Glitter Season. Victory Storm
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Читать онлайн книгу Glitter Season - Victory Storm страница 16

Название: Glitter Season

Автор: Victory Storm

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Современные любовные романы

Серия:

isbn: 9788835423812

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СКАЧАТЬ animal.”

      “ Bien, yo tengo muchos animales. Los adoro y, aunque me voy de casa, he decidido llevarlos conmigo. Jamás podría dejarle Otelo a mi madre después de ocho años de convivencia llenos de ronroneos y mimos. Además, él me necesita. No podría abandonarlo... nadie lo entiende como yo”, intentó explicarle, pero Ethan por respuesta resopló, levantando los ojos al cielo.

      “” ¡Insensible ignorante!””

      “ De todas formas, no tengo otro lugar adonde ir, mientras tú tienes a tu madre, ¿verdad? ¿No puedes quedarte con ella?”

       Hablar de su madre la hizo estar mal y volver a pensar en su última pelea y al motivo por el cual había escapado de casa, literalmente.

       Su traición todavía dolía. Todavía no había sido capaz de olvidarlo y realmente esperaba que tener su propia independencia la ayudara a olvidar o al menos a perdonarla.

      “ No, no puedo”, susurró entre lágrimas.

      “ ¿Por qué?”

      “ No tengo ganas de hablar de eso”, murmuró de repente triste y sola.

      “ ¿Y tu padre?”

      “” ¿Mi padre? Sí, él… quien sabe dónde está.””

      “ Murió antes de que naciera”, respondió como había hecho siempre hasta dos meses antes, mientras intentaba contener la ansiedad que sentía desde que había sabido la verdad.

      “ Lo lamento. Disculpa.”

      “ No te preocupes. Ni siquiera lo conocí, por lo que no tengo recuerdos tristes de él”, suspiró, dándose cuenta de que era la única cosa sincera y verdadera que le había quedado después de ese terrible episodio.

      “ Escucha, entiendo que tú también tienes problemas, pero para mí es verdaderamente muy importante mudarme aquí lo antes posible.”

      “ También para mí.”, resopló desesperada, intentando que él se apiadara.

       Por un momento sus respiraciones se mezclaron por la cercanía, pero luego él se levantó de golpe y tomó otro cigarrillo con gesto nervioso.

       ¡No conseguía entender a ese muchacho!

      “ ¿No puedes dejar de fumar?”, se quejó asustada de las posibles consecuencias del humo en sus pulmones.

      “ Me ayuda a pensar.”

      “ Te ayuda a morir, en todo caso”, lo corrigió.

      “ No tengo miedo de morir”, sentenció, encendiendo el cigarrillo.

      “ Yo sí”, confesó aterrorizada. “Entonces si quieres matarte, ve a la terraza, por favor. Y ten en cuenta que si te tiras harás menos daño al agujero de ozono y es una muerte más rápida y menos dolorosa.”

      “ ¡Qué molesta!”, gruñó Ethan, yendo a la terraza.

       Desesperada y sola, intentó llamar a las únicas dos personas en el mundo que eran capaces de entenderla: Emma y Rachel. Necesitaba su consejo y que le dijeran qué hacer. Nunca había sido buena en tomar decisiones autónomamente.

       Lamentablemente Emma tenía el teléfono ocupado y no le respondió, así que le dejó un mensaje, mientras en la oficina de Rachel respondió Kerry, la secretaria, diciéndole que su amiga estaba en una reunión y no podía ser molestada.

       Desilusionada y amargada más que nunca, se dirigió deprimida hacia el balcón, preguntándose cuanto podía doler golpearse contra el pavimento cayendo del segundo piso.

      “ Mejor lo dejamos así… desafortunada como soy, corro el riesgo de sobrevivir y quedar paralítica por el resto de mi vida”, reflexionó mientras Ethan apagaba el cigarrillo en la baranda de la terraza.

      “ ¿Puedes fumar sin ensuciar toda la casa?”, le dijo molesta.

       Lo vio mirarla como si fuera una pobre loca.

      “ Tú encuéntrame un cenicero y yo te llevo a vivir conmigo”, exclamó después de un largo momento de duda.

      “ ¡¿Qué cosa?! ¡Además, como máximo sería yo quien te lleve a vivir conmigo y no el contrario! Pero, de todas formas, ¡no sucederá! Olvídate de vivir aquí conmigo”, se preocupó sorprendida.

       Ya se imaginaba: la Cenicienta del siglo veintiuno. Cubierta por cenizas de cigarrillo de su príncipe misántropo y sucio.

      “ Te diré la verdad: en realidad no podría pagar un alquilar tan caro yo solo, ya que en el pub el sueldo es de hambre. Ya había pensado buscar un compañero de apartamento. Por eso había querido dos habitaciones. Seguramente mi idea de compañero de apartamento no consideraba a una muchacha que parece una niña, con problemas mentales y que encima tiene un gato… sin embargo, uno necesita conformarse en la vida y saber adaptarse a cada situación, ¿no?”, reflexionó Ethan, ignorando sus protestas. “Además, estoy seguro de que contigo no encontraré nunca la casa sucia o desordenada y cada tanto podrías cocinar para los dos. Quizás incluso podrías serme útil.”

      “ ¡Yo no soy y no seré jamás tu sierva! ¡Pero ten por sentado que conmigo la casa siempre estará impecable y también soy una muy buena cocinera!

      “ ¡Bien! Entonces, piénsalo. Te propongo que vivamos juntos. De esa manera, estamos todos contentos.”

      “ Todos, excepto yo. Yo quiero estar sola. Y además contigo en casa, ¿dónde pondré a Otelo y los demás?”, se lamentó.

      “ Nos acomodaremos. Lo importante es que tus animales no me molesten cuando duermo. El pub está abierto de noche, por lo que duermo de día hasta la hora del almuerzo y no quiero ser molestado.”

       ¿Cómo podía hacerlo tan fácil? ¿Sólo ella veía problemas y peligros en todas partes?

      ““ Nuestra convivencia sería una guerra permanente, basada en la incompatibilidad de carácter””, hubiera querido responder.

      “ Hay algo que no has considerado”, reflexionó dándose un aire de sabiduría y conocimiento.

      “ Te escucho.”

      “ Yo no te conozco y no confío en ti.”

      “ Yo, por el contrario, te conozco, por lo que sé en qué lío me estoy metiendo y no confío en nadie. Y con eso”.

      “ Tú no me conoces.”

      “ Sí. Eres la prueba viviente de que nosotros, los hombres, seres con errores que pensamos principalmente con las partes bajas, no somos tan estúpidos como para estar con una loca ambientalista, hipocondríaca y aterrorizada hasta de su sombra, como tú.”

      “ ¿Qué estás insinuando?”, respondió.

      “ Nada. Digo sólo que la belleza no lo es todo. Mírate, eres hermosa y estás soltera. Algún motivo habrá, ¿no? Por lo que parece, tus hermosos ojos azules no son suficientes como para hacer olvidar СКАЧАТЬ