Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias. AAVV
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Название: Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: CINC SEGLES

isbn: 9788491343196

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СКАЧАТЬ Simó. Y açò fonch en retorn perquè, poch dies enans, en la aula, li digueren que digués Víctor lo pare Simó y tant importunan-lo dix que·l diumenge o veurien en la seu, que fonch causa de que no·l deixaren llegir y feren lo que feren […]»60

      Entretanto otra escuadra de estudiantes –muchos con sambenitos, corozas de papel y aspas de penitentes– se daba cita en el portal de los Judíos para marchar sobre el Santo Oficio «con determinación de matar y degollar» a quienes secundaran el veto inquisitorial. El rector Juan Bautista Pellicer personalmente hubo de terciar para calmarlos, autorizando la colocación en el patio de la Universidad de una imagen del venerable sacerdote ante la cual rendirían homenaje los jóvenes durante el resto del día.61 Algunos, desde el exterior, prosiguieron hasta la madrugada con toda suerte de chanzas en desacato de inquisidores, obispos e incluso el papa. El popular Albert, en lo alto de un improvisado tablado, clamaría a los cuatro vientos entre las risas de sus compañeros:

       «Yo soy papa, y assí, a los que ayer lo hicieron mejor en el motín los quiero premiar. A fulano –nombrándole– le concedo cien años de perdón. Y a fulano, que lo hizo aventajadamente, le hago cardenal. Y a fulano, etcétera»62

      De todo ello supo fray Isidoro Aliaga desde su retiro en las afueras de la capital, que se negó a abandonar pese a los ruegos de autoridades civiles y eclesiásticas para que regresara. Entre las razones esgrimidas por el arzobispo se hallaría el desacato del Estudi General, en relación a la causa de Francisco Jerónimo desde luego, pero también con respecto al juramento inmaculista pretendido por la institución y del que el prelado –como buen fraile dominico– nada quería saber.63

      En un gesto conciliador y bajo la atenta mirada de la Inquisición, los jurados de Valencia se comprometieron a pacificar la Universidad –bajo su patronato, no se olvide– mediante una redada saldada con el arresto de doce estudiantes implicados al parecer en las algaradas de marzo y asiduos de la cátedra del doctor Jerónimo Agustín Morlá, clausurada sine die por obstrucción de su titular a la investigación.64 Lo cuentan los hermanos Vich:

      «[…] dos frayles dominicos, en el general del doctor Morlá, cathedrático de Artes, al darle unas conclusiones para que asistiesse a ellas en Santo Domingo, dos o tres de sus discípulos comenzaron a dar vaya a dichos religiosos diciendo ¡Arrápalo [Simó]!, lo qual reprendió dicho doctor Morlá con prudencia, pero no valió para que cessasse el rauido. Quejáronse los religiosos a su superior y éste dio razón de esto a los jurados, al vicario general y al rector, los quales mandaron al doctor Morlá dixesse quiénes eran los dichos estudiantes, y no queriéndolo hacer, le han privado la lección desde el sábado a 2 de noviembre»65

      A poco debieron de saber al padre Aliaga tales procedimientos. Hasta el extremo de plantearse la excomunión de los responsables universitarios. Si bien ésta nunca se produjo, las tensiones acumuladas entre mitra y rectorado –bajo la apariencia de un conflicto de preeminencias– desencadenarían una crisis sin precedentes en el seno de la institución, con la renuncia del arzobispo a la cancillería de la misma y la consiguiente suspensión en la expedición de cualquier título o grado. El caos por ello generado en el Estudi General justificó que la Ciudad tratara de complacer a fray Isidoro con el reconocimiento de mayores prerrogativas episcopales en la gestión del centro a cambio de restablecer la normalidad académica.66

      Semejante componenda no dejó más salida al rector Juan Bautista Pellicer que dimitir y volver a su canonicato en la catedral, como hizo en julio de 1620 siendo sustituido por el pavorde José Rocafull.67 La mudanza coincidiría con el apercibimiento regio a los jurados de Valencia para que en lo venidero la Universidad se mostrara respetuosa con el arzobispo. El toque de atención disgustó a parte del claustro, convencido de que «los estudiantes estavan muy quietos y olvidados de las cosas passadas y que sería posible que con advertirles de la orden dicha bolviessen de nuevo a tales disparates».68

      No los hubo desde luego, por cuanto la reciente intervención inquisitorial, así como la represión del núcleo duro del simonismo en las aulas universitarias, había dejado fuera de juego a sus militantes. En realidad, podría decirse que el intento de beatificación del venerable sacerdote era ya un imposible y que el Estudi General valentino tendría que buscarse a otro santo…

      1. Además de los citados en posteriores páginas, remitimos a nuestros trabajos sobre el tema. En concreto, «Aproximación a los simonistas. Una contribución al estudio de los defensores de la beatificación de Francisco Jerónimo Simó», Estudis, 23 (1997), pp. 185-210; «Simonismo y luchas de poder en la corte de Felipe III y Felipe IV. Los hermanos Aliaga y la beatificación de Francisco Jerónimo Simó», Escritos del Vedat, XXIX (1999), pp. 251-270; Devoción popular y convulsión social en la Valencia del Seiscientos. El intento de beatificación de Francisco Jerónimo Simó, Valencia, 2000; «Los dominicos valencianos y su oposición a la santidad del pare Simó», Archivo Dominicano, XXIII (2002), pp. 307-317; «Plumas blancas, plumas negras. Hagiografías y vilipendios de un santo frustrado, el valenciano pare Simó (siglo XVII)», Memoria Ecclesiae, 26 (2005), pp. 615-630; y «El pare Simó. Breve historia de una santidad frustrada», en E. Callado Estela, Valencianos en la Historia de la Iglesia I, Valencia, 2005, pp. 161-210.

      2. A. Domínguez Ortiz, Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen. Madrid, 1973, p. 209. También A. Morgado García, Ser clérigo en la España del Antiguo Régimen, Cádiz, 2000.

      3. El último de ellos, el de la Presentación, fundado por santo Tomás de Villanueva. V. Cárcel Ortí, «Notas sobre la formación sacerdotal en Valencia desde el siglo XIII al XIX», Hispania Sacra, XVII (1974), pp. 151-199.

      4. P. Barrachina Estevan, «Figura jurídica del Real Colegio de Corpus Christi de Valencia»,«Exención del Colegio-Seminario de Corpus Christi de Valencia», y «Derecho de visita del Colegio de Corpus Christi», los tres en Revista Española de Derecho Canónico, 2 (1947), 4 (1949) y 6 (1951), pp. 446-456, 765-790, y 49-77; R. Robres Lluch, San Juan de Ribera. Patriarca de Antioquía, arzobispo y virrey de Valencia 1532-1611. Un obispo según el ideal de Trento, Barcelona, 1960; F. Hipola, «La estructura interna de las constituciones de la capilla de Corpus Christi (aspectos jurídicos)», Anales del Seminario de Valencia, 1 (1961), pp. 215-243; y J. Seguí Cantos, «El Colegio Seminario de Corpus Christi», en E. Callado Estela (Coord.), El Patriarca Ribera y su tiempo. Religión, cultura y política en la Edad Moderna, Valencia, 2012, pp. 423-440.

      5. Archivo Diocesano de Valencia[=ADV]. Procesos, 46. Copia seu transumptum processus informationis authoritate ordinaria recepta in curia ecclesiastica valentina super sanctitate vitae ac moribus laudabilibus servi Dei Francisci Hieronymi Simo, presbyteri valentini et benefficiati in ecclesia parrochiali Sancti Andrea civitate Valentiae, et super miraculis eius meritis et intercessione a Deo optimo maximo facti et operatis, f. 289.

      6. Ibid., ff. 171, 241, 401-403…

      7. Pavorde de Teología, desde 1611, fue presbítero y calificador del Santo Oficio. A. Felipo Orts y E. Callado Estela, Entre la cátedra y el púlpito. Los pavordes de la Universidad de Valencia (siglos XVI-XVII), Valencia, 2016, p. 250.

      8. Beneficiado de la parroquial de San Esteban, catedrático de Principios de Hebrero desde 1610 y pavorde de Teología a partir de 1626. Ibid.

      9. A. Felipo Orts, La Universidad СКАЧАТЬ