Una universidad humanista. Milton Molano Camargo
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Название: Una universidad humanista

Автор: Milton Molano Camargo

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Pensamiento Lasallista

isbn: 9789588844008

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СКАЧАТЬ dinamismo y tiene validez en su momento, pero no de manera perenne. El saber pedagógico no es ni del tipo sapiencial ni hermenéutico sino de tipo operatorio.

      En el Centro de Investigaciones Lasallistas (CILA) de la Universidad se ha revisado, con cierta predilección, el planeamiento de Antoni Colom Cañellas sobre la pedagogía.10 Esta decisión da fe de una nueva preocupación por el estudio del tema, que coincide con la preocupación de otros educadores del país.{11} Colom Cañellas parte de la distinción entre ciencias naturales, cuyos elementos de estudio son los objetos y fenómenos cuya finalidad es comprender. Para estas últimas, el método de las ciencias naturales es apenas un auxiliar. La ciencia se concibe como “un lenguaje o una codificación que pretende hacer inteligible nuestro universo”.

      La pedagogía general es, pues, una ciencia humana que tiene por objeto la educación. Concretamente, “la pedagogía se nos presenta como otra de las ciencias de relación y, por lo tanto, con capacidad de integrar los conocimientos que sintetiza en la que ya denominamos teoría general de la relación”.

      Este enfoque permite descubrir dos niveles diferenciados de relación proyectiva (entre los protagonistas de la educación) y la relación proyectiva (entre los protagonistas y los modelos ejemplares, culturales o ideológicos religiosos que configuran los aportes trascendentes de la educación). El segundo nivel —la relación en el campo de la pedagogía— encierra, así mismo, dos tipos de análisis: la relación educativa en el plano de las ciencias (relaciones de la pedagogía con otras ciencias, y en relación entre la educación y sus niveles de codificación como teoría, como técnica o como práctica). “La pedagogía general es metateoría de la educación. El planteamiento ha llamado la atención por la determinación del objetivo del saber pedagógico en la ‘relación’ educador educando”; por la reivindicación de la pedagogía como ciencia, pero como ciencia humana y por el deslinde de los niveles de relación y sus correspondientes niveles epistemológicos. Queda por realizar aún el análisis crítico de estos planeamientos.

      Simultáneamente, dentro del CILA se ha abierto una nueva posibilidad para la compresión actual del concepto de ciencia, desde el enfoque del filósofo español Xavier Zubiri hacia el fundamento de la realidad, marcha que se basta en la previa intelección sentiente de la realidad, y la ciencia no es más que una de las formas del conocimiento caracterizada por su carácter racional (inquirente, canónico, mesurable), metódico (estructurado) y verificable. Además, la verificación se realiza por formas distintas, que no se agotan en los procedimientos positivistas.

      Aunque Zubiri no habla de pedagogía general, la aplicación de esta concepción de la ciencia a la realidad del quehacer educativo, con base en una investigación cuyo método no sea la aplicación de un conjunto de “normas o reglas” previamente establecidas, sino un verdadero “camino a través de” la propia realidad, abre un campo interesante de posibilidades para el desarrollo de la pedagogía general. En esta forma, la recuperación de la reflexión teórica de las últimas dos décadas en la Universidad de La Salle deja estas posibilidades y capacidades:

      1. La posibilidad de recuperar la preocupación por la pedagogía general como ciencia, a la luz de los nuevos enfoques, que viene de la filosofía de la ciencia, la epistemología y la propia pedagogía. Esta posibilidad nos abre, ante todo, un amplio espacio para la investigación teórica.

      2. Igualmente la posibilidad de recuperar la preocupación pedagógica en su sentido original, como investigación científica sobre los procesos educativos y las maneras de mejoramiento de la calidad de la educación.

      3. La posibilidad de definir el enfoque de la filosofía de la educación y el modelo curricular que más se avienen con el marco doctrinal de la institución, en función del mejoramiento de la calidad de la educación.

      4. La posibilidad de formular, con fundamentos sólidos, un proyecto educativo universitario.

      5. La necesidad de recuperar espacios para la reflexión y la publicación de los problemas pedagógicos.

      Pedagogía y proyecto pedagógico

      Pedagogía

      La tradicional distinción entre el sentido amplio y el sentido estricto de los términos puede volver a tener alguna utilidad en lo que se refiere a este concepto. Si en sentido amplio se denomina pedagogía todo lo relacionado con el “saber” sobre el quehacer pedagógico, su fundamento y su contexto, su dinámica, en un sentido estricto, se puede reservar el término pedagogía al saber científico sobre el mismo quehacer, a la “metateoría” sobre el quehacer educativo en toda su gama de manifestaciones y posibilidades. En cuanto tal, la fundamentación, el análisis crítico, la congruencia tanto interna como en relación con los hechos, la precisión, el rigor lógico y conceptual, la autocorrectividad y hasta la verificabilidad (o falsabilidad según sea el enfoque de filosofía de la ciencia que se encuentre más consistente), puestos al servicio de la “comprensión” y fundamentación de la relación educativa, pueden ser características del saber pedagógico, que lo ubican en el campo de las ciencias, aunque ciertamente de las ciencias humanas o “de sentido”. Si hasta el momento no lo han sido, son, hoy por hoy, aprendizajes sociales que pueden permitir el desarrollo científico de la pedagogía, aunque sin cerrarse frente a otras posibilidades cognoscitivas. El “paradigma” general del llamado conocimiento científico y dentro de este, el específico del conocimiento “humano” compresivo, deben ser, como buenos paradigmas, el patrón de referencia del saber pedagógico, pero sin llegar a convertirse en una camisa de fuerza que excluya otras posibilidades significativas para la compresión humana. Lo importante es: recuperar el concepto de ciencia como proceso de “investigación racional” a partir y desde la propia interacción social y aplicarlo al saber pedagógico; desarrollar paralelamente el debate epistemológico en relación con ese saber para irle dando cada vez mayor consistencia y validez; y, ante todo, para que vaya contribuyendo cada vez mejor, en forma ordenada, a la orientación y potenciación del quehacer educativo. Así, no cabe duda de que la investigación pedagógica debe realizarse desde el campo propio de la pedagogía (campo de la práctica pedagógica y educativa), pero con el aporte de los distintos saberes que hoy por hoy necesariamente tienen que ocurrir en ese campo. El problema de si debe hacerse en forma multidisciplinaria, interdisciplinaria es —a nuestro juicio— un problema que debe resolverse dentro del proceso de debate epistemológico, para cada situación de investigación específica. No puede ser tomado como principio ni como supuesto previo de la pedagogía.

      La pedagogía es, ciertamente, un “saber”, pero, ante todo, un “saber hacer” cuyos sujetos son históricos cambiantes. Por eso dice relación con la tecnología, pero no con una ciencia o con unos principios tecnológicos puramente teóricos o inmutables, sino con unos procesos dinámicos, unificados en torno a una intencionalidad.

      Así entendido, el saber pedagógico nos parece que ofrece a la vez las posibilidades de fundamentación rigurosa —científica— y a la vez la flexibilidad que requiere lo “humano” y específicamente lo relacionado-humano, histórico-interactivo. Con estas dos características, se puede garantizar la contribución que —por naturaleza— tiene que dar el saber pedagógico a la educación, que es la de fundamentarla con “buenas teorías”, reorientarla, capacitarla y potencializarla por medio del desarrollo de nuevas formas de relación y comunicación, actitudes, y, por qué no, de tecnologías, procedimientos, didácticas renovadas.

      La educación es una actividad en el orden de la cultura, por consiguiente, un saber pedagógico consistente permitirá un proceso de renovación y cambio cultural igualmente significativo. Nuevamente proponemos un enfoque integrador de los paradigmas cognoscitivos con respecto a la cultura. El respeto mutuo, entre las concepciones “analítico-críticas” rigurosas y fundamentadas y la “concepción hermenéutica, que busca ‘el sentido’ y la ‘reorientación del sentido’, debe СКАЧАТЬ