Un cuento de magia. Chris Colfer
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Название: Un cuento de magia

Автор: Chris Colfer

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9789877476521

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СКАЧАТЬ y cada silla había sido hecha por un carpintero diferente. Incluso el papel tapiz había sido arrancado de las paredes de otras casas y formaba una mezcla caótica de patrones variados. Su propiedad era lo suficientemente grande como para emplear un personal de veinte personas, pero el Juez Evergreen creía que los sirvientes y los peones eran el gusto “más extravagante de todos los gustos extravagantes”, por lo que Brystal y su madre se veían obligadas a realizar todo el cuidado del jardín y las tareas del hogar solas.

      –Revuelve la avena mientras preparo los huevos –le ordenó la señora Evergreen a Brystal cuando finalmente llegó a la cocina–. Pero no la mezcles mucho esta vez, ¡tu padre odia la avena demasiado blanda!

      Brystal se colocó un delantal sobre su uniforme escolar y tomó la cuchara de madera de su madre. Se quedó junto a la hornalla por menos de un minuto cuando una voz en pánico las llamó desde la habitación de al lado.

      –¡Mamáaaaa! ¡Rápido! ¡Es una emergencia!

      –¿Qué ocurre, Barrie?

      –¡Se salió uno de los botones de mi toga!

      –Ah, cielos santos –musitó la señora Evergreen en voz baja–. Brystal, ve a ayudar a tu hermano con su botón. Y hazlo rápido.

      Brystal tomó el costurero y se marchó a toda prisa hacia la sala de estar junto a la cocina. Para su sorpresa, encontró a su hermano de diecisiete años sentado en el suelo. Tenía los ojos cerrados y se mecía de atrás hacia adelante con un montón de tarjetas en sus manos. Barrie Evergreen era un joven delgado de cabello castaño y desprolijo que se sentía nervioso desde el día de su nacimiento, pero hoy, estaba excepcionalmente nervioso.

      –¿Barrie? –le dijo Brystal con suavidad–. Mamá me dijo que viniera para arreglarte el botón. ¿Puedes dejar de estudiar por un momento o quieres que venga más tarde?

      –No, ahora está bien –dijo Barrie–. Puedo repasar mientras lo coces.

      Se puso de pie y le entregó a su hermana el botón suelto. Al igual que todos los estudiantes de la Universidad de Derecho de Colinas Carruaje, Barrie llevaba una toga larga y gris y un sombrero negro cuadrado. Mientras Brystal enhebraba la aguja y cocía el botón en el cuello de su prenda, Barrie miraba con atención la primera tarjeta. No dejaba de tocarse los otros botones de su uniforme mientras estaba concentrado, por lo que Brystal le dio una bofeteada en su mano antes de que rompiera algo más.

      –La Ley de Purificación del 342… la Ley de Purificación del 342… –leyó Barrie para sí mismo–. Fue promulgada cuando el Rey Champion viii culpó a la comunidad de trolls de vulgaridad y desterró a los de su especie del Reino del Sur.

      Satisfecho con la respuesta, Barrie dio vuelta la primera tarjeta y leyó la respuesta correcta al dorso. Desafortunadamente, había contestado mal y reaccionó con un quejido largo de derrota. Brystal no podía hacer otra cosa más que sonreír ante la frustración de su hermano; le recordaba a un cachorro intentando atrapar su propia cola.

      –¡No es gracioso, Brystal! –dijo Barrie–. ¡Voy a desaprobar mi examen!

      –Ah, Barrie, tranquilízate –le dijo ella, riendo–. No te irá mal. ¡Has estado estudiando las leyes toda tu vida!

      –¡Es por eso que será tan humillante! ¡Si no apruebo mi examen hoy, no me graduaré de la universidad! ¡Si no me gradúo de la universidad, entonces no me convertiré en Juez Adjunto! ¡Si no me convierto en Juez Adjunto, entonces no me convertiré en Juez Ordinario como papá! ¡Y si no me convierto en Juez Ordinario, nunca me convertiré en Juez Supremo!

      Como todos los hombres en la familia Evergreen que lo precedieron, Barrie estaba estudiando para convertirse en Juez en el sistema de cortes del Reino del Sur. Había asistido a la Universidad de Derecho de Colinas Carruaje desde que tenía seis años y, a las diez en punto de esa mañana, le tomarían un examen muy riguroso que determinaría si se convertiría en Juez Adjunto. Si era aceptado, Barrie pasaría la siguiente década procesando y defendiendo criminales en diversos juicios. Una vez que su tiempo como Juez Adjunto terminara, Barrie se convertiría en Juez Ordinario y presidiría juicios, al igual que su padre. Y, en caso de que su carrera como Juez Ordinario satisficiera al rey, Barrie podría convertirse en el primer Evergreen en convertirse en Juez Supremo en el Consejo Asesor del Rey, en donde ayudaría al soberano a crear las leyes.

      Convertirse en Juez Supremo había sido el sueño de Barrie desde niño, pero su camino hacia el Consejo Asesor del Rey terminaría hoy si desaprobaba su examen. Por eso, Barrie se pasó los últimos meses estudiando las leyes y la historia de su reino siempre que podía para asegurar una victoria.

      –¿Cómo volveré a mirar a nuestro padre a los ojos si no apruebo? –se preocupó Barrie–. ¡Debería rendirme ahora y ahorrarme la vergüenza!

      –Deja de ser tan catastrófico –le dijo Brystal–. Sabes todo. Solo estás dejando que los nervios de dominen.

      –No estoy nervioso… ¡Estoy hecho un desastre! ¡Estuve despierto toda la noche haciendo estas tarjetas y apenas puedo leer mi propia letra! ¡Sea lo que sea la Ley de Purificación del 342, definitivamente no es lo que dije!

      –Tu respuesta estuvo muy cerca –dijo Brystal–. Pero estás pensando en la Ley de Desgarrificación del 339, la cual fue promulgada cuando Champion viii desterró a los trolls del Reino del Sur. ¡Desafortunadamente, su ejército confundió a los duendes con los trolls y sacó a la especie incorrecta! ¡Entonces, para validar la mezcla, Champion viii sacó la Ley de Purificación del 342 y desterró del reino a todas las criaturas que hablaran y que no fueran humanos! ¡Los trolls, duendes, goblins y ogros fueron obligados a marcharse hacia el Entrebosque! ¡Pronto, sirvió de inspiración para los otros reinos y estos hicieron lo mismo, lo cual llevó a la Gran Limpieza del 345! ¿No es terrible? ¡Y pensar que el período más violento de la historia podría haberse evitado si Champion viii solo se hubiera disculpado con los duendes!

      Brystal notó que su hermano estaba algo agradecido por el recordatorio, pero también algo avergonzado porque haya sido su hermana menor quien lo ayudó.

      –Ah, cierto… –dijo Barrie–. Gracias, Brystal.

      –Un placer –dijo ella–. Aunque es una verdadera lástima. ¿Imaginas lo divertido que sería ver a una de esas criaturas en persona?

      Pero luego, su hermano lo pensó dos veces.

      –Espera, ¿cómo sabes todo esto?

      Brystal miró sobre su hombro hacia atrás para asegurarse de que aún estuvieran solos.

      –Estaba en uno de los libros de historia que me prestaste –le susurró–. ¡Fue fascinante! ¡Debo haberlo leído unas cuatro o cinco veces! ¿Quieres que me quede y te ayude a estudiar?

      –Ojalá pudieras –dijo Barrie–. A mamá le resultaría sospechoso si no regresas a la cocina y se pondrá furiosa si te atrapa ayudándome.

      Los ojos de Brystal destellaron al ocurrírsele una idea traviesa. Con un movimiento hábil, arrancó todos los botones de la toga de Barrie. Antes de que pudiera reaccionar, la señora Evergreen entró a la sala de estar, como si hubiera sentido la travesura de su hija en el aire.

      –¿Cuánto tiempo te tomará cocer un botón? –la regañó–. ¡Tengo la avena en la olla, los huevos en la sartén СКАЧАТЬ