La construcción del Yo corporal. Miguel Sassano
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Название: La construcción del Yo corporal

Автор: Miguel Sassano

Издательство: Bookwire

Жанр: Медицина

Серия: Psicomotricidad, cuerpo y movimiento

isbn: 9788418095290

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СКАЧАТЬ al educador, que debe ir ajustando su acción a las mani­festaciones infantiles.

      Apoyándose en la teoría psicogenética de Piaget, continúa Vázquez (1989), su metodología se centra sobre todo en el paso de lo concreto a lo abstracto, por medio de la interiorización de las situaciones vividas: “nosotros quisimos mostrar que, partiendo de un acto motor, de una situación vivenciada, es posible extraer una noción abstracta, percibiéndola, interiorizándola, generalizándola; después, mediante la simbolización espontánea pasar a una expresión abstracta y después utilizando este descubrimiento de la abstracción llegar a su utilización en el plano artístico, intelectual y escolar” (Lapierre y Aucouturier, 1982).

      Se trataría, pues, de pasar de una “inteligencia motriz” a una “motricidad in­telectualizada”.

      “Sin embargo, los objetivos de Lapierre y Aucouturier van más allá que la propia intelectualización. Incorporando a su trabajo las técnicas de la no-directividad (Rogers) y la pers­pectiva de las relaciones tónico-afectivas, subrayadas por Wallon y Ajuriaguerra, colocan al niño en una situación de creatividad a partir de la cual el profesor suscita el des­cubrimiento de distintas nociones (dimensión, peso, forma, intensidad, etc.) mediante el procedimiento de los contrastes asociados a la acción corporal. A partir del estable­cimiento de estas nociones se le pide al niño que las vivencie en otras situaciones y en distintos planos: perceptivo, motor, afectivo, intelectual, y posteriormente se le pide que las traduzca en distintas formas de expresión (corporal, sonora, plástica, verbal, gráfica, etc.)” (Vázquez, 1989).

      Por lo tanto se trata de no compartimentar la acción del niño y de utilizar el mayor número de vías posibles en su comprensión y adaptación al mundo, lo que significa evidentemente un medio de educación global a través de la acción corporal.

      El hilo conductor de toda la metodología de estos autores es la interacción entre el niño y el educador, de tal manera que la formación y la personalidad de éste es fun­damental en todo el proceso. Profundizando en las características de esta relación mutua, Lapierre y Aucouturier incorporan las técnicas de la terapia psicoanalítica como queda de manifiesto en sus múltiples experiencias. Lo dicho pone de manifiesto también que el enfoque de estos especialistas es utilizable no sólo en la educación escolar sino también en el campo de la terapia.

      Entonces, la educación psicomotriz es “aprender a cambiar cambiando, aprender la realidad no sólo en la dimensión material y cognitiva, sino también en la emocional y la simbólica” (Sassano y Bottini, 2000).

      El movimiento y el gesto son entonces dos elementos esenciales para aprender y operar. Pero, ¿qué pasa cuándo la escuela limita el juego y el accionar corporal al recreo o a las clases de Educación Física? ¿Qué pasa cuando el cuerpo del niño se manifiesta en el aula o en la fila desestructurando “cierto orden”? ¿Qué pasa cuando se produce un inquietante movimiento o murmullo en el aula?

      “Los docentes no hemos recibido la preparación de una disponibilidad corporal para poder ver las verdaderas necesidades del niño: dar-recibir, escuchar-emitir, contener-ser contenido, tocar-ser tocado, mirar- ser mirado” (Sassano y Bottini, 2000).

      No poseemos una actitud de reciprocidad. Somos los que sabemos, podemos y además, tenemos poder.

      ¿Podemos cambiar la actitud hacia una postura donde la comunicación se transforma en esa actitud recíproca, donde se requiere de un otro para intercambiar? Muchas veces el niño no necesita que le den, sino ser recibido; no necesita tanto que le digan, sino ser escuchado. Con mucha frecuencia, los docentes también. Para producir una fluida comunicación es necesario incluir al alumno en un proceso de exploración y descubrimiento, donde se deje de privilegiar el producto del otro para valorar la propia producción. Pero, ¿podrá ser posible cuando los docentes solo aprendimos cómo transmitir actividades a otros y no a explorar y descubrir nuestras propias posibilidades creativas?

      “Para poder crear, es necesario recrear placenteramente, dejar al niño hacer, traer sus propias necesidades e inquietudes y recogerlas, para así poder, desde esa motivación interna, transformar en productivos esos intereses que habitualmente la escuela desecha. Para ello, es imprescindible la implicación corporal y afectiva del docente, aunque esto signifique apartarse del currículo preestablecido” (Sassano, 2000).

      Cuando podemos asombrarnos de la producción del niño y aprender con él y de él, nos descubrimos asombrosamente creativos.

      Este planteo se refiere a una relación de ayuda, para facilitar el camino que va desde el sostén, el acompañamiento o la provocación, hasta la transgresión; es decir, un proceso que va desde la dependencia a la mayor autonomía.

      Y de esto se trata, de conceptualizar de manera distinta a la Educación. Por eso no podemos sólo imaginar una hora de Psicomotricidad en la escuela como si fuera Educación Física, Música, etc.

      La Psicomotricidad no es en la escuela una técnica, una materia más, aunque se pueda utilizar como tal; es, en todo caso, un enfoque que atiende a la globalidad del niño, a la revalorización del cuerpo y el movimiento en la escuela.

      Para ello, es necesario que los docentes nos incluyamos más activamente en este proceso de cambio y podamos encontrar espacios que nos permitan ver los temores y miedos que estos mismos cambios producen en nosotros.

      Obviamente, sólo es posible transmitir y aprender bien aquello que uno mismo vivió, pues nadie aprende mediante la experiencia ajena.

      En función de estas descripciones de reeducación psicomotriz, terapia psicomotriz y educación psicomotriz, para tratar de cerrar estos conceptos y a modo de síntesis, decimos (Bottini, Sassano et al., 1999):

      ¿Qué es un psicomotricista?

      El psicomotricista es un profesional dedicado:

      1. Al estudio y la investigación del desarrollo normal de los movimientos vinculados con el uso del cuerpo y de sus desviaciones.

      2. Al desarrollo, aplicación e investigación de técnicas y procedimientos que facilitan el diagnóstico de problemas o desviaciones psicomotrices.

      3. Al desarrollo, aplicación e investigación de técnicas y procedimientos destinados a promover el desarrollo psicomotor normal con un objetivo educativo-preventivo o a mejorar sus desviaciones con un fin terapéutico.

      ¿Cómo se accede al tratamiento con un psicomotricista?

      Con frecuencia se accede a través de otro profesional que deriva al psicomotricista. Estos profesionales generalmente son maestros, profesores de educación física, médicos (neurólogos, neuropediatras), psicólogos, psicopedagogos, fonoaudiólogos, etc. que, en función de signos que observan en la persona, consideran necesaria la consulta.

      ¿Cuándo es necesaria la consulta con el psicomotricista?

      1. Cuando los movimientos de una persona, en el uso y en la relación que establece con su cuerpo, no son los esperados para su edad y contexto habitual de desarrollo.

      2. Cuando se padece un trastorno psicomotor que coarta las posibilidades normales de desarrollo.

      3. Cuando una persona no se siente hábil con su cuerpo ni logra movimientos que lo satisfagan frente a los desafíos del crecimiento y del aprendizaje.

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