Limited Inc. Jacques Derrida
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Название: Limited Inc

Автор: Jacques Derrida

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9789569441448

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СКАЧАТЬ que se podría considerar ‘vacío’, por un acto de coacción o por influencia indebida), etc. Supongo que una teoría general de muy alto nivel podría abarcar en una sola vez lo que hemos llamado fracasos y estos otros accidentes ‘desdichados’ [‘malheureux’] que se pueden presentar en la ejecución de acciones (en nuestro caso, de acciones que contienen una enunciación performativa). Pero no nos ocuparemos de este otro tipo de ‘desdichas’; sólo tendremos que recordar, sin embargo, que este tipo de acontecimientos pueden producirse siempre, y que se producen siempre, de hecho, en algún caso de los que discutíamos. Las características de este tipo podrían figurar normalmente bajo la rótula de ‘circunstancias atenuantes’ o ‘factores que reducen o eliminan la responsabilidad del agente’, etc.” (pp. 62-63, Subrayado mío. [Trad. esp. modif.]). El segundo acto de esta exclusión concierne más directamente a nuestro propósito. Se trata justamente de la posibilidad para toda enunciación performativa de ser “citada” (y a priori, por cualquier otra). Ahora bien, Austin excluye esta eventualidad (y la teoría general que la explicaría) con una suerte de encarnizamiento lateral, lateralizante pero aún más significativo. Él insiste sobre el hecho de que esta posibilidad permanece [reste] anormal, parasitaria, que constituye una suerte de extenuación, incluso de agonía del lenguaje que hace falta firmemente mantener a distancia, o respecto de la cual hace falta desviarse resueltamente. Y el concepto de lo “ordinario” y, por tanto, de “lenguaje ordinario” al que recurre, está claramente marcado por esta exclusión. Esto se vuelve aún más problemático y, antes de mostrarlo, sin duda es mejor que simplemente lea un párrafo de esta Segunda Conferencia:

      “II. En segundo lugar: en tanto que enunciaciones, nuestros performativos están expuestos igualmente a ciertas especies de males que afectan a toda enunciación. A estos males –aunque podrían a su vez ser englobados en una teoría más general– también queremos excluirlos expresamente de nuestro presente propósito. Me refiero, por ejemplo, a lo siguiente: una enunciación performativa será hueca o vacía de una manera particular si, por ejemplo, es formulada por un actor en un escenario, incluida en un poema o emitida en un soliloquio. Pero esto vale de manera similar para toda enunciación: se trata de una variación [revirement] (sea-change), debido a circunstancias especiales. Es claro que en tales circunstancias el lenguaje no es usado seriamente (soy yo quien subraya aquí, J. D.), y esto de manera particular, sino que se trata de un uso parasitario respecto del uso normal –parasitismo cuyo estudio cae dentro de la doctrina de las decoloraciones del lenguaje. Todo esto, pues, excluiremos en nuestro estudio. Nuestras enunciaciones performativas, afortunadas o no, han de ser entendidas como pronunciadas en circunstancias ordinarias.” (p. 63 [Trad. esp. modif.]). Austin, con todo lo que él denomina el sea-change, lo “no-serio”, lo “parasitario”, la “decoloración”, lo “no-ordinario” (y con toda la teoría general que, al informarlo, no estaría más dominada por estas oposiciones), excluye, pues, aquello que sin embargo reconoce como la posibilidad abierta por toda enunciación. Es también como un “parásito” que la escritura siempre ha sido tratada por la tradición filosófica, y la aproximación no tiene aquí nada de azaroso [hasardeux].

      Planteo, entonces, la siguiente cuestión: ¿es esta posibilidad general forzosamente la de un fracaso o una trampa en la cual el lenguaje puede caer o perderse como en un abismo situado fuera o ante él? ¿Qué pasa con el parasitaje? En otros términos, ¿la generalidad del riesgo admitida por Austin, rodea el lenguaje como una suerte de foso, un lugar de perdición externo del cual la locución siempre podría no salir, que podría evitar quedándose en casa [restant chez soi], en sí, al abrigo de su esencia o de su telos? O bien, ¿este riesgo es, al contrario, su condición de posibilidad interna y positiva?, ¿este afuera de su adentro?, ¿la fuerza misma y la ley de su surgimiento? En este último caso, ¿qué significaría un lenguaje “ordinario” definido por la exclusión de la ley misma del lenguaje? ¿Es que al excluir la teoría general de este parasitaje estructural, Austin, que sin embargo pretende describir los hechos y los acontecimientos del lenguaje ordinario, nos hace pasar por lo ordinario una determinación teleológica y ética (univocidad del enunciado –respecto del cual, en otra parte reconoce que sigue siendo un “ideal” filosófico, p. 117 [tr. fr. p. 93]–, presencia a sí de un contexto total, transparencia de las intenciones, presencia del querer-decir por la unicidad absolutamente singular de un speech act, etc.)?

      Porque, después de todo, lo que Austin excluye como anomalía, excepción, “no-serio”,9 la citación (sobre la escena, en un poema, o en un soliloquio), ¿no es la modificación determinada de una citacionalidad general –de una iterabilidad general, más bien– sin la cual ni siquiera habría un performativo “exitoso”? De tal suerte que –consecuencia paradójica pero ineludible– un performativo exitoso es forzosamente un performativo “impuro”, por retomar la palabra que Austin adelantará cuando, más adelante, reconozca que no hay performativo “puro” (pp. 196, 186, 153 [tr. fr. pp. 152, 144, 119]).10

      Tomo ahora las cosas del lado de la posibilidad positiva y no ya sólo del fracaso: ¿sería posible un enunciado performativo, si un doblez [doublure]* citacional no viniera a escindir, a disociar de sí misma la singularidad pura del acontecimiento? Planteo la pregunta bajo esta forma para prevenir una objeción. En efecto, se podría decirme: usted no puede pretender dar cuenta de la estructura denominada grafemática de la locución, a partir de la sola ocurrencia de los fracasos del performativo si estos fracasos pueden ser tan reales, ya sea efectiva o general su posibilidad. Usted no puede negar que también hay performativos exitosos y hace falta que nos demos cuenta: se abren sesiones, Paul Ricoeur lo ha hecho ayer, se dice: “Planteo una cuestión”, se apuesta, se desafía, se lanzan los barcos y a veces, incluso, uno se casa. Este tipo de acontecimientos, al parecer, se producen. Y si uno solo de ellos hubiera tenido lugar una sola vez, todavía debe ser tomado en cuenta.

      Yo diría “puede ser”. En primer lugar, hace falta entenderse aquí sobre lo que es el “producirse” o la acontecimentalidad de un acontecimiento que supone, en su surgimiento pretendidamente presente y singular, la intervención de un enunciado que en sí mismo no puede ser sino de estructura repetitiva o citacional o, más bien, ya que estas dos últimas palabras se prestan a confusión, iterable. Vuelvo, así, a ese punto que me parece fundamental y que concierne ahora al estatuto del acontecimiento en general, del acontecimiento del habla o por el habla, de la extraña lógica que supone y que queda [reste] a menudo desapercibida.

      ¿Un enunciado performativo podría tener éxito si su formulación no repitiera un enunciado “codificado” o iterable, dicho de otra manera, si la fórmula que pronuncio para abrir una sesión, lanzar un barco o iniciar un matrimonio no fuera identificable como conforme a un modelo iterable, si, por tanto, no fuera identificable de alguna manera como “citación”? No es que la citacionalidad sea aquí del mismo tipo que en una pieza teatral, una referencia filosófica o en la recitación de un poema. Esto es que hay una especificidad relativa, como lo denomina Austin, una “pureza relativa” de los performativos. Pero esta pureza relativa no se remueve contra la citacionalidad o la iterabilidad, sino contra otras especies de iteración en el interior de una iterabilidad general que fractura la pureza pretendidamente rigurosa de todo acontecimiento de discurso, o de todo speech act. Hace falta, entonces, menos que oponer la citación o la iteración a la no-iteración de un acontecimiento, construir una tipología diferencial de formas de iteración, suponiendo que este proyecto sea sostenible y que pueda dar lugar a un programa exhaustivo, cuestión que me reservo aquí. En esta tipología, la categoría de intención no desaparecerá, tendrá su lugar, pero, desde este lugar, ya no podrá controlar [commander] toda la escena y todo el sistema de la enunciación. Sobre todo, trataremos entonces con diferentes tipos de marcas o de cadenas de marcas iterables y no con una oposición entre, por una parte, enunciados citacionales y, por otra, enunciados-acontecimientos singulares y originales. La primera consecuencia será la siguiente: dada esta estructura de iteración, la intención que anima la enunciación jamás será, de punta a cabo, presente a sí misma y a su contenido. СКАЧАТЬ