El alma de los muertos. Alfonso Hernandez-Cata
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El alma de los muertos - Alfonso Hernandez-Cata страница 12

Название: El alma de los muertos

Автор: Alfonso Hernandez-Cata

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Cuadernos de Obra Fundamental

isbn: 9788417264284

isbn:

СКАЧАТЬ un desequilibrio nervioso, que subsanaría una alimentación sana. Durante la cena encauzose la plática por el camino llevadero a los días pretéritos, lejanos. Lucio rememoró escenas infantiles, cuando eran los dos colegiales y él hacía valer ya su autoridad de primogénito.

      —¿Te acuerdas cuando reñí con un chico rubio por ti? —Y animado por el éxito de su memoria, iba encadenando los recuerdos con asombrosa precisión—. ¿Y cuando te examinaste de solfeo y confundiste un silencio por un becuadro?... ¿Te acuerdas?

      Ella, viendo pasar por la conversación, exenta de exaltaciones, de Lucio toda la sarta de pequeños incidentes, cuyos recuerdos decían ecuánime lucidez mental, miraba sonriendo a la madre, procurando leer en sus ojos, gozándose en suponerla víctima de un temor excesivo, diciéndose para justificar sus pensamientos: «El mucho cariño... Tal vez los años...».

      A principios de junio, el tiempo tuvo una alteración regresiva. Del norte soplaron vientos fríos, y de nuevo, como en las mañanas invernales, se hizo el agua hielo en las junturas de las piedras. Lucio hubo de levantarse bien entrado el día, de renunciar a las escenas geórgicas del establo, donde la mansedumbre de los ojos bovinos parecía interrogar por aquel que acariciaba el cobrizo testuz, mientras el tesoro de las ubres desbordábase en el jarro coronado de espuma humeante y blanca.

      Aquella mañana, cuando la hermana fue a llevarle el desayuno, él no estaba despierto como de costumbre. Tuvo que llamarle blandamente:

      —Lucio... Lucio.

      Tardó bastante tiempo en despertar.

      —¡Perezoso, despierta!... Lucio...

      Luego de abrir los ojos, incorporose para preguntar a la hermana:

      —¿Hace mucho rato que estás?... ¿Cuándo viniste?

      —Acabo de entrar ahora... ¿No has descansado bien?

      —¿Te han visto?... ¿Te ha conocido alguien al venir?

      —Pero ¡qué dices!

      —¡Oh, sí lo supieran..., sí supieran que habías llegado...!

      Ella vio en el fondo de sus ojos dos llamas siniestras, y quiso huir; pero él, felino y rápido, saltó del lecho. Fuese hacia ella, y mientras le desgarraba los vestidos, oprimiole con su boca la boca, sin dejarla gritar.

      —¡Lucio!... ¡Suéltame!... ¡Qué horror, qué horror!

      Lucharon largo tiempo. Ella se defendía desesperadamente, dándose cuenta de la probable monstruosidad. Él, multiplicando sus ataques, combábase sobre ella, frenético. En la estancia solo se oían las respiraciones jadeantes; por el suelo esparcíanse los jirones de tela; en la carne, las manos imprimían hondas huellas moradas.

      Hubo un momento en el cual todo el cuerpo de la hermana sintió el contacto del cuerpo de Lucio, en tanto se ensangrentaban sus labios bajo los labios del sátiro.

      Entonces, inconsciente ya, le atenazó el cuello para repelerle.

      Aún lucharon algunos segundos.

      Ella apretaba con fuerza, con todas sus fuerzas, hasta que pudo comprender que ya solo ella oprimía... Pero, luego, sus gritos resonaron afuera clamorosos y trágicos.

      Y el polvo que levantó el cadáver de Lucio al batirse contra el suelo se hizo luminoso en un rayo de sol.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4AAQSkZJRgABAQEBLAEsAAD/2wBDAAMCAgMCAgMDAwMEAwMEBQgFBQQEBQoHBwYIDAoMDAsK CwsNDhIQDQ4RDgsLEBYQERMUFRUVDA8XGBYUGBIUFRT/2wBDAQMEBAUEBQkFBQkUDQsNFBQUFBQU FBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBT/wAARCBFaC9ADASIA AhEBAxEB/8QAHwAAAQUBAQEBAQEAAAAAAAAAAAECAwQFBgcICQoL/8QAtRAAAgEDAwIEAwUFBAQA AAF9AQIDAAQRBRIhMUEGE1FhByJxFDKBkaEII0KxwRVS0fAkM2JyggkKFhcYGRolJicoKSo0NTY3 ODk6Q0RFRkdISUpTVFVWV1hZWmNkZWZnaGlqc3R1dnd4eXqDhIWGh4iJipKTlJWWl5iZmqKjpKWm p6ipqrKztLW2t7i5usLDxMXGx8jJytLT1NXW19jZ2uHi4+Tl5ufo6erx8vP09fb3+Pn6/8QAHwEA AwEBAQEBAQEBAQAAAAAAAAECAwQFBgcICQoL/8QAtREAAgECBAQDBAcFBAQAAQJ3AAECAxEEBSEx BhJBUQdhcRMiMoEIFEKRobHBCSMzUvAVYnLRChYkNOEl8RcYGRomJygpKjU2Nzg5OkNERUZHSElK U1RVVldYWVpjZGVmZ2hpanN0dXZ3eHl6goOEhYaHiImKkpOUlZaXmJmaoqOkpaanqKmqsrO0tba3 uLm6wsPExcbHyMnK0tPU1dbX2Nna4uPk5ebn6Onq8vP09fb3+Pn6/9oADAMBAAIRAxEAPwD1Wiii v5HP6bCiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA ooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACi iigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKK KACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAoooo AKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA ooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACi iigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKK KACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAoooo AKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA ooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACi iigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKK KACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAoooo AKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA ooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACi iigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKK KACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAoooo AKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA ooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACi iigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKK KACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAoooo AKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigAooooAKKKKACiiigA o
СКАЧАТЬ