El sí de las niñas. Fernández de Moratín Leandro
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Название: El sí de las niñas

Автор: Fernández de Moratín Leandro

Издательство: Public Domain

Жанр: Зарубежная классика

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СКАЧАТЬ usa de mas franqueza. A cada instante hablamos de usted, y en todo manifiesta el particular cariño que á usted le tiene… ¡Con que juicio hablaba ayer noche, despues que usted se fué á recoger! No sé lo que hubiera dado porque hubiese podido oirla.

D. Die

      ¿Y qué? ¿Hablaba de mí?

D.ª Ire

      Y que bien piensa, acerca de lo preferible que es para una criatura de sus años un marido de cierta edad, esperimentado, maduro y de conducta…

D. Die

      ¡Calle! ¿Eso decia?

D.ª Ire

      No, esto se lo decia yo, y me escuchaba con una atencion como si fuera una muger de cuarenta años, lo mismo… ¡Buenas cosas la dije! Y ella que tiene mucha penetracion, aunque me esté mal el decirlo… ¿Pues no da lástima, señor, el ver como se hacen los matrimonios hoy en el dia? Casan á una muchacha de quince años con un arrapiezo de diez y ocho, á una de diez y siete con otro de veinte y dos: ella niña, sin juicio ni esperiencia, y él niño tambien, sin asomo de cordura ni conocimiento de lo que es mundo. Pues señor, (que es lo que yo digo), ¿quién ha de gobernar la casa? ¿Quién ha de mandar á los criados? ¿Quién ha de enseñar y corregir á los hijos? Porque sucede tambien, que estos atolondrados de chicos, suelen plagarse de criaturas en un instante, que da compasion.

D. Die

      Cierto que es un dolor el ver rodeados de hijos á muchos que carecen del talento, de la esperiencia y de la virtud que son necesarias para dirigir su educacion.

D.ª Ire

      Lo que sé decirle á usted es, que aun no habia cumplido los diez y nueve, cuando me casé de primeras nupcias con mi difunto D. Epifanio, que esté en el cielo. Y era un hombre que, mejorando lo presente, no es posible hallarle de mas respeto, mas caballeroso… Y al mismo tiempo, mas divertido y decidor. Pues, para servir á usted, ya tenia los cincuenta y seis, muy largos de talle cuando se casó conmigo.

D. Die

      Buena edad… No era un niño, pero…

D.ª Ire

      Pues á eso voy… Ni á mí podia convenirme en aquel entónces un boquirrubio, con los cascos á la gineta… No señor… Y no es decir tampoco que estuviese achacoso ni quebrantado de salud; nada de eso. Sanito estaba, gracias á Dios, como una manzana; ni en su vida conoció otro mal, sino una especie de alferecía que le amagaba de cuando en cuando. Pero luego que nos casamos dió en darle tan á menudo y tan de recio, que á los siete meses me hallé viuda, y en cinta de una criatura que nació despues; y al cabo y al fin se me murió de alfombrilla.

D. Die

      ¡Oiga!… Mire usted si dejó sucesion el bueno de D. Epifanio.

D.ª Ire

      Sí, señor, ¿pues por qué no?

D. Die

      Lo digo porque luego saltan con… Bien que si uno hubiera de hacer caso… Y ¿fué niño ó niña?

D.ª Ire

      Un niño muy hermoso. Como una plata era el angelito.

D. Die

      Cierto que es consuelo tener, así, una criatura y…

D.ª Ire

      ¡Ay, señor! Dan malos ratos; pero ¿qué importa? Es mucho gusto, mucho.

D. Die

      Yo lo creo.

D.ª Ire

      Sí, señor.

D. Die

      Ya se ve que será una delicia y....

D.ª Ire

      Pues ¿no ha de ser?

D. Die

      Un embeleso el verlos juguetear y reir, y acariciarlos, y merecer sus fiestecillas inocentes.

D.ª Ire

      ¡Hijos de mi vida! Veinte y dos he tenido en los tres matrimonios que llevo hasta ahora, de los cuales solo esta niña me ha venido á quedar; pero le aseguro á usted que…

      ESCENA V

SIMON, (Sale por la puerta del foro.) DOÑA IRENE, D. DIEGOSimon

      Señor, el mayoral está esperando.

D. Die

      Dile que voy allá… ¡Ah! Tráeme primero el sombrero y el baston, que quisiera dar una vuelta por el campo. (Entra Simon al cuarto de D. Diego, saca un sombrero y un baston, se los da á su amo, y al fin de la escena se va con él por la puerta del foro.) ¿Con que, supongo que mañana tempranito saldremos?

D.ª Ire

      No hay dificultad. A la hora que á usted le parezca.

D. Die

      A eso de las seis. ¿Eh?

D.ª Ire

      Muy bien.

D. Die

      El sol nos da de espaldas… Le diré que venga una media hora antes.

D.ª Ire

      Sí, que hay mil chismes que acomodar.

      ESCENA VI

DOÑA IRENE, RITAD.ª Ire

      Válgame Dios, ahora que me acuerdo… Rita… Me le habrán dejado morir. Rita.

Rita

      Señora.

      (Sacará Rita unas sábanas y almohadas debajo del brazo.)

D.ª Ire

      ¿Qué has hecho del tordo? ¿Le diste de comer?

Rita

      Sí, señora. Más ha comido que un avestruz. Ahí le puse en la ventana del pasillo.

D.ª Ire

      ¿Hiciste las camas?

Rita

      La de usted ya está. Voy á hacer esotras antes que anochezca, porque si no, como no hay mas alumbrado que el del candil, y no tiene garabato, me veo perdida.

D.ª Ire

      Y aquella chica ¿qué hace?

Rita

      Está desmenuzando un bizcocho para dar de cenar á Don Periquito.

D.ª Ire

      ¡Qué pereza tengo de escribir! (Se levanta y se entra en su cuarto.) Pero es preciso, que estará con mucho cuidado la pobre Circuncision.

Rita

      ¡Qué chapucerías! No ha dos horas, como quien dice, que salimos de allá, y ya empiezan á ir y venir correos. ¡Qué poco me gustan á mí las mugeres gazmoñas y zalameras!

      (Éntrase en el cuarto de Doña Francisca.)

      ESCENA VII

CALAMOCHA (Sale por la puerta del foro con unas maletas, látigo y botas; lo deja todo sobre la mesa y se sienta.)Calam

      ¿Con que ha de ser el número tres? Vaya en gracia… Ya, ya conozco el tal número tres. Coleccion de bichos mas abundante no la tiene el Gabinete de Historia natural.... Miedo me da de entrar… ¡Ay! ¡ay!… Y ¡qué agujetas! Estas sí que son agujetas… Paciencia, pobre Calamocha, paciencia… Y gracias á que los caballitos dijeron no podemos mas, que si no, por esta vez no veia yo el número tres, ni las plagas de Faraon que tiene dentro… En fin, como los animales amanezcan vivos, no será poco.... Rebentados están.... (Canta Rita desde adentro, Calamocha se levanta desperezándose.) ¡Oiga!… ¿Seguidillitas?… Y no canta mal… Vaya, aventura tenemos… ¡Ay! que desvencijado estoy.

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