su nombre, siendo comunmente conocido por el Valle de Micer Ambrosio, aunque el coronista Herrera, contra la evidencia de una verdad tan clara, pone esta muerte en Coro, por yerro conocido de las relaciones que le dieron para formar su historia». (Historia de Venezuela, t. I, cap. VIII.)

      Como se observa fácilmente, contrasta el juicio que Alfinger merece á Pérez de Tolosa, con el que consignan los demás historiadores, y dada la respetabilidad de aquél y el crédito que merecen sus informes, cabe sospechar que los otros exageraron en sus relatos, dejándose llevar de informes apasionados y parciales, dictados, tal vez, por la odiosidad que producía su condición de extranjero. Del relato del Padre Aguado puede deducirse que Micer Ambrosio comenzó portándose bien, pero que luego dejó hacer á sus tenientes y soldados, naciendo de aquí su fama de crueldad.

      CAPITULO DOZE

      Como muerto Miçer Ambrosio fue eleto por capitan Juan de San Martin, y prosiguiendo su jornada fueron a dar donde Francisco Martin estava preso o cavtivo, y tomandolo consigo salieron a la civdad de Coro.

      Muerto Miçer Ambrosio, no dexo de cavsar su muerte alguna discordia entre sus soldados, porque como por su avsencia les era forçoso nombrar capitan o persona que los tubiese y llevase en justiçia, pretendian algunos este cargo, avnque no lo osaban publicar ni declararse en ello, mas de estorvar la elacion que los mas querian hazer, y al fin, viendo que de la tardança desta elacion y nombramiento se podia seguir entre ellos mesmos perpetuas discordias que fueran cavsa de su final destruyçion, avinieronse vn dia todos de conformidad, asi los que pretendian el cargo como los que lo aborreçian, y nombraron por su capitan, para seguir su54 jornada, a Juan de San Martin(A), el qual açeto el cargo y començo a proseguir su viaje por la propia derrota y via que Miçer Ambrosio lo llevaba encaminado; y saliendo deste valle de Chinacota o de Miçer Ambrosio, fue a dar consigo a donde agora dizen los llanos de Cucuta, que son vnas tierras mal pobladas que agora sirven de criaderos de ganados a los vezinos de Panplona y a los vezinos de la billa de San Cristoval, por estar en medio de los confines destos dos pueblos; y de aqui, teniendose a la mano derecha del rrio de Panplona, que muy cavdaloso entra en la culata de la laguna de Maracaybo, como antes de agora he dicho, fueron caminando a bista del propio rrio hacia la laguna, porque siguiendo esta gente esta derrota fueron a dar sin pensarlo a la provinçia donde estaba Francisco Martin, soldado que escapo mediante su buena yndustria de los que se perdieron con Gascuña.

      Dire aqui lo que a este Françisco Martin le subçedio desde que entro en poder de yndios hasta que fueron estos españoles a dar con el.

      El caçique o señor de aquella provinçia, abiendo ya açetado en su serviçio o en su casa a este Françisco Martin, como por cosa de grandeza, para que fuese visto de todos sus sujetos, segun se a dicho, tratabale bien y no consentia que se le hiziese mal ninguno, que era harto buena propiedad para las demas gentes de las Indias, las quales son en si tan crueles e ympias que avnque no coman carne humana no pueden acabar consigo de tener bibo ningun prisionero español que a las manos ayan.

      Usando desta clemencia que he dicho, este prinçipal con este Françisco Martin, los yndios y sujetos deste caçique, quando su señor se yva fuera del pueblo, tenian por pasatiempo a este español, y vsando con el de muchas maneras de juegos, le trataban muy mal: entre los quales dire aqui vna bien mala burla. Atabanle estos barbaros dos cabuyas o cuerdas a los pies y hazianle que saltase todo lo que pudiese, y en estando el pobre honbre en el ayre tirabanle de los cordeles atras y hazianle dar de hoçicos o de colodrillo en el suelo, y de quanto contento rreçebian los yndios en ver esto entiendo que nuestro español tenia de daño y tristeza. Y ciertamente el pobre honbre pereçiera en estos pasatiempos sino fuera faboreçido de vna hija del propio señor ó caçique, que le era afiçionada mediante aberse rrebuelto con ella carnalmente. Esta le quitaba destos pasatiempos y otros semejantes con que los yndios se holgaban; y conservandole la bida hizole que siguiese los trajes y maneras de bivir de los yndios y que ymitase todo lo que viese, que con esto contentaria al caçique su padre y a los demas yndios. El Francisco Martin se dio tan buena maña que ni traya rropa sobre su cuerpo ni daba lugar a que le naçiese pelo en la barba ni en las otras partes ynferiores, y vsaba las armas y los otros exerçiçios y avn creo que ydolatrias de los yndios y el comer hayo y cal, que es vna costunbre muy general entre yndios y muy vsada; y avn despues de salido de entre estos yndios lo vsaba muchas vezes, porque se le abian asentado y encaxado tan bien las cosas de los yndios que el las tenia por naturales y ellas a el por hijo; y finalmente, el salio tan buen mohan o fisico que dio a entender a los yndios que sus curas eran sobrenaturales, y asi acudian a el con los enfermos como si en el hallaran toda la sanidad que buscaban; y visto esto, el caçique, y entendido el amor que su hija le tenia, acordo de casallos, y puniendolo en efecto congrego sus gentes conforme a su costunbre para celebrar bodas, a los quales pesaba de ello, por pareçelles que abia de pretender el Françisco Martin mandallos, porque antes deste tiempo abian visto en el señales de muy atrevido. Las bodas se çelebraron, y dende en adelante començo nuestro desposado a mostrarse mas grabe y hazerse temer de los yndios, y a seguir sus gerras y parçialidades, y señalarse y abentajarse en las guerras que los yndios de su pueblo tenian con otros, en manera que los mesmos naturales, de su voluntad, le binieron a nonbrar por su capitan, con lo qual començo a estremarse mas con los yndios y a querellos subjetar y gobernar diferentemente de como solian en su antiguedad hazello.

      Los yndios, por esto y por otros agrabios que este Françisco Martin les hazia, secretamente se amotinaban contra el, y su muger, como era enparentada, luego le daba abiso de ello, y el mediante alguna mas yndustria que tenia de la que los yndios en semejantes hechos suelen tener, los esperaba a que viniesen, y procurando ganalles por la mano en el acometer los descomponia, y luego o mataba a los mullidores del motin o los apaciguaba y contentaba; y con estos ymbustes y otros ardides de que vsaba ya no abia quien osase tomar armas contra el, y asi bibia y poseya paçificamente lo que tenia, y vnos por amor y otros por temor no hazian los yndios mas de lo que el queria.

      En efeto, este hombre, en todo y por todo, seguia todas las costumbres, rritos y çerimonias de los yndios, y tubo dos o tres hijos en su muger, por quien despues sospiraba. En esta bivienda bivio este hombre casi tres años que obo desde que Gascuña se perdio con el oro hasta que la gente que quedo de Miçer Ambrosio aportaron a esta provinçia, que es lo que agora proseguiremos.

      El capitan Juan de San Martin, con los demas soldados, fue caminando algunos dias por la derrota que he dicho, y como esta era la primera vez que los naturales que en las comarcas deste rrio de Panplona estaban poblados, abian bisto gentes españolas y caballos, no osaban vsar de las armas contra ellos ni resistilles el camino, como despues hizieron al capitan Alonso Perez de Tolosa, hermano del governador Tolosa, que lo hizieron bolver atras, segun que adelante contare en su lugar. Metido en algunas jornadas el rrio abaxo el capitan Juan de San Martin con su gente, reconocio la laguna de Maracaybo, y biendo quan cerca estaba de Benençuela animose la gente por dar conclusion a su perigrinaçion, y pasando adelante, ya que estaban junto a la propia laguna, hazia la parte do esta poblada Merida, açercaronse a la provinçia y poblaron donde estaba Françisco Martin convertido en yndio. Los yndios luego dieron notiçia de como españoles se acercaban a su tierra. El Françisco Martin, temiendose que por aquellas nvebas, de consentimiento de su suegro no le hiziesen algun daño, dixoles que el era yndio y que aquellos españoles lo trayan forçado o cautibo y quel se abia huydo de ellos, que le diesen la gente de gerra que en el pueblo abia y que el mataria a los españoles y los desbarataria. El cacique y los demas sujetos, creyendo ser asi lo que su yerno decia, adereçaron sus armas y gentes para yr a dar en los españoles, los quales ivan marchando hazia aquella provinçia donde el Françisco Martin estaba, bien quitados de que les subçediera tam bien aquella derrota, СКАЧАТЬ



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En la edición de Caracas, la en vez de su.