Luz de alegría - El novio perfecto - Un buen novio. Barbara Hannay
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Название: Luz de alegría - El novio perfecto - Un buen novio

Автор: Barbara Hannay

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Omnibus Jazmin

isbn: 9788413489421

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СКАЧАТЬ dinero… y tiempo.

      –¿Pero, y si hace que la gente se fije en nuestra causa?

      En eso tenía razón.

      –Bueno, pasemos al siguiente punto. Tú te encargas de la campaña publicitaria.

      –Una vez obtengamos la aprobación del departamento de sanidad y riesgos laborales, podríamos organizar una jornada de trabajo. Podríamos pedir ayuda a través de la radio. ¿Crees posible convencer a tus adolescentes de trabajar a cambio de nada?

      –A algunos, sí.

      Algunos deseaban una oportunidad desesperadamente.

      –Si ayudan a pintar y a decorar la cafetería se sentirán más involucrados en el proyecto. Sobre todo si reciben pizza gratis a cambio.

      –Es un plan excelente.

      –También tendríamos que promocionar la apertura de la cafetería. ¿Crees que podríamos sortear tickets para el almuerzo el día de la inauguración?

      –Creo que es una idea estupenda, pero me gustaría que ese día siguiera siendo el miércoles de la semana que viene.

      –Pues vamos a tener unos días de lo más ajetreados, ¿no crees?

      –Totalmente. Yo preferiría anunciar un evento para dentro de dos meses, e invitar a propietarios de restaurantes y hoteles, a encargados de empresas de catering…, a cualquiera que pudiera estar interesado en contratar a nuestros aprendices.

      Ella aplaudió.

      –Podríamos organizar un almuerzo para la Copa Melbourne. Para entonces los chicos tendrán algo de experiencia.

      –¡Genial!

      Él se acomodó en el asiento. Después de tanto trabajo duro e interminables trámites burocráticos, Rico comenzaba a apreciar el lado divertido del proyecto y a convencerse de que podrían hacerlo funcionar. Miró a Neen y de nuevo sintió la necesidad de inclinarse hacia ella y besarla. Por pura gratitud, nada más. Terminó su limonada de un trago.

      –Neen, estoy impresionado. Desde el momento en que entraste en mi oficina supe que eras la persona adecuada para el trabajo.

      –¿Pero?

      –Pero no me había dado cuenta hasta ahora de hasta qué punto. Cuando te negaste a firmar un contrato por dos años, dudé de tu compromiso, pero me equivoqué. ¿De dónde salen tanta energía y tantas ideas?

      Los ojos de Neen se llenaron de lágrimas súbitamente.

      –¿Qué…? –preguntó, angustiado–. Te estaba piropeando. ¿Qué he dicho de malo?

      Ella quiso decir que nada, que eran tonterías suyas, pero las palabras se negaron a salir. Además, no le apetecía mentir, no a Rico.

      –Me has preguntado que de dónde saco tanta energía y tantas ideas…

      –Era una pregunta retórica; solo quería alabarte.

      –Lo sé, y te lo agradezco. Me has hecho sentir que estaba haciendo un buen trabajo.

      –¿Pero…?

      Ella se inclinó hacia él y estuvo a punto de tocarle la mano, pero se retractó en el último momento.

      –Rico, mi sueño es abrir mi propia cafetería. Durante tres meses y medio pensé que estaba a punto de hacerse realidad. Busqué locales, diseñé menús, hablé con gente de posibles empleados. La cabeza me hervía de ideas, pero…

      No pudo seguir. Su sueño se había aplazado indefinidamente, quizá para siempre, y… Sintió que algo se desplomaba dentro de ella, amenazando con aplastar algo bueno y puro en su interior. Enderezó la espalda y combatió el deseo de enterrar la cara entre sus manos.

      –¿Pero has tenido que posponerlo hasta que se solucione el asunto del testamento?

      –Exacto.

      –Y mi cafetería se está beneficiando de tu desengaño…

      Él le tomó la mano, inundándola de calidez y algo más que no supo definir.

      –Neen, no es más que un retraso. Al final, conseguirás tener tu propia cafetería. Eres lista y capaz, y…

      –Rico –no quería darle la impresión de estar sumida en la autocompasión–. Te agradezco que me hayas dado una oportunidad. Si no puedo llevar a la práctica mis planes de abrir mi propia cafetería, dirigir la tuya es la mejor alternativa. No quiero que pienses que no estoy entregada al cien por cien, o que te voy a dejar en la estacada. Pase lo que pase con el testamento, te he prometido un año.

      –No dudo de tu compromiso, Neen.

      –Pero tampoco quiero que pienses que te estoy prometiendo más que eso.

      Él se echó hacia atrás y le soltó la mano.

      –Comprendo –dijo con rostro inexpresivo.

      Neen lamentó su retraimiento, pero se dijo que era mejor así. No quería darle la impresión de haber hecho suya su causa. Ella tenía sueños, sueños que sin duda la gente entregada a una causa consideraría egoístas. Sintió un sabor acre en la boca; eso era exactamente lo que le habían dicho sus padres la noche anterior. Eran demasiado fanáticos para reconocer sus propias obsesiones. Trató de sacudirse los recuerdos de la cena de la víspera; regodearse en ellos no le hacía ningún bien.

      –¿Cuándo conoceré a los chavales?

      Él miró su reloj.

      –Les he pedido a varios de ellos que vengan al centro comunitario esta tarde.

      ¿El centro comunitario? No parecía mal sitio; mejor que una pista de patinaje o de baloncesto.

      –¿Suelen reunirse allí?

      Cruzó los dedos, con la esperanza de que los chicos de Rico se tomaran el trabajo en serio y aprovecharan la oportunidad que se les ofrecía.

      –El centro tiene un gimnasio gratuito que suelen frecuentar.

      Neen advirtió cómo la expresión de Rico se suavizaba cuando hablaba de ellos.

      –Quiero que les des una oportunidad, Neen. Son algo rudos, pero es que han tenido una vida dura.

      –No tengo intención de prejuzgarlos.

      –La mayoría de la gente espera lo peor de ellos. Yo intento esperar lo mejor.

      –Espero que sean conscientes de lo afortunados que son de tenerte como protector.

      Él permaneció en silencio.

      –¿Cómo acabaste haciendo este tipo de trabajo?

      La luz de sus ojos se ensombreció.

      –No fue algo casual, sino muy deliberado.

      Neen СКАЧАТЬ