Название: 1968: Historia de un acontecimiento
Автор: Álvaro Acevedo
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9789588956978
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El primer estudio de caso analizado corresponde a dos artículos del profesor Absalón Jiménez en la Universidad Pedagógica Nacional [UPN] para la segunda mitad del siglo XX73. En el primero de ellos Jiménez señala que la presencia del movimiento estudiantil de la UPN contribuye a la creación de comunidad universitaria. Aunque enfatiza en un enfoque histórico de trabajo, la organización de la información es estrictamente cronológica y procura mostrar lo que sucede en la UPN respecto de otras luchas estudiantiles en el territorio nacional. El relato se inicia con las primeras manifestaciones de organización y movilización estudiantil en la Universidad Pedagógica Nacional Femenina [Upnf] y su articulación con la Unec.
Las acciones del estudiantado de la UPN se caracterizan por la presencia, tardía en la institución, de una población masculina que expresa cierta radicalización en las protestas y por relaciones directas y demandas propias del mundo pedagógico y del movimiento magisterial. La narración lineal de acontecimientos da cuenta de sucesos protagonizados por los estudiantes en relación con los problemas que enfrenta la Universidad. En alguna medida se advierte el deseo de mostrar que en la UPN también acontece algo, que allí tienen participación grupos políticos como la Juventud Comunista [Juco] o la Juventud Patriótica [Jupa], y que, como característica distintiva, las organizaciones estudiantiles tienen interesantes relaciones con sectores sociales como los indígenas. El texto cierra con una revisión de los principales acontecimientos de las dos últimas décadas, en la que se sostiene la idea de una crisis del estudiantado tanto en el plano político como discursivo. Es pertinente anotar que el autor hace una notable pesquisa en la prensa nacional y en la fuente oral, aunque se echa de menos la utilización sistemática de documentación producida por el estudiantado. Por último, es evidente el peso que tiene la tesis de Francisco Leal Buitrago en la interpretación del autor, a pesar de que reconoce los aportes de Mauricio Archila en la crítica que hace sobre la conceptualización del movimiento estudiantil. El influjo de Leal Buitrago no se refiere a la interpretación clasista, sino a la periodización que ofrece, en particular a la idea de que solo durante los primeros años del Frente Nacional [1958-1964] se puede hablar de movimiento estudiantil.
Aunque el conflicto universitario de 1971 tiene un gran protagonismo en la Universidad del Valle, sorprende que lo acaecido allí aún no goze de una amplia reflexión por parte de la historiografía. No obstante, se conocen tres trabajos que abordan la particularidad del caso, uno del investigador Luis Aurelio Ordóñez Burbano, otro es una tesis de grado elaborada en conjunto por Vianney Herrera y Leonor Trujillo y un documental, titulado La rebelión de los estudiantes, dirigido por Indira Gironza. El texto Mataron a Jalisco, el día en que todo estuvo a punto de estallar, del profesor Ordóñez Burbano, tiene como objetivo comprender y valorar el impacto de un conflicto significativo en la historia de la Universidad del Valle, que se remonta a la década de los años sesenta y evoluciona en forma dramática hasta 1972. El autor, a través de libros, artículos y documentos universitarios, tales como actas, acuerdos y resoluciones, narra los luctuosos acontecimientos sucedidos el 26 de febrero de 1971. No obstante, el mayor impacto de este texto se encuentra en las entrevistas realizadas a testigos presenciales de estos acontecimientos y que relatan vivazmente los sucesos tras la muerte del estudiante Édgar Mejía Vargas. Además, es muy valioso el aporte hecho por Ordóñez Burbano al entrelazar la documentación oficial, la fuente oral y la no ficción o novela testimonio, lo que permite una lectura agradable y a la vez nostálgica del movimiento estudiantil de los años setenta en Cali.
En once cortos capítulos, Ordóñez Burbano reconstruye el panorama mundial desde mediados de 1959 y reseña eventos tales como la Revolución cubana, la guerra de Vietnam y el Mayo francés del 68, para derivar en sucesos menores en su dimensión histórica, pero que fueron la propuesta de cambio de la sociedad de la época en Colombia. Dentro de estos sucesos se cuenta la influencia del Nadaísmo en la literatura, la implementación del Frente Nacional en la política y el surgimiento de figuras emblemáticas como Camilo Torres Restrepo, quien con sus ideales cristianos transforma la percepción de la sociedad colombiana. Este panorama mundial de la época, sumado al contexto político nacional a partir del Frente Nacional y a la situación académica e institucional de la Universidad del Valle, es la antesala y a la vez el pretexto del autor para desarrollar el objeto de su obra que es la descripción del conflicto estudiantil ocurrido en Cali el día 26 de febrero de 1971. La relación entre agrupaciones de izquierda, el clima de revolución estudiantil mundial, la Guerra Fría, el ascenso del cristianismo revolucionario y la formación del núcleo de dirigentes del movimiento estudiantil de la Universidad del Valle permiten observar una diferencia crucial con los movimientos estudiantiles de la Universidad Nacional y de la Universidad Industrial de Santander. Esa diferencia consiste en la construcción de un movimiento urbano de masas con su respectiva legitimación en prácticas discursivas y en el ejercicio de la democracia directa por parte del estudiantado de la ciudad de Cali, al contrario de lo sucedido en Bogotá y Bucaramanga, donde existe un desarrollo de alternativas guerrilleras, a partir de la formación del Ejército de Liberación Nacional [ELN].
Ordóñez Burbano hace una breve descripción del triste legado del movimiento universitario desde el 8 de junio de 1929 con la muerte de Gonzalo Bravo Pérez, pasando por los acontecimientos del 9 de junio de 1953 con los crímenes de Uriel Gutiérrez, Álvaro Gutiérrez, Elmo Gómez Lucich, Hernando Morales, Rafael Cháves Matallana, Jaime Moure Ramírez, Hernando Ospina López, Hugo León Vásquez y Jaime Pacheco, para terminar el 26 de febrero de 1971 con los asesinatos de Édgar Mejía Vargas, Luis Ángel Adán, Libardo Cuéllar, Moisés Ayala, Beatriz Agredo, Luis Albán Castro, Emperatriz Agromo, Ignacio Cortez, José Antonio Escobar y Guillermo Tejada, entre otros, sin olvidar a Carlos Augusto González, muerto el 4 de marzo de 1971 en Popayán. Estos nombres son una pequeña muestra del desconocimiento existente sobre el movimiento estudiantil colombiano y su lúgubre aporte a la historia nacional.
Por otro lado, el documental La rebelión de los estudiantes enriquece la representación de los hechos del 26 de febrero en la Universidad del Valle, mediante el relato oral de algunos de sus participantes, que de una u otra forma son testigos directos de lo acontecido. Sin embargo, quizás el aporte más significativo que hace este trabajo audiovisual es mostrar la pluralidad de afirmaciones que sobre la cantidad de muertos se ha transmitido hasta la actualidad. Narran los entrevistados que todo empieza hacia las siete de la mañana con el objetivo de retomar la universidad, que en aquel momento se encuentra bajo el poder de las Fuerzas Armadas. Luego, entre las ocho y diez de la mañana, en confusos hechos es asesinado el estudiante Édgar Mejía Vargas, conocido como Jalisco. Una hipótesis enunciada en el documental sostiene que su muerte se produce debido a que el estudiante le arrebata el fusil a un soldado y empieza a enarbolarlo en son de victoria. Este gesto hiere el honor de la tropa que en seguida le dispara, y, en un acto un tanto siniestro, fragmentos de su cerebro empiezan a circular entre los estudiantes en un pañuelo empapado de sangre. Este suceso genera una ola de indignación que hace que el objetivo inicial de la manifestación se desdibuje para dar paso a un frenesí de ira que se traduce en un fuerte enfrentamiento con el ejército, que se desplaza por fuera de los alrededores del campus universitario y que culmina en barrios populares bien entrada la noche, sin importar que desde el mediodía se haya decretado toque de queda en toda la ciudad. Sobre la cantidad de muertos durante este fatídico día no hay un número concreto, algunos hablan de 14 incluyendo a Jalisco. En la canción 26 de febrero, no lo olvide compañero compuesta por Enrique Buenaventura se reitera que son 15 los muertos; mientras que otros se atreven a decir que fueron aproximadamente 60 muertos, pero no reconocidos oficialmente, y en un diario local se publica al día siguiente un listado que incluye tan solo 7 nombres de personas asesinadas bajo la advertencia de que hay más74. Lo cierto es que la muerte del joven deportista Édgar Mejía Vargas, Jalisco, es el detonante del conflicto СКАЧАТЬ