Название: Fotografía Macro
Автор: Fran Nieto
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: FotoRuta
isbn: 9788412251340
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Es importante conocer el tamaño de nuestro sensor, ya que algunos fabricantes ofrecen en su catálogo lentes específicamente diseñadas para cámaras APS-C cuyo círculo de proyección es demasiado pequeño para una sensor full frame y por tanto viñetearía notablemente si lo usamos con él, o se procederá a un recorte de los píxeles oscuros de forma automática, con lo que obtendremos archivos de menor tamaño. Además conocer el tamaño del sensor nos permitirá, a partir del tamaño del sujeto, calcular la ratio a la que hemos realizado la toma.
Si utilizamos un objetivo diseñado para formato completo (24x36 mm) en una cámara con un sensor de menor tamaño sólo se utilizará la parte central de la luz que proyecta. De esta forma conseguiremos fotografiar sujetos más pequeños con la misma ratio. El efecto sería el mismo que recortar una zona y ampliarla en el ordenador.
La imagen proyectada por una óptica es invariable, pero en función del tamaño del sensor de la cámara se captará una superficie mayor o menor de la realidad.
Si utilizamos un objetivo diseñado para formato APS (24x18 mm) en una cámara con un sensor de mayor tamaño sólo se proyectará luz en una parte del mismo, con lo que sufriremos un enorme viñeteo.
Teóricamente el tamaño máximo al que podemos reproducir nuestra imagen es el resultado de dividir el tamaño en píxeles de la captura entre la resolución de impresión.
Así una cámara con un tamaño de captura de 3.000x2.000 píxeles podría imprimirse perfectamente a un tamaño de 30x20 cm sobre papel fotográfico con una resolución de 100 píxeles /cm, la más habitual para imprimir sobre este soporte.
Si queremos una copia mayor hemos de proceder a interpolar el archivo en un programa de edición como Photoshop. Mis pruebas determinan que incrementar el tamaño de archivo entre un 50 y un 100% todavía permite obtener copias de gran calidad, siempre que enfoquemos la imagen de forma adecuada una vez cambiado su tamaño.
Evidentemente tamaños de sensor mayores como 8.000x6.000 píxeles nos permitirán una copia excelente de 80x60 cm sobre el mismo papel. Pero aquí la cosa se complica algo más, ya que esta copia se observará a una distancia mayor y por tanto nuestra agudeza visual no será la misma que en el ejemplo anterior (una copia se debe valorar a una distancia similar a su diagonal). Estas copias se pueden imprimir a una resolución de 75 píxeles/cm, lo que conlleva que ese archivo podría reproducirse a algo más de un metro sin interpolar. Y si necesitamos reproducirla a dos metros la resolución también podrá bajar hasta los 60 píxeles/cm, ya que se verá más lejos sin necesidad de interpolarla más allá de un 66%.
El factor de recorte
Tradicionalmente dividimos los objetivos en angulares y teleobjetivos. En el medio estaría el objetivo estándar. Consideramos como tal a aquel que proporciona un ángulo de visión similar al del ojo humano en una observación cercana sin incluir la visión periférica, menos nítida. Numéricamente coincide con la diagonal del sensor con que realicemos la captura.
Así la focal estándar o normal para un sensor que tenga un tamaño de 24x36 mm es de 43,26 mm, aunque casi todos los fabricantes han optado por considerarlo de 50 mm, por ser un número más redondo y un cristal más fácil de fabricar. Si la cámara tiene un sensor menor, como por ejemplo el formato APS de 23,6x15,8 mm la diagonal es menor, aproximadamente 30 mm. De esta forma un mismo objetivo colocado en diferentes sensores dará imágenes de distinto tamaño.
El fenómeno no consiste, como mucha gente cree, en que la óptica multiplica su focal por un determinado factor (1,5 para Nikon o 1,6 para Canon). La distancia focal no puede variarse por arte de magia, pero al proyectarse su imagen sobre una superficie menor de un sensor APS, lo que logramos es llenar nuestro visor con sujetos más pequeños que si tenemos sensores full frame utilizando el mismo objetivo y distancia de enfoque. En realidad se trata de un factor de recorte, ya que eliminamos parte de la luz que atraviesa la óptica, conservando la que tiene más calidad. Es importante subrayar que este fenómeno no depende del propio objetivo sino del sensor sobre el que se proyecta.
En el aspecto práctico lo que nos permitirá este factor de recorte es realizar la misma fotografía con un sensor APS a una distancia superior a la que necesitaríamos realizarla con un equipo full frame. O, debido a que la distancia mínima de enfoque se mantiene, pues depende de la óptica, a que conseguiremos que un sujeto que llena por completo un sensor APS estará rodeado de fondo en un full frame, lo que de forma indirecta significa que tendremos una mayor capacidad de cubrir por completo el visor con sujetos más pequeños. Si utilizamos un objetivo diseñado para cubrir un sensor APS con una cámara full frame su cono de proyección será menor que el tamaño del sensor y por tanto se verán negras las esquinas, a las que no llega ninguna luz.
Debo insistir en que si utilizamos un objetivo que alcance una ratio de 1, en ambos casos, full frame y APS, estaríamos fotografiando a esa ratio. En el caso de usar un sensor de 24x36 mm, esa será la superficie que ocupará nuestro modelo, y con un sensor de 16x24 mm, al conservarse la ratio en 1, el sujeto tendrá este tamaño de 16x24 mm en la toma. Si la cámara tiene un sensor aún más pequeño, como las compactas, es posible tener todavía motivos más pequeños ocupando todo el visor con la misma ratio.
Los objetivos
La calidad de las ópticas de nuestro equipo determinará el resultado final de nuestras fotografías, por lo que es importante adquirir productos de la mayor calidad que nos permita nuestro presupuesto. Además, y teniendo en cuenta que no necesitamos los últimos avances tecnológicos, podemos recurrir al mercado de segunda mano para encontrar excelentes ópticas, abandonadas a su destino para ser sustituidas por modernos objetivos autofocus que para nosotros constituyen más un engorro que una ayuda. Si bien otras facetas de la fotografía se han beneficiado especialmente de la electrónica desde los años 90, hasta el punto de haber un antes y un después en la fotografía de acción, en el campo de la macro no ha existido un progreso tan intenso. Las ópticas de hace 15 años tienen casi la misma calidad óptica que las modernas y a precios muy interesantes en el mercado de segunda mano.
Los objetivos con una luminosidad igual o superior a f/2,8 facilitan enormemente el enfoque, especialmente en condiciones de baja luminosidad.
Siempre será mejor invertir en las mejores ópticas que podamos comprar que en un cuerpo de última tecnología al que apenas le vamos a sacar partido, pues lo utilizaremos casi siempre con sus avanzados mecanismos desactivados, como el autofocus o la exposición totalmente automática. Los objetivos han llegado a un nivel de resolución y contraste que avanza muy lentamente en los últimos años y la tendencia es a lograr velocidades de enfoque más rápidas que en ocasiones hasta disminuyen su rendimiento en lo que a nitidez se refiere.