Название: Diario de un adolescente precoz colombiano
Автор: SAMC
Издательство: Bookwire
Жанр: Зарубежная психология
isbn: 9788468563749
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Un día mi madre llegó con buenas noticias, pues se había reencontrado con su mejor amiga de la infancia, esta le dijo que su hija Leidy era la amante desde hacía varios años, de un primo de mi madre, que era unos de los capos del norte del valle, mi madre se alegró de ver a su amiga y gracias a ella, mi madre pudo contactar con Leidy.
Cuando mamá la localizó, nos invitó a su apartamento, allí pasamos todo el día, sin duda fue un día especial, ella se encargó de que estuviésemos bien atendidos. Leidy le propuso trabajar en su casa y mi madre sin dudar aceptó, así que dejé el trabajo en Sameco y empezó a irnos bien en casa.
Mi madre trabajaba y ganaba un buen salario, mientras mi hermana y yo nos dedicábamos a estudiar y a ayudar en casa para que todo marchase bien. Yo en especial le pedía a mi madre que me llevara los fines de semana a trabajar con ella, pues me encantaba estar en ese apartamento y escapar de mi realidad.
Un día mi madre nos llamó al teléfono de Mariela, que era nuestra vecina y nos dijo que alistáramos* ropa y tomáramos un taxi hacia Sameco, porque Leidy nos había invitado a su chalet del Lago Calima y pasaba por Sameco a buscarnos.
Mi hermana y yo, no sabíamos bien qué era el lago Calima, así que alistamos* ropa sencilla y nos fuimos vestidos como si fuésemos a ir a un río, al llegar, mi madre y Leidy nos regañaron porque parecíamos gamines*, a Leidy le dio vergüenza que esos cuatro niños pobres se subiesen a su gran camioneta Ford, ya que por donde ella pasaba, todos la admiraban, por su porte elegante y por su belleza, también por sus joyas, que le hacían más sorprendente y sobre todo su ternura que hacía que la amaras.
En ese mismo momento Leidy dio media vuelta y nos llevó al Centro Comercial Chipichape, allí mismo se gastó 5.000.000 pesos en ropa nueva para todos y botó* a la basura toda la que habíamos llevado, fuimos el centro de atención aquella tarde, pues íbamos con muchos escoltas, cada uno llevaba nuestras bolsas y al terminar nos fuimos hacia el Lago Calima.
Ese viaje para mí y mi familia fue muy especial. Al llegar allí, mi hermana y yo nos dimos cuenta de que no era ningún río al que íbamos, era un lago precioso rodeado de montañas, más bien era un lugar de ensueño. Era una casa gigante, y cuando digo gigante, es que era gigante, tenía piscina, sauna, una cancha de fútbol y otra de tenis, discoteca y también caballerizas, era como si estuviéramos en una película.
Esa noche, Leidy abrió la discoteca y empezó a beber, mi hermana y yo estábamos felices, ese día bailamos toda la noche y Leidy bailaba con nosotros, estaba feliz de vernos alegres. Hasta que todos nos fuimos a dormir, yo no quise dormir y como cada uno teníamos nuestra propia habitación preferí estar fuera y disfrutar de cada sitio.
Mi primera eyaculación
Mientras todos dormían, pude ver a Leidy salir de su habitación y fue a la discoteca donde estaba uno de sus escoltas, Martín, y yo sin que se enteraran, empecé a espiarles, ya que estaba seguro de que algo iba a pasar esa noche.
Vi como Leidy se abalanzó a su escolta, cogiéndole la polla y besándole, para luego quitarse la ropa. Él estaba muy nervioso. Pude ver como poco a poco la polla se le ponía dura, cada vez que Leidy se la chupaba y noté que ella era una experta.
Viendo como follaban los dos, observé que su escolta se la estaba follando por el culo y escuché como Leidy le decía: “Reviéntame el culo”, mientras se sentaba en su polla.
Entre tanto yo me estaba masturbando, pero luego pude sentir una respiración detrás de mí. Me asusté muchísimo, era otro de sus escoltas que seguro que al igual que yo, siguió a su compañero. Él me tapó la boca y me dijo que no hiciera ruido. Se agachó y pudo ver lo que yo también estaba viendo en ese momento, luego me cogió de la mano y me llevó hacia las caballerizas.
Estaba asustado, pero también cachondo, la sensación de no saber qué quería ese escolta y hacia dónde me llevaba, me hacía pensar que seguro quería hacerme algo malo.
Al llegar a allí, vi una mesa con un polvo blanco, licor y cigarrillos, él me preguntó que si quería algo y le pedí un cigarrillo y aunque nunca había fumado, quería probar. Él me pasó uno y me dio del licor que estaba bebiendo, me dijo que dejara de temblar, que la íbamos a pasar bien, que él solo quería ser mi amigo.
Sacó de un bolso una especie de computador y le puso un CD, pude ver que era porno, después de fumarnos el cigarrillo, él me preguntó que, si me gustaba más una polla, o un coño y le dije que una polla, él me miró con una sonrisa y me dijo: “Quieres comerte la mía” y con mi cabeza asentí. Al momento se quitó la camisa y pude ver su cuerpo bien marcado, se la sacó ya dura y me dijo que me la comiera.
Era una polla preciosa estaba muy babosa y eso me encantó. Sentir su lubricante en mi boca me daba la sensación de que yo le gustaba, así que me quitó el pantalón y empezó a chupármela, también los huevos y el culo, estábamos muy calientes y yo sin saber que iba a pasar. Él me tiró al suelo en posición perrito y me puso ese polvo blanco y de nuevo me chupó el culo hasta que llegó un momento que yo no sentía nada, pude ver como poco a poco se atrevió a meterme la polla.
No sentí nada, solo sentí a aquel chico encima de mí, su olor a hombre y su sudor cayendo sobre mi espalda, sobre todo, sentía como la sacaba y la metía sin apenas dolor, esto me encantaba porque mi polla estaba más dura que de costumbre y cuando sentí que toda la leche la descargaba dentro de mi culo, la sensación fue maravillosa, ese día yo eyaculé por primera vez y me quedé fascinado, él estaba tan caliente, que al ver mi leche, se la chupó toda, me besó con ella y me dio a probar mi propia leche.
Sin duda ese día siempre estará en mi mente, fue la primera vez que me habían follado deseándolo y sobre todo la primera vez que eyaculé, ya podía decir que era un hombre, teniendo casi doce años.
Esa noche después de la gran follada, nos quedamos fumando hasta que él me dijo que eso no se lo tenía que decir a nadie, ni mucho menos lo que había visto en la discoteca y le dije que yo no estaba loco y que sabía guardar perfectamente los secretos. Él me preguntó que, si había hecho esto antes y le respondí que prácticamente sí, pero fue a las malas, que me había dolido muchísimo, que había sangrado después y entonces iba a considerar esta vez la primera. Deseaba esta ocasión, además él era un hombre muy guapo y me gustaba muchísimo, entonces con descaro, se volvió a sacar la polla y me puso a chupársela de nuevo, pero esta vez solo se la chupé, porque ya no quería me follara por si me hacía daño.
En ese momento no podía creer que él la tuviese dura de nuevo, así que volví a chupársela hasta que se corrió en mi boca, me dijo que me la tragara y lo hice encantado. Al terminar pudimos ver salir a Leidy y al escolta de la discoteca y nos echamos a reír. Esta aventura se había convertido en nuestro secreto.
Esa noche termino y él me llevó de nuevo a la casa, al día siguiente todos hicimos como si no hubiese pasado nada, todos estábamos felices y sonrientes. Del escolta he de decir que, en los días siguientes estuvo serio. Y yo iba de nuevo todas las noches por las caballerizas, por si pasaba de nuevo lo que tanto me gustó.
He de decir, que mi culo, al día siguiente de habérselo follado, con esas ganas como él lo hizo, estaba muy herido, aunque no había sentido nada en la noche, por el día estaba muy dolorido, incluso así yo СКАЧАТЬ