Название: Diario de un adolescente precoz colombiano
Автор: SAMC
Издательство: Bookwire
Жанр: Зарубежная психология
isbn: 9788468563749
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Al haberme descubierto, le tuve que confesar que su boca me encantaba, le besé mientras le tocaba la polla y él mi culo. Luego hubo un silencio en la habitación y me invitó al salón a ver TV, me dijo que me pusiera cómodo, así que me quedé en ropa interior, igual que él.
Viendo nuestro canal preferido, Fox Kids, él puso mi mano en su pierna para que le acariciara y lo hice, porque lo deseaba, para luego besarnos un largo tiempo. Era la primera vez que podía sentir “amor” por un chico y no solo morbo, porque deseaba que no terminase ese día, me di cuenta de que él me gustaba más que Carlos José y esa tarde se lo demostré, después del beso, él se quitó el bóxer, me puso el culo y me pidió que le metiera la polla.
Yo era primerizo en sexo anal, así que por mi falta de experiencia solo sabía que había que ponerle saliva y dejar que entrase, demoramos horas en corrernos y parecíamos dos novios disfrutando de las caricias, besos, mientras yo le follaba muy lentamente el culo, hasta que después de casi dos horas, me corrí en su culo, a continuación, aún con mi polla en su culo, él se masturbó y se corrió dejando caer el semen por la suya y por los huevos, nada más sacársela, me acerqué y se la mamé, aún con su semen y luego le besé la boca.
Esa tarde me perdí una fiesta, pero estaba feliz de haber ganado un cómplice, sabía que volvería a ocurrir, porque sabía que nos había gustado a los dos, acabamos la tarde hablando de las chicas y le confesé parte de mi historia y él la suya, luego pidió unas hamburguesas y cenamos juntos en su casa. Después me llevó a mi casa.
Pasó algún tiempo y Luis se alejó de mí, nunca más volvimos a hablar, yo me alejé de los amigos, porque siempre se burlaban de cómo vivía, así que dejó de interesarme su amistad y también me dejaron de importar los estudios.
En los días siguientes estábamos sentados en la puerta de nuestra casa que estaba sobre la avenida principal y pudimos ver que pasaban muchas camionetas conocidas, con múltiples señales de disparos y sangre saliendo por su puerta, pero detrás venían otras camionetas que pararon en nuestra puerta, se dirigieron hacia mi madre diciéndole que se marchara del pueblo, pues si no lo hacía, podíamos correr el riesgo de que nos mataran a todos.
Esa noche casi no pudimos dormir del susto y sin contar que mi madre era prima de Don William Andrés Valencia Espinoza, que nos hacía más vulnerables, porque no contábamos con ninguna seguridad. Por la mañana mi madre se fue a casa de Leidy y esta le dijo que todos teníamos que irnos del pueblo, sin preocuparse de nuestro futuro, ella y Don William, junto con su madre, se marcharon y nos dejaron solos en Zarzal.
Fueron días de mucha angustia, mi madre había pactado con Rosalba que le pagase un dinero y así mamá le traspasaba nuestra casa, pero Doña Rosalba no lo cumplió y de esa manera se adueñó de nuestra casa y le enviaba dinero a mi madre, que nos servía solo para comer. A los pocos días apareció un hombre llamado Ramiro, había venido antes por casa, pero nunca le tomé en cuenta, pues no significaba nada para mí, pero una tarde vino y habló con mi madre durante horas.
Al finalizar la conversación nos comunicaron a mi hermana y a mí, que nos regresábamos a Cali, a vivir en Jamundí y que Ramiro iba a ser nuestro padrastro, eso provocó en mí un rechazo, pero no hubo opción de elegir pues era una decisión tomada por mamá.
Así que mi madre se regresaba primero con mi hermana Vanessa y las gemelas, dejándolas con su madrina en Remansos de Comfandi, yo me quedaría en casa de una amiga en Zarzal, para así tener tiempo de recuperar mis notas y ella se fue con Ramiro a Jamundí a buscar casa, para después irnos todos a vivir allí.
Donde me había dejado mamá, a mí me gustaba, porque la señora me daba comida a cambio de lavar los platos del restaurante y además tenía un hijo que me gustaba mucho y que era primo de Leidy. Se llamaba Óscar Marino y era el chico más loco, también guapo y vestía siempre con ropas caras, así que imaginaba la idea de que algo podría descubrir de él.
Al llegar por la noche a su casa, su madre me recibió y me enseñó mi habitación, yo ya conocía a Óscar, no hizo falta presentaciones, pasó por mi lado y me saludó.
Me tocaba madrugar para ir a estudiar, después del colegio debía ir a comer a una fundación, luego bajar de nuevo para ir a la casa de Óscar. Hasta que un día Óscar y yo estuvimos solos en la casa.
Esa tarde, su madre tenía que permanecer más tiempo en el trabajo con su padre, estaba yo llegando de la fundación y al abrir la puerta, Óscar estaba sentado en el sofá del salón totalmente desnudo y masturbándose, me encantó verle y fue mayor mi sorpresa cuando él me dijo: “Siéntese y hágase usted su paja”, le hice caso y antes de estar sentado ya tenía mi polla dura, pues me había dado muchísimo morbo aquella escena.
Óscar tenía las piernas como un futbolista, su culo grande y con algo de vello que le hacía más sexy, pude ver el pectoral marcado y su rostro fijándose en mi polla y yo en la de él. Luego me miró a la cara y me dijo: “Tremenda verga huevón*” y me dijo directamente: “Vos ya has chupado verga”, le dije que sí, se puso a reír y me pidió si me la podía chupar y respondí que sí.
Me chupó la polla como nadie hasta el momento, se pegó a ella como si no hubiese un mañana y me encantaba ver a ese macho, así de rendido por la polla que tenía, él no la tenía muy grande, pero proporcionada a su cuerpo y mientras me la chupaba pude ver como soltaba la leche que salía de su polla y en el preciso momento en que me estaba corriendo en su boca, llegó su madre y su padre. Vieron aquella escena, echándole mi leche en su boca, quedamos devastados y su madre se fue a mi habitación, cogió mis cosas y me llevó a casa de mi hermano mayor que vivía cerca.
En el camino la señora solo me decía: “Yo sabía que usted era el demonio, pero hacer lo que ha hecho es lo peor. Corromper a un macho como mi hijo, es el colmo”. Yo no podía negar nada, porque nos había visto, pero le respondí: “Nos ha visto a los dos, así que como él es mayor y no un niño como yo, no es como para que usted me esté diciendo esas maricadas”, la señora se asustó y me dijo que me fuese solo y ella se regresó a su casa.
Tuve que esperar mucho tiempo en la puerta de la casa de mi hermano y mi abuelo, pues ninguno estaba en casa. Cuando llegaron, no daban crédito de que estuviera allí, me dieron comida y yo no les quise contar por qué me habían sacado de esa forma y tampoco creía que la mamá de Óscar por vergüenza dijese algo al respecto. Así que me quedé callado y al día siguiente llamé a Don Hernando, para que me mandara dinero para irme a Cali y pedirle que me dejara quedarme en su casa, mientras mi mamá encontraba casa para nosotros.
Morbos en Sameco y mi padrino Don Hernando
Don Hernando me envió un dinero y con eso pude ir a su casa y pagarle mi estadía trabajando. El día que llegué, él y su familia me recibieron muy bien, pero según pasaron los días la cosa cambió.
Me gustaba ir a trabajar de noche, siempre me gustó la vida de la noche, era más divertida y con posibilidades de correr algún riesgo de los que me gustaban. Siempre que podía, me metía por las calles que yo sabía que había alguien follando, solo para poder tener el placer de ver como lo hacían y así muchas veces, eso dio pie a que las putas y los travestis que me veían, vinieran al negocio, quizás para curiosear al que les espiabas y me pusieron el apodo “Bebé”.
Así que cada noche, no había ni una prostituta que no pasara a preguntar por mí y comprarme el desayuno, СКАЧАТЬ