Enseñando a sentir. Macarena García González
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Название: Enseñando a sentir

Автор: Macarena García González

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9789566048473

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СКАЧАТЬ muy poco de este moralismo ingenuo y se permiten protagonistas que llegan al quiebre emocional, como Katniss Everdeen en Los juegos del hambre66. La distinción entre literatura infantil y juvenil es una categoría editorial para organizar la circulación de estos libros, su inclusión en planes lectores y, también, su posición en estanterías de bibliotecas donde, en muchos casos, los «juveniles» quedan en estantes fuera del acceso de los más pequeños. La distinción opera también separando contenidos que serían perniciosos si se leen antes de tiempo, antes de una supuesta madurez socioemocional que nos haría resistentes al quiebre de la desesperanza.

      La idea del adolescente está presente, como un revés, en los textos sobre educación socioemocional para niños y niñas. Es esta presencia tácita la que genera la categoría de infantil, precisamente. Daniel Goleman, autor del superventas La inteligencia emocional, llama a educar en emociones a niños y niñas precisamente para evitar lo que él y otros psicólogos tipifican como las conductas de descontrol y riesgo en la adolescencia67. Para evitarlas habría que asegurarse en educar sentimientos que no desborden a los humanos en los que habitan. Los libros-álbum aparecen como cómplices de esa educación de un sentimiento complaciente, disciplinado, de una orientación a la felicidad que pide la postergación del placer. ¿Quizás reúnen los álbumes algunas condiciones que les hacen particularmente afines a esto? Estamos menos entrenados a reconocer ideologías y normatividades en lo visual –en comparación, por ejemplo, a la atención que ponemos a los códigos lingüísticos–, lo que quizás permite que se cuele el capacitismo, el racismo, el sexismo y el clasismo, como vimos en los ejemplos anteriores, en estos textos. Los libros-álbum aparecen muy vinculados a esa cultura de felicidad como una promesa de futuro que aparece con tanta fuerza en la cultura de la educación. Habría que intentar mapear este ensamblaje entre cultura editorial del libro-álbum y su relación a repertorios éticos.

      La traducción y circulación de ciertos textos nos dan cierta idea de variaciones culturales al respecto. Miremos, por ejemplo, la circulación de los libros del autor australiano Shaun Tan. Sus libros son internacionalmente aclamados: ha sido merecedor del Premio Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA), que se entrega anualmente en Suecia, y del Hans Christensen Andersen Award, que entrega la International Board on Books for Young People (IBBY); estos dos premios se disputan la categoría de máximo galardón para autores e ilustradores de libros para niños y niñas. Sus libros se caracterizan por tener textos breves e ilustraciones muy detalladas, atmosféricas, que en su mayor parte aluden a mundos fantásticos. Algunos de estos, El árbol rojo, Cigarra o La ciudad latente, son, a pesar de su brevedad, recomendados a niñas y niños mayores de doce años en sus ediciones en castellano. No son libros que tengan un vocabulario ni estructura (muy) compleja, pero sí tratan de repertorios emocionales difíciles –de depresión, explotación, desesperanza–. En su Australia natal y en buena parte de Europa, por ejemplo, su obra es considerada como literatura infantil y catalogada como tal. En sus ediciones en español se hace, sin embargo, una distinción entre un lector niñx y uno adolescente. ¿Por qué insistir en evitar estos repertorios? En los siguientes capítulos exploramos libros y encuentros con libros sobre temas difíciles donde hay emociones que se verbalizan e intensidades que se experimentan. Leeremos en los capítulos siguientes algunos libros –y algunas narrativas audiovisuales– dirigidas a niñas y niños para pensar en esas posibles relaciones entre esperanza, producción de (futuros) ciudadanos y el reconocimiento de las injusticias estructurales.

      II. La política de las emociones en Intensa-mente

      La película Intensa-mente68 fue estrenada en 2015 por Pixar, el estudio de animación fundado por Steve Jobs. Pixar se diferencia de otros estudios por la exquisita factura de sus cuadros y el cuidado en la construcción de un sello crossover, es decir, tanto para niños y niñas como para personas adultas, con guiones que recogen las preocupaciones contemporáneas –el avance de la tecnología, la destrucción de los ecosistemas, la aceleración y la competencia– planteando narrativas que cuestionan ciertas nociones de progreso. El estudio suele estrenar solo una producción por año y esta suele posicionarse entre los títulos que compiten por el Oscar a la mejor película de animación, galardón que ya han obtenido diez veces. Las películas de Pixar se han caracterizado también por presentar personajes sensibles, sean estos hormigas (Bichos), un robot (Wall-E) o monstruos (Monsters Inc. y Monsters University). En Intensa-mente responden a la creciente emocionalización de la vida pública con una historia protagonizada por emociones que viven dentro de una niña. Es, coincidentemente, la primera de sus películas ambientadas en la sociedad contemporánea que tiene de protagonista a una niña69.

      Destino un capítulo de este libro a analizar Intensa-mente, una producción norteamericana de recursos y alcance muy distinto al resto de las obras que serán aquí abordadas, porque este largometraje animado parece dar cuenta de un discurso generalizado sobre lo que son las emociones para niñas y niños, cómo nos afectan y cómo cambian en las etapas del así llamado desarrollo. Intensa-mente es una película a la que se le adhieren fines pedagogizantes muy parecidos a los de El monstruo de colores, el libro-álbum para primera infancia que abordamos en el capítulo anterior, pero ahora con un alcance internacional. Intensa-mente es una historia situada en EE.UU. que se plantea como una historia universal sobre la transición a la adolescencia y sus desafíos.

      De emociones básicas y desbordes

      El relato transcurre mayoritariamente en la cabeza de Riley, una niña de once años que se muda con sus padres de Minnesota a San Francisco. Lo que sucede afuera de Riley es bastante estándar: una discusión en la mesa con la madre y el padre, un día difícil en la escuela, frustración al intentar unirse a un nuevo equipo de hockey. Pero la película nos viene a hablar de eso que solemos decir sobre la adolescencia o sobre los niños y niñas transitando hacia ella: que aquello que resulta no tener mayor importancia puede desencadenar un drama mayor. La película trata sobre una difícil mudanza que es boicoteada por emociones pasionales a las que les faltaría algo de «inteligencia emocional». Intensa-mente nos provee de un elocuente texto para mirar la producción de una política cultural de las emociones para niñas y niños.

      Tiene un alcance, dimensiones y pretensiones estéticas muy distintas a El monstruo de colores, pero un uso en las aulas muy similar. Si miramos su uso en la educación preescolar nos encontraremos con que en ambos se pone una confianza casi idéntica en que ayudarán a niños y niñas a reconocer lo que les pasa «en el interior» para poder regular sus emociones hacia un «exterior». La película fue muy celebrada por psicólogos clínicos y se convirtió en una herramienta de educación socioemocional. En un trabajo etnográfico en una escuela en Santiago70 me encontré con la imagen de sus personajes colgada tras el escritorio de la psicóloga a cargo del programa de apoyo psicopedagógico a estudiantes con necesidades educativas especiales: «Sí, me es muy útil», confesó. «No se logra mucho si les preguntas directamente cómo te sientes, pero les muestro el dibujo y les pido que elijan cuál es el que mejor les representa. Una vez que lo eligieron, ya la emoción empieza a bajar, se calman, empiezan a reconocer lo que les pasa». Los animadores de Pixar difícilmente podrían haber previsto un giro de uso como ese, pero imagino que si apareciera en modalidad juego de mesa, como ya existe El monstruo de colores, sería un éxito seguro. Además de aprender sobre emociones, Intensa-mente les enseñaría también a ser más empáticos, pero, nuevamente, ¿de qué empatía estamos hablando?, ¿qué repertorios emocionales y éticos hacen posible esta película? En este capítulo revisamos cómo este filme de éxito internacional se ensambla con otros repertorios sobre emociones más deseables y cómo es que estas se relacionan con los límites para sentir con otros.

      Dentro de la mente de Riley hay una torre de control donde cinco emociones –Furia, Temor, Desagrado, Tristeza y Alegría– manejan su vida. La película ha sido considerada un reflejo de los desarrollos de la psicología evolutiva y la psicología clínica, que indicarían que cada uno de nosotros sería gobernado, principalmente, por una emoción. La teoría de las emociones básicas emana de los trabajos del psicólogo norteamericano Silvan Tomkins en los años sesenta y se populariza con una posterior categorización de su СКАЧАТЬ