Praxis de la poesía. Jean-Clarence Lambert
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Название: Praxis de la poesía

Автор: Jean-Clarence Lambert

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Pùblicaensayo

isbn: 9786078636822

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СКАЧАТЬ asunto, flores, frutos o árboles, se estaba blasonando a la Dama, a su cuerpo que ya había sido sabiamente desvestido por los artistas de la Escuela de Fontainebleau, sus encantos secretos, sus tesoros visibles. Curiosa disección a la cual se entregaron los poetas y que dejó el ojo a Antoine Héroët, la ceja, la frente, la lágrima a Scève, los cabellos a Saint-Gelais, las mejillas al igual que otra parte no menos carnosa y sedosa, al Abate Eustorg de Beualieu, la garganta y el suspiro a Scève, una vez más el ombligo a Des Periers, la rodilla y el pie al limosnero del Delfìn... ¡No sigo y había peores! ¡Me sorprende de paso que ni el hombro, ni la muñeca ni el tobillo...!

      Pero lo importante no está ahí; es más bien que, de pronto, la poesía sagrada, con sus acentos reservados a las cosas de la religión, haya podido abiertamente, hacer suyo el más profano de los temas. O si se prefiere: que el más profano de los temas, y el más secular, haya sido reconocido digno de la exaltación que, hasta ese momento, solamente el mundo espiritual debía provocar.

      Pues la Mujer cantada en los Blasones no es la Esencia y la Ausencia de Petrarca, a quien debe no pocos rasgos a pesar de todo, no es tampoco ese ser fabuloso y mitológico que los Italianos habían multiplicado en sus edificios, diosas desnudas inmortales casi parecidas a las grandes damas de entonces –aunque no completamente. Ella es, la Mujer blasonada, una criatura perfectamente carnal– y cuyo menor detalle es infinitamente precioso, así como se ve en la mesa de los títulos, verdadero atlas anatómico. Tiene apellidos y nombres en el siglo: ella es real, ¡por fin!, ídolo baudelaireano que “condensa todas las gracias de la naturaleza”, y va creciendo todavía más gracias a los aderezos y las “vastas cosquilleantes nubes de la tela”. Al fetichismo de las santas reliquias, los que componen blasones sustituyen el culto del detalle vivo y verdadero. Leyéndolos, se piensa en Baudelaire, pero también en Paul Eluard, en Andrè Breton, en Saint-John Perse. O incluso, en que la muy reciente y cautivante Exposición Internacional del Surrealismo en 1959, dedicada al Erotismo, no era más que un nuevo Blason del Cuerpo Femenino y su exaltación por un grupo reservado de poetas y de artistas.

      Como se puede ver bien en las pinturas del Primatice, del Rosso y de toda la Escuela de Fontainebleau, la época de los Blasones es la de la Mujer que, lavada del oprobio medieval, escapa al ojo mitológico que todavía era el suyo en el Renacimiento italiano. Se vuelve presencia –presencia total, imagen y visión armoniosamente conjugadas en el poema. Y es presencia amada, pues todos los Blasones, ¿será necesario subrayarlo? son poemas de amor.

      El prólogo que hace Lambert a esa antología de poemas amorosos y eróticos del siglo XVI permite reconstruir, para emplear sus palabras, esa carte du tendre en la que se desplaza el proyecto del poeta.

      XV

      El título Praxis de la poesía, evoca para el lector mexicano La poesía en la práctica de Gabriel Zaid. Una sugerencia para leer el libro de Jean-Clarence Lambert es la de verlo a través del cristal del proyecto poético y literario crítico del autor de Ómnibus de la poesía mexicana. Una de las coincidencias que hay entre ambos es la del interés por las lenguas marginadas: el náhuatl, en la del mexicano, los diversos poemas de las lenguas aborígenes –Cora, Chinanteco, Huichol, Lacandón, Maratino, Maya Peninsular, Mazateco, Mixe, Mixteco, Náhuatl, Otomí, Qucihé, Seri, Tarahumara, Tarasco, Tzotzil, Yaqui, Zapoteco, Zoque– que recogió por vez primera en esa antología.

      Otra referencia complementaria para enmarcar el proyecto etnopoético es la Anthologie des mythes, légendes et contes populaires d’Amérique publicada en 1960 por Benjamin Peret un año después de su muerte. Los vasos comunicantes entre poesía, etnología y culturas antiguas se propagan por todo el cuerpo del proyecto surrealista al cual pertenece sin duda Jean-Clarence Lambert.

      XVI

      Praxis de la poesía es un libro en el cual confluyen las distintas estribaciones del Monte Análogo (para no dejar de citar a René Daumal) que encierra el proyecto de Lambert: desde la convivencia intensa con las artes plásticas y los artistas hasta la lectura incisiva de la historia en el capítulo titulado “Lengua de palo, contra-actualidades” en esta Praxis que hace eco y retoma el tramo final de Código (1971) en el cual se reiteran las obsesiones, ideas fijas, cifras, personajes, actitudes, ética y estética de Lambert. Véanse, por ejemplo, en Código, las “Tesis para una poesía abierta” (número 23). Estos enunciados bien podría haberlos compartido Octavio Paz:

      Revuelta y Aventura: los dos movimientos de la poesía de hoy, su doble tarea.

      Sublevación contra el uso, el mal uso del lenguaje, el debilitamiento continuo del lenguaje. En el curso más y más acelerado de los años que acabamos de vivir y de heredar, uno de los fenómenos menos discutibles es el del debilitamiento continuo del lenguaje. Nuestro léxico de base se ha transformado en un repertorio de mistificaciones en el que las palabras disfrazan nociones extranjeras a su acepción primitiva y auténtica. En verdad, nos dejamos dominar por las seudopalabras, las antipalabras, es decir la propaganda, bajo todas sus formas –religiosa, política o literaria… La historia de la poesía en Francia, desde el Simbolismo, es la de su revuelta contra la entropía del lenguaje. Simplificando, si se me permite, puede decirse que ha seguido dos líneas principales: una, destinada a preservarla en su ley interna, buscar la recuperación, por formas exigentes, de algunos poderes de los que ella disponía en el momento de su plenitud; la otra, que es el recurso y el abandono a la imagen, la condensación en las palabras de un máximo de significaciones atestiguadas –para salvar a estas palabras de la banalización. En suma, a las antipalabras y a las seudopalabras del lenguaje en crisis, la poesía ha opuesto superpalabras deslumbrantes, pero peligrosas, dado su alejamiento de la “verdadera vida”. En cierto modo, la poesía se ha encerrado en su revuelta y su rechazo.

      Para poder respirar, desde entonces, toma vuelo, a fuerza de alas, y de estrofas, hacia los grandes espacios jalonados del Mito y de la Historia; o bien, perdiendo aliento, se va a habitar las grietas, las lagunas –he aquí la discontinuidad que tanto irrita en tantos poetas actuales…

      Voy a citar el testimonio objetivo de un compositor, Pierre Schaeffer (los poetas, por su parte, se justifican demasiado cómodamente): “Se ha hecho un consumo tan grande de poesía, como de música, desde hace algunas décadas, que el agotamiento del terreno es semejante, y que la poesía agoniza, parece, porque los poetas ya no nos interesan, salvo cuando son inventores.”

      XVII

      Esta cita de Código sitúa el horizonte contra el cual se recorta el proyecto profundo de Praxis de la poesía, y deja ver de paso los ejes desde los cuales está escrito el libro, así como el terreno conceptual compartido con sus amigos de la vanguardia.

      XVIII

      Toda poesía impresa implica una distancia en relación con el parloteo habitual. El experimentalismo sonoro y verbal, la dilatación semántica, el placer fonético (si es cierto que es primero en la boca donde se rumia –para retomar un verbo de Nietzsche– una cierta poesía) sólo indican sus posiciones ideológicas en el blanco de la página, entre líneas: donde está en juego el blanco de la página, lo cotidiano es refutado –lo cual es una manera de cuestionarnos sobre sus insuficiencias.

      Pero se sabe también hasta qué punto es difícil la divulgación de tales páginas: existe un ghetto de la lectura poética. Al abrir una recopilación de poemas, es precisamente eso lo que espero: que de una cierta forma el barullo utilitario se detenga, y que encuentre yo asilo en una palabra peculiar, particular en la que pueda poner entre paréntesis nada menos que el mundo mismo. СКАЧАТЬ