Historia de Venezuela, Tomo II. Pedro de Aguado
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Название: Historia de Venezuela, Tomo II

Автор: Pedro de Aguado

Издательство: Public Domain

Жанр: Историческая литература

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СКАЧАТЬ en el Nueuo Rreino, lo qual espiro y fenecio de todo punto la jurisdiccion del gouernador Miguel Diaz; y digo de todo punto, porque aunque poco tiempo antes la Audienzia de Santo Domingo auia ynuiado al llicenciado Curita por juez de rresidencia contra Miguel Diaz, no auia sido ouedecido ni auia usado de su jurisdiccion enteramente, y asi se auia quedado y se estaua todauia Miguel Diaz con su titulo y cargo de gouernador, y asi vino a fenezer de todo punto con la llegada de los Oydores ya dichos y a mudar Pedro de Orsua proposito, porque luego que tuuieron asiento las cosas de la fundacion y poblazon de Pamplona, se determino de si Miguel Diaz, su tio del, daua licencia y comision yr en descubrimiento de la jornada y tierra del Dorado, noticia en aquel tiempo, y aun en este nuestro, muy famosa entre españoles, y como parescio con la causa dicha la jurisdiccion de Miguel Diaz que ya le auia dado licencia para que pudiese hazer esta jornada del Dorado, perdio, como e dicho, Pedro de Orsua la esperanza de hazerla; pero como el hera capitan afable y bien afortunado y que mediante su yndustria auia adquerido buena loa en todo el Rreino, tuuola tanbien entre estos dos Oydores que nuevamente entrauan a gouernar la tierra, los quales a personas que de parte de Pedro de Orsua les hablaron para que le diesen licencia o le confirmasen la que tenian, les dieron buena esperanza de que paresciendo el General ante hellos harian todo lo que conuiniesen y ellos pudiesen hazer.

      Desta buena esperanza que los Oydores auian dado, tuuo noticia por la posta Pedro de Horsua, por mano de su propio tio y de otros amigos que le auisaron sobre hello, encargandole que luego se uiniese de Pamplona, donde estaua, a la ciudad de Santa Fee, que auia sesenta leguas, a uerse con los Oydores y ofrecerse a su seruicio.

      Luego que el general Orsua tuuo este auiso se partio por la posta y se uino a Santa Fee, a tiempo que los Oydores andauan en demanda de una persona astuta y afable para encargarle la pazificacion de la prouincia de los musos, que estaua no solo rreuelde, pero con la uitoria que poco antes auian auido del capitan Baldes, al qual despues de auelle muerto algunos españoles y entre hellos al famoso Machin Donate, le abian echo rretirarse y aun salir vyendo de su tierra, saliendo en quadrillas armados fuera de los limites y terminos de sus territorios a hazer daños muy seueros y crueles en los pueblos de yndios moscas que al rrededor de si tenian, y aun a saltear los caminos rreales de los españoles, segun largo se a tratado en la primera parte desta Istoria, en el libro treze o doze o decimo121; pues como ya los Oydores tenian muy particular noticia del general Pedro de Orsua, y llego a tiempo que hellos andauan metidos en este negocio, rrogaronle que azetase el cargo de la pazificacion y poblazon de Muso, prometiendole que luego que aquella tierra estuuiese pascificada y asentada, darian horden como fuesen a descubrir el Dorado. Ursua lo azeto, y tomo a su cargo; y rreciuiendo dellos la conduta y comision que hera necesaria, luego juntó en los pueblos de Santa Fee, Tunja y Velez ciento y beinte y cinco honbres de a pie y de a cauallo, con los quales comenco su jornada por la parte de los musos que cae mas cercana a Belez, donde esta un pedazo de tierra poblada de jente mosca muy uelicosa e yndomita, llamado Rrincon de Sabaya, cuyos naturales asi mesmo se auian rreuelado y alcado y estauan de guerra contra sus propios encomenderos y uezinos de Belez, a los quales y a su ciudad tenian puesta en muy grande aprieto y rriesgo de despoblarla, porque no solo les auian quitado la ouidiencia y seruidumbre, pero muchas uezes, en quadrillas de quinientos en quinientos yndios, les uenian a correr las tierras y estancias de maiz y ganados que junto al pueblo tenian.

      En esta prouincia de Sauaya122, en el balle de Tununguase, allego Pedro de Ursua con su conpañia, de donde encomenco a correr la tierra con sus soldados por vnas y otras partes, mas con desino de traher a su amistad y de paz los yndios, que con animo de dañarles y castigarles con la seueridad que merecian por los daños y muertes de españoles que auian echo, y asi, aunque mediante la deligencia que el y sus corredores pusieron, prendiendo algunos casiques y principales de aquella tierra, que no solo auian sido culpados y que actualmente se auian hallado en las muertes de algunos españoles, pero con desverguenca de baruaros se jatauan dello, y traian consigo, para su rrecreacion y pasatiempo, los rrostros de los españoles que auian muerto, desollados y curados de tal suerte que no se les caia ni perdia pelo de la barua ni de las zejas ni pestañas, con que rrepresentavan en sus borracheras la ferocidad de los españoles, nunca quiso matar ni justiciar ningunos yndios mas de a solo uno que parecio ser de animo sedicioso, pesado, segado123, y que con su presencia no ternian quietud ni guardarian entera amistad los yndios con los españoles; pero con todo, esta ueninidad que es cosa por que a los yndios se le suele dar muy poco, fue tan buena su fortuna que los pascifico y trajo a su amistad y los hizo que se rredujesen al seruicio de sus encomenderos; y esto no fue tan descansadamente como alguno les pareciera, porque para uenir a estos terminos con los yndios y atrahellos a esta concordia, fue menester andar los soldados muchos dias y muchas noches suuiendo sierras, atrauesando arcabucos, pasando rrios con las armas y comidas acuestas, donde se pasaron muy grandes trauajos y necesidades, y en algunos acometimientos que con los yndios tuuieron, donde por no osar gastar las municiones tan largamente como hera menester, los ouieran de ofender los yndios muchas uezes; porque como en este tiempo au no se auian descubierto minas de plomo en la tierra del Rreino, y el plomo que se traia despaña, por ser metal tan pesado y de poco ualor, hera poco, fue necesario que los Oydores mandasen sacar los tinteros de plomo124 que a este tiempo auia en el Rreino, de poder de quien estuuiesen para que se derritiesen y fundiesen e hiziesen dellos pelotas para los arcabuzes que en esta jornada se metian, que tanvien heran vien pocos, pero muy prouechosos por ser arma a quien mucho temian los yndios.

      Finalmente, como el trauajo lo uenze todo, mediante lo mucho que el General, como e dicho, y sus soldados hicieron y trauajaron en este rrincon de Uelez y tierra de Sauaya, desde el ualle de Tumungua, donde sienpre tuuieron su alojamiento, dejaron tan pacificada la jente desta comarca que por muchos dias despues nunca yntentaron ni mouieron ninguna nouedad ni alteracion en la tierra, asta que despues, aprouechandose de las ocasiones quel tiempo les ofrecio, se tornaron a rreuelar y a poner en aflicion125 a Ueles, segun en el lugar rreferido se escriuio largo.

      CAPITULO SEGUNDO

      Como el general Ursua se metio por la poblacon de Musso y se alojo en ella, a pesar de los moradores, e de una prolixa guacauara que le dieron en el ualle de Pauna.

      Conclusa la guerra de Sauaya y pazificado aquel rrincon, leuanto sus tiendas Horsua con sus españoles y metiose la tierra adentro de Musso, en el qual camino tuuo muchas guazauaras con los yndios musos que le salian al camino mucha cantidad y muy peltrechados con mucha flecheria con yerua y de las otras harmas con que hellos acostunbran a pelear.

      Aconpañauan estos uaruaros sus acometimientos con mucha tauaola126 de bozes y gritiria, en que ponen muy gran eficacia, y meneos y uisajes que con los cuerpos hazen, y asi, aunque en numero heran muchos, con estas cosas hazian ostentacion y muestra de muchos mas, y como jamas sauen pelear ni acometer callando, ponen con las boces doblado temor en los coracones de los que no los conozen, que les parezen que todas aquellas uozes y alharacas y acometimientos, todo es animo, mediante el qual se suele hazer la guerra y auer vitoria.

      La guerra que en esta entrada le hicieran a Pedro de Orsua fue tan prolija y continua que le hirieron muchos soldados, algunos de los quales murieron rrauiando, con el dolor y tormento de la yerua con que estauan vntadas las flechas. Ya quel General se uio bien metido con su jente en la poblazon de Muso, escoxiendo sitio acomodado y qual conuenia para uien defenderse de los enemigos, se alojo, por no andar de una parte a otra con tanto bolumen de carruaje y jente como lleuaua, sino de halli hazer sus correrias de vna parte a otra mas a su plazer y con menos trauajo de los soldados. Los yndios, viendo que los españoles auian echo asiento y que de alli salian a correr la tierra y danificarles, conuocando a todos127 los de aquella comarca, que heran en muy gran cantidad, y juntos y congregados, determinan de uenir con las armas en las manos acometer al alojamiento de los españoles, a matallos o echallos de alli; pero aunque lo yntentaron no salieron con ello, porque ya que se uieron zerca del sitio donde СКАЧАТЬ



<p>121</p>

En la edición de Caracas: en el libro trece y doce y decimo. – El autor emplea la conjunción disyuntiva o, no la copulativa y.

<p>122</p>

Debe querer decir Savoya, que es como ha llamado á esa provincia en la primera parte de su obra.

<p>123</p>

No se comprende el sentido en que estas dos últimas palabras están empleadas por el autor.

<p>124</p>

En el original se repite de plomo.

<p>125</p>

En la edición de Caracas: aplicación, en vez de aflicción.

<p>126</p>

Tabaola: bataola, ó batahola, bulla, ruido grande.

<p>127</p>

En la edición de Caracas: convocándose todos.