Название: Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias
Автор: AAVV
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: CINC SEGLES
isbn: 9788491343196
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34. Élisabeth Mudimbe-Boyi, «Université congolaise: souvenirs en ré-mineur», L’Université dans le devenir de l’Afrique. Un demi-siècle de présence au Congo-Zaïre…, p. 64. Véase también de la misma autora, sobre la cuestión de la mujer, la enseñanza colonial, el papel de la literatura y la función de los intelectuales, «Le Français, langue paternelle», La Culture française vue d’ici et d’ailleurs, Thomas Spear (dir.), París, Karthala, 2002, pp. 73-95; «Pourquoi la littérature?», Mondialisation, cultures et développement, Isidore Ndaywel y Julien Kilanga (dir.), París, Maisonneuve et Larose, 2005, pp. 173-186; «Victor Bol, ouvrier de la première heure: la forcé des mots», Littérature francophone, université et societé au Congo-Zaïre. Hommage à Victor Bol, Nyunda ya Rubango et Bogumil Jewsiewicki (dir.), París, L’Harmattan, 2005, pp. 75-87.
35. Université Lovanium 1962-1963, Léopoldville, République du Congo, p. 14.
36. Isidore Ndaywell è Nziem, Les Années Lovanium. La première université francophone d’Afrique subsaharienne. Tomo I. Textos recogidos por Isidore Ndaywell è Nziem, París, L’Harmattan, 2010, p. 13.
37. Université Lovanium, Secrétariat général, Service des statistiques.
38. Tharcisse Tshibangu, L’université congolaise. Etapes historiques, situation actuelle et défis à relever…, pp. 211-214.
39. Yolanda Blasco Gil, Protocolo de trabajo en las fuentes orales, elaborado para realizar entrevistas a los personajes biografiados y sus familiares en el proyecto «Científicos y humanistas valencianos del siglo XX. VESTIGIUM», Proyecto Vestigium, constituido en 2013 hasta la actualidad, dirigido por Rafael Aleixandre Benavent de la Universitat de València. Protocolo recogido en Alicia García García, Integración de contenidos semánticos en un portal web de científicos y humanistas valencianos: Vestigium, tesis doctoral inédita, Valencia, 2014, pp. 494-499, en particular p. 498.
40. Véase Yolanda Blasco Gil, La facultad de derecho de Valencia durante la restauración, 1875-1900, Valencia, Universitat de València, 2000, capítulo IX, El cuerpo profesoral: poder social y prestigio académico, en particular pp. 275-313; «Entre la trayectoria universitaria y social: los catedráticos de derecho en Valencia, 1900-1939», Promoción universitaria en el mundo hispánico, siglos XVI al XX, Armando Pavón Romero (coord.), México, UNAM-IISUE, 2012, pp. 191-233.
41. La abogada y periodista congoleña Caddy Adzuba, premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014, es conocida por denunciar las sistemáticas violaciones que sufren las mujeres en República Democrática del Congo. Son numerosos los informes internacionales que relatan la violencia contra las mujeres en RDC y la utilización de su cuerpo como arma de guerra. Véase «Sexual violence against women in the Democratic Republic of the Congo: population-based estimates and determinants», informe dirigido por Amber Peterman, publicado en el American Journal of Public Health, mayo 2011.
42. «Les universitaires de Kinshasa en quête de démocratie et de paix pour la Republique Démocratique du Congo», Rapport général du Séminaire sur «Démocratie et paix en RDC», realizado en Kinshasa, del 22 al 25 septiembre de 1999, Congo Afrique, nº 345 (mayo 2000), pp. 278-290.
MOSÉN FRANCISCO JERÓNIMO SIMÓ, EL PRIMER SANTO DEL ESTUDI GENERAL VALENTINO*
EMILIO CALLADO ESTELA
Universidad CEU-Cardenal Herrera
La muerte en opinión de santidad de mosén Francisco Jerónimo Simó (1578-†1612) y su posterior intento de beatificación estarían en el origen de uno de los fenómenos de convulsión social y religiosa más espectaculares del siglo XVII, para el conjunto de la Monarquía Hispánica en general y la Valencia barroca muy particularmente. Ambos acontecimientos desataron las tensiones espirituales contenidas durante el pontificado del Patriarca Ribera, quien había logrado mantener a la Iglesia valentina al margen de los sobresaltos experimentados por otras diócesis españolas. Dos modelos de religiosidad colisionaron con toda virulencia. El tradicional, encarnado principalmente por la orden de Predicadores, quedó espantado ante la nueva espiritualidad de espectro contemplativo subyacente en el simonismo, no tanto por el recuerdo de los lejanos grupúsculos luteranos de Valladolid y Sevilla y el miedo al rebrote del alumbradismo –que también– como sobre todo por la pérdida de protagonismo religioso y las nefastas consecuencias materiales derivadas, entre otras para sus propios procesos de beatificación, contados por decenas. La rotunda oposición de tales sectores tendría enfrente el sentir mayoritario de la sociedad valenciana, volcada con una causa extraordinariamente popular que el Santo Oficio acabaría abortando pese a los esfuerzos en sentido contrario de las principales instituciones regnícolas, tan dispares como los estamentos del Reino, el cabildo metropolitano o la propia Universidad.1
Esta última quizá con mayor motivo para hacerlo que otras, ya que mosén Simó se había formado en sus aulas. A nadie podía disgustar, en plena Contrarreforma además, tener en los altares a uno de los suyos, con el consiguiente honor, parangón y beneficios reportados. De la etapa universitaria del primer santo del Estudi General –como llegaría a conocérsele– y de la implicación de profesores y alumnos bajo diferentes especies en su carrera frustrada hacia la santidad versan las siguientes páginas.
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Con el alborear del Seiscientos la mayoría de los candidatos al sacerdocio en la tierras españolas continuaba preparándose en fementidas escuelas de Gramática, bajo la férula de un dómine cualquiera encargado de enseñarles apenas un poco de mal latín y otros rudimentos académicos más. Cierto que algunos podían llegar a hacerlo en las cátedras conventuales, e incluso en la Universidad, con una formación de mejor calidad sin duda, aunque en un ambiente poco adecuado para los futuros ministros de Cristo.2 En Valencia, con peor o mejor fortuna, hacía años que las autoridades diocesanas venían tratando de impulsar centros específicos para sus huestes.3 Sería finalmente el arzobispo Juan de Ribera quien diera el impulso definitivo al asunto con la aplicación del decreto tridentino sobre seminarios sacerdotales, materializado en la erección del Real Colegio de Corpus Christi.4
Mosén Francisco Jerónimo Simó, sin embargo, no tuvo la suerte de formarse en ninguno de tales nuevos institutos. En 1585, todavía niño, había empezado a recibir las primeras letras a cargo del presbítero Francisco Cortel, curiosamente del referido colegio.5 La temprana desaparición de sus padres interrumpió estas clases, al verse abocado el pequeño a servir en diferentes casas para poder sobrevivir. En la última de ellas retomaría su formación de la mano del doctor Juan Pérez, «graduado en Theología, varón exemplar e insigne en todo género de virtud, santidad y letras», cuyo modelo de vida estimuló la vocación religiosa de nuestro protagonista. Durante una década aproximadamente mosén Simó aprendió de los círculos reunidos en torno a su señor, a quien acudían personajes de la más diversa condición para consultarle «negocios de sciencia y de conciencia», desde miembros de la nobleza y la jerarquía eclesiástica hasta destacadas figuras del mundo espiritual local.6 Y también insignes catedráticos del Estudi General valentino, de la talla de los Trilles, Pedro Juan y Jerónimo, de Sagrada Escritura el primero7 y de Hebreo el segundo;8 Honorato Ausina, de Poesía y Oratoria;9 o Vicente Borrás de Vilafranca, de Teología.10
No resulta casual, pues, que según sus biógrafos Francisco Jerónimo acabara siendo alumno de esta Universidad para «criarse СКАЧАТЬ