El sí de las niñas. Fernández de Moratín Leandro
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Название: El sí de las niñas

Автор: Fernández de Moratín Leandro

Издательство: Public Domain

Жанр: Зарубежная классика

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СКАЧАТЬ mi tia, mi pobre tia, ¡lloraba tanto!… Es ya muy viejecita.

D.ª Ire

      Ha sentido mucho no conocer á usted.

D.ª Fca

      Sí, es verdad, Decia: ¿por qué no ha venido aquel señor?

D.ª Ire

      El pobre capellan y el rector de los Verdes nos han venido acompañando hasta la puerta.

D.ª Fca

      Toma, (Vuelve á atar el pañuelo y se le dá á Rita, la cual se va con él y con las mantillas al cuarto de Doña Irene.) guárdamelo todo allí, en la escusabaraja. Mira, llévalo así de las puntas… ¡Válgate Dios, eh, ya se ha roto la Santa Gertrudis de alcorza!

Rita

      No importa, yo me la comeré.

      ESCENA III

DOÑA IRENE, DOÑA FRANCISCA, D. DIEGOD.ª Fca

      ¿Nos vamos adentro, mamá, ó nos quedamos aquí?

D.ª Ire

      Ahora, niña, que quiero descansar un rato.

D. Die

      Hoy se ha dejado sentir el calor en forma.

D.ª Ire

      Y ¡qué fresco tienen aquel locutorio! Vaya, está hecho un cielo.

D.ª Fca

      Pues con todo, (Sentándose junto á Doña Irene.) aquella monja tan gorda, que se llama la Madre Angustias, bien sudaba… ¡Ay, como sudaba la pobre mujer!

D.ª Ire

      Mi hermana es la que está bastante delicadita… Ha padecido mucho este invierno… Pero, vaya, no sabia que hacerse con su sobrina la buena señora.... Está muy contenta de nuestra eleccion.

D. Die

      Yo celebro que sea tan á gusto de aquellas personas, á quienes debe usted particulares obligaciones.

D.ª Ire

      Sí, Trinidad está muy contenta, y en cuanto á Circuncision, ya lo ha visto usted. La ha costado mucho despegarse de ella; pero ha conocido que siendo para su bien estar, es necesario pasar por todo… Ya se acuerda usted de lo espresiva que estuvo y…

D. Die

      Es verdad. Solo falta que la parte interesada tenga la misma satisfaccion que manifiestan cuantos la quieren bien.

D.ª Ire

      Es hija obediente, y no se apartará jamás de lo que determine su madre.

D. Die

      Todo eso es cierto; pero…

D.ª Ire

      Es de buena sangre, y ha de pensar bien, y ha de proceder con el honor que la corresponde.

D. Die

      Sí, ya estoy; pero ¿no pudiera, sin faltar á su honor ni á su sangre?…

D.ª Fca

      ¿Me voy, mamá?

      (Se levanta y vuelve á sentarse.)

D.ª Ire

      No pudiera, no, señor. Una niña bien educada, hija de buenos padres, no puede menos de conducirse en todas ocasiones como es conveniente y debido. Un vivo retrato es la chica, ahí donde usted la ve, de su abuela, que Dios perdone, Doña Gerónima de Peralta… En casa tengo el cuadro, ya le habrá usted visto. Y le hicieron, segun me contaba su merced, para enviársele á su tio carnal el padre fray Serapion de S. Juan Crisóstomo, electo obispo de Mechoacan.

D. Die

      Ya.

D.ª Ire

      Y murió en el mar, el buen religioso: que fué un quebranto para toda la familia… Hoy es, y todavía estamos sintiendo su muerte: particularmente mi primo D. Cucufate, regidor perpétuo de Zamora, no puede oir hablar de su Ilustrísima sin deshacerse en lágrimas.

D.ª Fca

      ¡Válgate Dios! que moscas tan…

D.ª Ire

      Pues murió en olor de santidad.

D. Die

      Eso bueno es.

D.ª Ire

      Sí, señor; pero como la familia ha venido tan á menos.... ¿Qué quiere usted? Donde no hay facultades… Bien que, por lo que puede tronar, ya se le está escribiendo la vida; y quien sabe que el dia de mañana no se imprima, con el favor de Dios.

D. Die

      Sí, pues ya se ve. Todo se imprime.

D.ª Ire

      Lo cierto es que el autor, que es sobrino de mi hermano político, el canónigo de Castrojeriz, no la deja de la mano, y á la hora de esta lleva ya escritos nueve tomos en fólio, que comprenden los nueve años primeros de la vida del santo obispo.

D. Die

      ¿Con que para cada año un tomo?

D.ª Ire

      Sí, señor, ese plan se ha propuesto.

D. Die

      Y ¿de qué edad murió el venerable?

D.ª Ire

      De ochenta y dos años, tres meses y catorce dias.

D.ª Fca

      ¿Me voy mamá?

D.ª Ire

      Anda vete. ¡Válgate Dios, que prisa tienes!

D.ª Fca

      ¿Quiere usted (Se levanta, y despues de hacer una graciosa cortesía á D. Diego, da un beso á Doña Irene y se va al cuarto de esta.) que le haga una cortesía á la francesa, señor Don Diego?

D. Die

      Sí, hija mia. A ver.

D.ª Fca

      Mire usted, así.

D. Die

      ¡Graciosa niña! Viva la Paquita, viva.

D.ª Fca

      Para usted una cortesía, y para mi mamá, un beso.

      ESCENA IV

DOÑA IRENE, DON DIEGOD.ª Ire

      Es muy gitana y muy mona, mucho.

D. Die

      Tiene un donaire natural que arrebata.

D.ª Ire

      ¿Qué quiere usted? Criada sin artificio ni embelecos de mundo, contenta de verse otra vez al lado de su madre, y mucho mas de considerar tan inmediata su colocacion; no es maravilla que cuanto hace y dice sea una gracia, y máxime á los ojos de usted, que tanto se ha empeñado en favorecerla.

D. Die

      Quisiera solo que se esplicase libremente acerca de nuestra proyectada union, y…

D.ª Ire

      Oiria usted lo mismo que le he dicho ya.

D. Die

      Sí, no lo dudo; pero el saber que la merezco alguna inclinacion, oyéndoselo decir con aquella boquilla tan graciosa que tiene, seria para mí una satisfaccion imponderable.

D.ª Ire

      No tenga usted sobre ese particular la mas leve desconfianza; pero hágase usted cargo de que á una niña no la es lícito decir con ingenuidad lo que siente. Mal pareceria, señor D. Diego, que una doncella de vergüenza y criada como Dios manda, se atreviese á decirle á un hombre: yo le quiero á usted.

D. Die

      Bien: si fuese un hombre á quien hallara por casualidad en la calle y le espetara ese favor de buenas á primeras, cierto que la doncella СКАЧАТЬ