Otra historia de la ópera. Fernando Sáez Aldana
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СКАЧАТЬ Tristán e Isolda de Wagner, las dos El rey Arturo de Purcell y Chausson) y orientales (Turandot, de Puccini)

      Cuento

      Algunos libretos de óperas basados en relatos cortos o cuentos para adultos son los de Cardillac de Hindemith (La señorita de Scuderi, de E.T.A. Hoffmann), Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, La caída de la casa Usher de Debussy (Edgar Allan Poe), La dama de picas de Chaikovski (Pushkin), El enano de Zemlinsky (El cumpleaños de la Infanta, de Oscar Wilde) y Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakovich (relato homónimo de Nikolài Leskov).

      Libreto y poema

      Quizá por su estructura literaria poco propicia para la escenificación, no son frecuentes los poemas inspiradores de libretos operísticos, aunque hay ilustres ejemplos como:

      • Los Troyanos, de Berlioz, basada en la Eneida, de Virgilio.

      • Las óperas fáusticas (Gounod, Berlioz, Boito, Busoni), en el mito creado por Goethe.

      • La mencionada Pelleas y Melisenda de Debussy, en el poema de Maeterlinck.

      • Mireille de Gounod, en el poema Mirèio, de Frédéric Mistral.

      • El combate de Tancredo y Clorinda, de Monteverdi, en el poema de Torquato Tasso.

      • Gianni Schicchi de Puccini y Francesca de Rímini de Riccardo Zandonai y Rachmaninov, en poemas de Dante Alighieri,

      • Aleko de Rachmaninov y El gallo de oro de Rimski-Korsakov, en sendos poemas de Aleksandr Pushkin.

      Libretos de tercera mano

      Son aquellos que resultaron de la adaptación por terceros de obras literarias preexistentes. Ejemplos:

      • Otelo, de Rossini: el libretista Francesco Maria Berio di Salsa adaptó la tragedia Otelo, o el moro de Venecia, de Jean-François Ducis, basada de un modo bastante libre en el drama de Shakespeare.

      • El libreto de La violación de Lucrecia, de Benjamin Britten lo escribió el poeta y dramaturgo inglés de ascendencia alemana Ronald Duncan basándose en el drama homónimo del francés André Obey, desarrollado a partir de un poema de William Shakespeare cuyas raíces se hunden en el relato que hizo el historiador Tito Livio de la violación de Lucrecia por Sexto Tarquinio.

      • Francis Poulenc escribió el libreto de Diálogos de carmelitas (1957) en colaboración con Emmet Lavery, basándose en la obra de teatro homónima de Georges Bernanos (1949), adaptación de la novela La última del patíbulo de la escritora Gertrud von Le Fort (1932), la cual se había inspirado en el manuscrito Relación del martirio de las dieciséis carmelitas de Compiègne, de sor María de la Encarnacion (Francisca-Genoveva Philippe, 1761-1836).

      • Turandot, de Giacomo Puccini: los libretistas Adami y Simoni utilizaron la tragicomedia que Carlo Gozzi (s. XVIII) escribió sobre un relato de Los mil y un días, una recopilación de historias orientales realizada por François de la Croix, Las siete bellezas o Las siete princesas, tomado del gran poeta persa del siglo XII Nezamí Ganyaví.

      EL LIBRETISTA RELEGADO

      En el cartel anunciador del estreno de Elektra, el 25 de enero de 1909 en la Ópera Real de Dresde, bajo el título de la obra podía leerse: «Tragedia en un Acto de Hugo von Hofmannsthal», y en la línea subyacente: «Música de Richard Strauss». En el de Aida, el 24 de diciembre de 1871 en el Teatro de la Ópera de El Cairo, bajo el título figuraba «Libreto de Antonio Ghislanzoni» y debajo, «Música de Giuseppe Verdi».

      En la actualidad, los nombres de los libretistas aún merecen una discreta mención en segundo plano en los carteles y los programas de mano de los teatros, pero han desaparecido por completo en la publicidad audiovisual de los espectáculos. En los cartellone de algunos escenarios para ópera de masas, como la Arena de Verona, incluso se sustituye el nombre del libretista por el del escenógrafo («Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, dirección de Franco Zeffirelli»), dejando claro que después del compositor no importa tanto quien escribió el texto ni quien dirige la orquesta como quien la ponga en escena.

      Hoy incluso la mayoría de los buenos aficionados al género desconocen la autoría de las hermosas palabras que integran sus arias favoritas, y las fuentes más populares de información no ayudan a reparar este injusto olvido. Sirva como ejemplo lo que la enciclopedia generalista de internet Wikipedia dice de la conocida aria Una furtiva lacrima:

      «Es una romanza para tenor incluida en la ópera L’elisir d’amore, compuesta por Gaetano Donizetti en 1832. Constituye el aria más célebre de la ópera, y la han interpretado a través de los años tenores de la más alta talla, como…»

      Sigue una larga lista de famosos intérpretes, luego un resumen del argumento de la obra y finaliza ofreciendo el texto completo del aria, en italiano y traducido al castellano. Pero ni mención al autor del poema, Felice Romani.

      LIBRETISTAS CÉLEBRES

      Una lista exhaustiva de libretistas sería interminable, pero entre los más ilustres de la historia de la ópera sobresalen nombres como Lorenzo da Ponte (Mozart, Salieri, Martin y Soler), Eugène Scribe (Rossini, Auber, Meyerbeer, Donizetti, Verdi) Luigi Illica (Puccini, Giordano, Catalani), Francesco Maria Piave y Arrigo Boito (Verdi) y Hugo von Hofmannsthal (Richard Strauss).

      Colaboraciones fructíferas

      Las relaciones entre el compositor y el libretista no siempre fueron fáciles ni cordiales. Pero en todas las etapas del género operístico se han dado casos de pleno entendimiento y compenetración artística entre el músico y el literato, cuyo resultado son obras de la categoría del Don Giovanni de Mozart, El caballero de la rosa de Richard Strauss u Otelo de Verdi.

      Scribe

      Eugène Scribe dominó el panorama teatral de París durante la primera mitad del siglo XIX. Escribió centenares de piezas y rara era la semana que no estrenaba alguna, siempre con buena acogida del público. Cuesta trabajo creer que hoy estaría completamente olvidado si no fuese por su contribución directa o indirecta al libreto operístico.

      Scribe trabajó para autores de la categoría de Donizetti (La favorita), Rossini (El conde Ory), Auber (Fra diavolo, La muda de Portici, Manon Lescaut), Meyerbeer (Los hugonotes, El profeta, La africana y otras, todas en colaboración con Émile Deschamps) o Verdi (Un baile de máscaras, Vísperas sicilianas). Otras óperas destacadas del repertorio, como L’elisir d’amore, La sonámbula o Adriana Lecouvreur, contaron con libretos escritos por otros (Romani, Colauti) pero basados en obras de Scribe.

      Da Ponte y Mozart

      La ópera es un invento italiano y hasta СКАЧАТЬ