Decadencia. Adrian Andrade
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Название: Decadencia

Автор: Adrian Andrade

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Universo Adriático

isbn: 9789942868176

isbn:

СКАЧАТЬ style="font-size:15px;">      —Quisiera un poco de esa luz.

      —Ahí la tienes —señaló Hanna hacia los filtros—, siempre la has tenido.

      Elder medio sonrió ante la espontaneidad de su amiga especial. De forma inesperada la luz de aquellos filtros se difuminó y un trueno proveniente del exterior se interpuso en su prohibida conversación.

      —¿Una tormenta? —inquirió Hanna al ponerse de pie—. El clima está más loco que nosotros.

      —¿Así suena una tormenta?

      —Más bien un trueno.

      —Me sonó a otra cosa.

      —¿Cómo a qué?

      —No sé, quizás a algún tipo de nave explotando a lo lejos.

      —¡Estás recordando!

      Hanna cometió el error de verle a los ojos.

      —No —intervino Elder con desilusión—, es sólo lo mismo de siempre.

      —Estás cosas toman tiempo —de nuevo desvió su vista esperando no haber sido cachada por la videocámara.

      —Tiempo que no tengo.

      —¿Qué te hace creerlo?

      —El Dr. Berger quiere abrirme la cabeza, así que es obvio que me voy a morir.

      Hanna permaneció callada y en su sombría expresión, Elder notó la absoluta verdad de su presentimiento.

      —¿Cuántos días me quedan?

      —No es tan sencillo, requieren de un documento firmado.

      —Bien sabes que no requieren de nada.

      Hanna trató de no verlo a su rostro mientras disimulaba desinterés frente a la cámara. Lo bueno que no se permitía grabar audio por lo que no le importaba desmedir sus palabras siempre y cuando no hubiese alguien esperando afuera de la celda.

      —No dejaré que te maten Elder, te lo prometo.

      —¿Por qué tratas de protegerme?

      —¿Por qué sé quién eres?

      —Sólo estás encariñada de una idea.

      —Va mucho más que una idea —susurró Hanna— si tan sólo vieras el amanecer, comprenderías.

      —Me conformó con la oscuridad.

      —Confía en mí y déjame mostrarte la luz.

      Hanna cometió el error de verlo a los ojos y todo por tratar de animarlo.

      —Quisiera creerte…

      —¡Señorita Rodríguez! —interrumpió un tercero— ¡Se puede saber por qué está haciendo contacto directo con el humanoide sin supervisión y sin previa autorización!

      —Elder se sentía mal —mencionó el nombre sin darse cuenta de su segundo error—, sólo quería cerciorarme que estuviese bien. Le juro que se me olvidó por completo el nuevo procedimiento.

      Finch se le quedó mirando con sospecha.

      —Si fuese el Dr. Berger, estaría en serios problemas.

      —Lo siento Dr. Finch, no volverá a pasar.

      —Déjenos y más cuidado para la otra.

      —Sí doctor —declaró Hanna saliendo del cuarto.

      Elder miró el rostro perturbado de Finch quien se asomaba afuera de la puerta para revisar si algún otro de sus compañeros se encontraba cerca. Luego cerró la puerta y acudió con Elder hincándose para platicar en voz baja.

      —Yo sé que te acuerdas de ese día —rompiendo formalidades— lo escuché durante la conversación que tuviste hace unos minutos con Hanna, ocupo que me cuentes lo que pasó en el Mono Lake.

      —Perdone Dr. Finch, no tengo idea de lo que me habla.

      —No mientas, si lo sabes. Me enteré de tu rescate en la isla por medio del sargento Randall mientras yo yacía inconsciente. Ni siquiera Berger me lo platicó en persona.

      —No se lo tome a mal, pero yo tampoco confiaría en usted.

      —Cómo puedes decir eso cuando he sido el único que te ha tratado bien, siempre protegiéndote de la muerte que te acecha. No tienes la mínima idea de lo que Berger es capaz de hacerte o de hacerle a tu estimada amiga. Después de todo, ella se ha vuelto descuidada; cuando era demasiada cautelosa. Me pregunto ¿a qué estará jugando? o mejor dicho ¿con quién estará jugando?

      Elder empezó a sudar ante la confusa insinuación.

      —Sólo ayúdame como yo te ayudado, confía en mí como yo he confiado en ti. Lo menos que quiero es lastimarte, tú lo sabes.

      Elder notó la honestidad en Finch y decidió revelarle lo poco que sabía.

      —Sólo recuerdo a varias personas uniformadas comentando sobre un efe eme, mmm no me acuerdo cual era la otra consonante.

      —¿Equis?

      —Sí, un FMX. Estaban hablando de un FMX extraviado.

      —¡Mentiroso! —confesó.

      Elder se mantuvo confuso ante la interrupción.

      —Perdón, me refería a… —se contuvo de revelar el nombre ante la cámara—. Cuéntame todo lo que sabes, necesito saberlo.

      —¿Y Hanna?

      —Te prometo que ella estará bien, no la delataré si me dices lo que necesito saber.

      —Está bien.

      Sin tener alternativa, Elder cedió.

      * * *

      Finch corrió al pasillo para rencontrarse con Berger. El doctor estaba aislado revisando un análisis afuera de su oficina cuando Finch le cayó de sorpresa cerciorándose de que no estuviera otro individuo cerca para percatarse de su eexplosiva ansiedad.

      —¡Por qué me mintió sobre el rescate en la isla Paoha!

      —En ningún momento le mentí Dr. Finch —susurró con delicadeza—. Sólo no lo mencioné.

      —¡Sabía que la descarga fue mandada desde la isla de Paoha y ahora que lo pienso, el misil era un FMX, su especialidad si no me equivoco!

      —No se lo tome personal, sólo buscaba obtener su apoyo legal en un futuro como este.

      —Quería asustarme para conseguir mi aprobación.

      —No sé cuál sea su problema, aquí СКАЧАТЬ