El sombrero de tres picos. Pedro Antonio de Alarcón
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Название: El sombrero de tres picos

Автор: Pedro Antonio de Alarcón

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 4057664155276

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СКАЧАТЬ conversación.

      Y la burra salió al trote; con lo que no pudo oírse

       el resto del diálogo.

      X

      DESDE LA PARRA

      Mientras así discurrían los labriegos que saludaban

       al señor Corregidor, la señá Frasquita regaba y barría

       cuidadosamente la plazoletilla empedrada que servía de

       atrio o compás al molino, y colocaba media docena de

       sillas debajo de lo más espeso del emparrado, en el cual 30-5

       estaba subido el tío Lucas, cortando los mejores racimos

       y arreglándolos artísticamente en una cesta.

      —¡Pues sí, Frasquita! (decía el tío Lucas desde lo

       alto de la parra): el señor Corregidor está enamorado

       de ti de muy mala manera... 30-10

      —Ya te lo dije yo hace tiempo (contestó la mujer

       del Norte)... Pero ¡déjalo que pene!—¡Cuidado,

       Lucas, no te vayas a caer!

      —Descuida: estoy bien agarrado...—También le

       gustas mucho al señor... 30-15

      —¡Mira! ¡no me des más noticias! (interrumpió

       ella). ¡Demasiado sé yo a quién le gusto y a quién no

       le gusto! ¡Ojalá supiera del mismo modo por qué no

       te gusto a ti!

      —¡Toma! Porque eres muy fea...—contestó el 30-20

       tío Lucas.

      —Pues, oye..., ¡fea y todo, soy capaz de subir a

       la parra y echarte de cabeza al suelo!..

      —Más fácil sería que yo no te dejase bajar de la

       parra sin comerte viva... 30-25

      —¡Eso es!...¡y cuando vinieran mis galanes y nos

       viesen ahí, dirían que éramos un mono y una mona!...

      —Y acertarían; porque tú eres muy mona y muy

       rebonita, y yo parezco un mono con esta joroba...

      —Que a mí me gusta muchísimo... 31-5

      —Entonces te gustará más la del Corregidor, que es

       mayor que la mía...

      —¡Vamos! ¡Vamos! Sr. D. Lucas...¡No tenga

       V. tantos celos!...

      —¿Celos yo de ese viejo petate?—¡Al contrario; 31-10

       me alegro muchísimo de que te quiera!...

      —¿Por qué?

      —Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no

       has de quererlo nunca, y yo soy entretanto el verdadero

       Corregidor de la ciudad! 31-15

      —¡Miren el vanidoso!—Pues figúrate que llegase a

       quererlo...—¡Cosas más raras se ven en el mundo!

      —Tampoco me daría gran cuidado...

      —¿Por qué?

      —¡Porque entonces tú no serías ya tú; y, no siendo 31-20

       tú quien eres, o como yo creo que eres, maldito lo que

       me importaría que te llevasen los demonios!

      —Pero bien; ¿qué harías en semejante caso?

      —¿Yo? ¡Mira lo que no sé!... Porque, como

       entonces yo sería otro y no el que soy ahora, no puedo 31-25

       figurarme lo que pensaría...

      —¿Y por qué serías entonces otro?—insistió valientemente

       la señá Frasquita, dejando de barrer y

       poniéndose en jarras para mirar hacia arriba.

      El tío Lucas se rascó la cabeza, como si escarbara 31-30 para sacar de ella alguna idea muy profunda, hasta que al fin dijo con más seriedad y pulidez que de costumbre:

      —Sería otro, porque yo soy ahora un hombre que cree

       en ti como en sí mismo, y que no tiene más vida que

       esta fe. De consiguiente, al dejar de creer en ti, me 32-5

       moriría o me convertiría en un nuevo hombre; viviría

       de otro modo; me parecería que acababa de nacer;

       ¡tendría otras entrañas! Ignoro, pues, lo que haría entonces

       contigo... Puede que me echara a reír y te volviera

       la espalda... Puede que ni siquiera te conociese... 32-10

       Puede que...—Pero ¡vaya un gusto que

       tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad!

       ¿Qué nos importa a nosotros que te quieran todos los

       corregidores del mundo? ¿No eres tú mi Frasquita?

      —¡Sí, pedazo de bárbaro! (contestó la navarra, 32-15

       riendo a más no poder). Yo soy tu Frasquita, y tú

       eres mi Lucas de mi alma, más feo que el bú, con más

       talento que todos los hombres, más bueno que el pan,

       y más querido...—¡Ah! ¡lo que es eso de querido, cuando bajes de la parra lo verás! ¡Prepárate a llevar 32-20 más bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza!—Pero ¡calla! ¿Qué es lo que veo? El señor Corregidor viene por allí completamente solo...¡Y tan tempranito!...—Ese trae plan...—¡Por lo visto, tú tenías razón!... 32-25

      —Pues aguántate, y no le digas que estoy subido en

       la parra. ¡Ese viene a declararse a solas contigo,

       creyendo pillarme durmiendo la siesta!...—Quiero

       divertirme oyendo su explicación.

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