Guerra del pueblo, Ejército del pueblo. Vo Nguyen Giap
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Название: Guerra del pueblo, Ejército del pueblo

Автор: Vo Nguyen Giap

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Verde Olivo

isbn: 9789874039231

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СКАЧАТЬ más reaccionarios de la burguesía y de los terratenientes vietnamitas, afiliados al Vietnam Quoc Dan Dang (el Kuomintang vietnamita6) y al Fue Quoc projaponés (Partido de la Restauración Nacional Vietnamita). Con la ayuda china estos elementos provocaron tumultos en todas partes, ocuparon cinco provincias cerca de la frontera, promovieron incidentes en el mismo corazón de la capital y se prepararon febrilmen­te para derribar el poder popular. En el sur los ingleses se dedicaban activamente a apresurar el retorno de los imperialistas franceses. Jamás hubo tantas tropas extranje­ras en el suelo de Vietnam. Pero nunca el pueblo vietna­mita había estado tan decidido a luchar.

      Tales son, a grandes rasgos, los datos geográficos e históricos indispensables para la comprensión del desarro­llo de la guerra de liberación nacional del pueblo vietna­mita.

      II. Breve exposición del desarrollo de la guerra de liberación nacional

      Al terminar la guerra los franceses pensaban apoyarse en las tropas británicas para reconquistar el Nam Bo y utilizarlo después como trampolín para preparar su mar­cha sobre el norte. Habían capitulado ante los japoneses, pero, terminada la guerra, consideraban que tenían un derecho indiscutible a volver como señores a su antigua colonia. Se negaban a admitir que en ese periodo de tiempo la situación había cambiado radicalmente.

      En septiembre de 1945 las tropas coloniales francesas, armadas por los ingleses y reforzadas rápidamente por el Cuerpo Expedicionario Francés, bajo el mando del general Leclerc, desencadenaban la agresión en Saigón con el apoyo directo del ejército inglés. La población del Nam Bo se lanzó enseguida al combate. Dada la extrema debilidad de sus fuerzas armadas, el poder popular tuvo que retirarse al campo, después de duros combates calleje­ros en Saigón y en las grandes ciudades. La casi totalidad de las poblaciones y vías de comunicación del Nam Bo y del sur del Trung Bo caían sucesivamente en manos del enemigo.

      Los colonialistas creían estar a punto de acabar la reconquista del Nam Bo. El general Leclerc declaraba que terminaría la ocupación y la “pacificación” en diez sema­nas. Pero los acontecimientos siguieron otra dirección. Fortalecida por el apoyo de todo el país, la población del sur continuaba la lucha.

      En toda la campiña del Nam Bo las guerrillas se reforzaron, sus bases se multiplicaron y extendieron, el poder popular se mantuvo y afirmó a lo largo de los nueve años de la resistencia, hasta el restablecimiento de la paz.

      Sabiendo que la invasión del Nam Bo no era más que la primera fase del plan de agresión de los franceses, nuestro Partido guiaba a la nación hacia la preparación de una resistencia prolongada. A fin de concentrar todas las fuerzas hostiles al imperialismo francés, adoptó una lúcida política: Unidad de todos los susceptibles de participar en esta unidad, neutralización de todos los que pudiesen ser neutralizados, ampliación del Frente Nacional Unido con la creación del Lien Viet (Frente de Unión Nacional de Vietnam), organización urgente de las elecciones generales con sufragio universal para constituir la primera asamblea nacional de la República Democrática de Vietnam, encar­gada de votar una Constitución y formar un gobierno de resistencia ampliamente representativo, hasta con la parti­cipación del Vietnam Quoc Dan Dang (el Kuomintang vietnamita). Evitábamos en ese momento todo roce con las tropas de Chiang Kai-shek.

      El problema que se planteaba entonces al Cuerpo Expedicionario Francés era saber si le sería fácil volver al norte de Vietnam por la fuerza. Indudablemente no, ya que nuestras fuerzas eran allí más poderosas que en el sur. Por su parte, nuestro gobierno quería salvaguardar a toda costa la paz a fin de consolidar el poder popular apenas constituido y reconstruir el país devastado por largos años de guerra. Por ello se celebraron entre nuestro gobierno y los franceses negociaciones que dieron por resultado el Acuerdo Preliminar del seis de marzo de 1946. Según los términos de este convenio, se autorizó a contingentes limitados de tropas francesas a estacionarse en cierto número de localidades del norte de Vietnam para conjun­tamente con el ejército vietnamita, relevar a las tropas de Chiang Kai-shek. A cambio, el gobierno francés recono­cía a Vietnam como un Estado libre con su gobierno, su asamblea nacional, su ejército y sus finanzas propios, y se comprometía a retirar sus tropas de Vietnam en un plazo de cinco años. En cuanto al status político del Nam Bo, debía ser fijado por un referéndum.

      Fiel a su política de paz e independencia, nuestro gobierno trató por todos los medios de arreglar amistosa­mente los conflictos; en diversas y sucesivas apelaciones demandó que el gobierno francés, presidido entonces por el Partido Socialista Francés (SFIO), cambiase de política a fin de evitar una guerra perjudicial para ambas partes. Al mismo tiempo nos dedicábamos activamente a fortalecer nuestra retaguardia y a prepararnos para la eventualidad de una guerra de resistencia. Obtuvimos buenos resultados en el aumento de la producción. Pusimos gran atención al fortalecimiento de la defensa nacional. Reprimimos con éxito a los del Vietnam Quoc Dan Dang, liberando a todas las regiones que habían caído en sus manos.

      En noviembre de 1946 la situación se agravó. Los colonialistas atacaron Haiphong. Después de librar com­bates callejeros, nuestras tropas se retiraron a los arraba­les. En diciembre los franceses provocaron un clima de tensión en Hanói: matanza de civiles, ocupación de ciertos servicios públicos, envío de un ultimátum exigiendo el desarme de nuestros grupos de autodefensa y el derecho de asegurar por sí mismos el orden en la ciudad. Final­mente extendieron el conflicto armado. Habían escogido deliberadamente el camino de la guerra, que debía ser también el de su propia ruina.

      El 19 de diciembre la resistencia se extendió a todo el país. Al día siguiente, en nombre del Partido y del gobierno, el presidente Ho Chi Minh llamó al pueblo a levantarse para aplastar al enemigo y salvar a la patria, a combatir hasta la última gota de sangre y rechazar categóricamente toda nueva esclavitud.

      En el momento en que las hostilidades se generalizaron en todo el país, ¿cuál era la correlación de fuerzas? Desde el punto de vista material el enemigo era indiscutiblemente más fuerte que nosotros. Nuestras tropas recibieron, pues, la orden de combatirlo en todas partes donde tuviera guarnición, para debilitarlo e impedirle desplegarse dema­siado rápidamente; seguidamente, cuando las condiciones llegasen a ser desfavorables para nosotros, replegar la mayor parte de nuestros efectivos hacia la retaguardia para preservar nuestras fuerzas con el objetivo de una resistencia prolongada. Los combates más destacados se desarrollaron en Hanói, donde nuestras tropas lograron sostener sólidamente un vasto sector durante dos meses enteros antes de retirarse indemnes de la capital.

      En esos días en que la patria estaba en peligro, todo el pueblo vietnamita permanecía indisolublemente unido en un combate a muerte. Respondiendo al llamamiento del Partido, había escogido resueltamente el camino de la libertad y la independencia. El gobierno central se había retirado a las bases de la región montañosa del Viet Bac; se crearon zonas militares —pronto unidas por interzonas— y se reforzaron los poderes de las autoridades locales para movilizar al pueblo y organizar la resistencia. Nuestro gobierno continuaba invitando al gobierno francés a no obstinarse en el error y volver a las negociaciones pacífi­cas. Pero, bajo el pretexto de la negociación, el gobierno francés СКАЧАТЬ