Amora. Natalia Borges Polesso
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Amora - Natalia Borges Polesso страница 7

Название: Amora

Автор: Natalia Borges Polesso

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Avalancha

isbn: 9789878673271

isbn:

СКАЧАТЬ de ese estado. Sacudí la cabeza y me vinieron las palabras: ¡Hola! No sé cambiar neumáticos. Bajé la mirada y seguí caminando, avergonzada. El ardor en la cara tardó en pasar, pero como siempre prefería caminar, enseguida se mezcló con el calor del esfuerzo. No me gustaban los colectivos ni el taxi, prefería siempre ir a pie. Caminar hasta que me dolieran los pies, hasta que los pensamientos se agotaran. Además, caminar me daba más tiempo para observar a las personas, las casas, los árboles, las larvas que se amontonaban en las hojas, los autos, sus velocidades, sus conductores y acompañantes e incluso la cara que ellos colgaban en sus cabezas. Caminar me daba tiempo para elegir hacia dónde quería mirar y a qué le prestaría atención. Yo no manejaba, nunca iba a manejar, y en el colectivo las escenas pasan muy rápido y la única forma de observar es retorciendo el cuello hasta perder de vista el objeto. Y esa no era una opción que me agradara. Necesitaba elegir qué observar. Y si me encontraba quieta y un auto pasaba a toda velocidad, no era que yo había renunciado a observar, sino la forma en la que la vida me presentaba las cosas. Podría no mirarlo o seguirlo con los ojos hasta que desapareciera en una esquina o bajada, era mi elección girar o no la cabeza.

      En la esquina siguiente encontré a Luiza. No fue una elección. Fue el azar. Y mis ojos se clavaron en su imagen.

      ―Hola ―dijo ella, como si tampoco tuviera elección.

      Querría haber dicho algo.

      Caetano me dijo una vez que yo no tenía el control. Nunca. Era porque le contaba sobre mi miedo de volar. Cuando tengo miedo, me entristezco, me desanimo, pongo cara de quien espera a la muerte, por ejemplo, cuando me subo a un avión. Puedo conversar normalmente con todo el mundo, puedo incluso hacer chistes y nunca me va a dar un ataque de histeria. Nunca. Sin embargo, mi cara será nula y dura y triste por todas esas horas que estaré en el avión, que no es más que un tonel de acero repleto de combustible inflamable. Veré todas las películas, series, programas y nada cambiará. Una vez tenía miedo de que me aplastara uno de esos portones automáticos de estacionamiento. Curiosamente el miedo se me pasó cuando uno de esos portones me tocó la cabeza y no pasó nada. Nada más allá de un chichón en la frente. Sabía que tarde o temprano me encontraría con Luiza en la calle, acá, en Río o en donde mierda fuera, no importaba, lo sabía. No pensé que sucedería tan pronto. Pero así fue. El hombre con los ojos arteros me había dicho que no tenía el control, que a lo sumo tenía la ilusión de estar controlando algo, pero que nada, nada de nada estaba bajo mi aval. Ese día en el consultorio me agarré fuerte de los brazos del sillón y empecé a aceptar la vida como en la inminencia de una fatalidad y se me arquearon las cejas de una forma que no iban a volver a como eran, lo que me dio este aire de asombro perpetuo.

      Me gustaría haberle dicho algo. Pero me sostuve firme en el muro de la casa, mientras Luiza pasaba por delante de mí, mientras Luiza daba vuelta la esquina, mientras Luiza desaparecía nuevamente de mi vista. Si el mundo se hubiera desmoronado ahí mismo, si un avión o un portón hubiesen caído sobre mi cabeza, no podría haber hecho nada.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4SQJRXhpZgAATU0AKgAAAAgABwESAAMAAAABAAEAAAEaAAUAAAABAAAAYgEbAAUAAAABAAAA agEoAAMAAAABAAIAAAExAAIAAAAeAAAAcgEyAAIAAAAUAAAAkIdpAAQAAAABAAAApAAAANAALcbA AAAnEAAtxsAAACcQQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIENTNiAoV2luZG93cykAMjAyMDoxMjoyOSAwMTox NjozMQAAA6ABAAMAAAABAAEAAKACAAQAAAABAAAHtKADAAQAAAABAAALuAAAAAAAAAAGAQMAAwAA AAEABgAAARoABQAAAAEAAAEeARsABQAAAAEAAAEmASgAAwAAAAEAAgAAAgEABAAAAAEAAAEuAgIA BAAAAAEAACLTAAAAAAAAAEgAAAABAAAASAAAAAH/2P/iDFhJQ0NfUFJPRklMRQABAQAADEhMaW5v AhAAAG1udHJSR0IgWFlaIAfOAAIACQAGADEAAGFjc3BNU0ZUAAAAAElFQyBzUkdCAAAAAAAAAAAA AAAAAAD21gABAAAAANMtSFAgIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAEWNwcnQAAAFQAAAAM2Rlc2MAAAGEAAAAbHd0cHQAAAHwAAAAFGJrcHQAAAIEAAAA FHJYWVoAAAIYAAAAFGdYWVoAAAIsAAAAFGJYWVoAAAJAAAAAFGRtbmQAAAJUAAAAcGRtZGQAAALE AAAAiHZ1ZWQAAANMAAAAhnZpZXcAAAPUAAAAJGx1bWkAAAP4AAAAFG1lYXMAAAQMAAAAJHRlY2gA AAQwAAAADHJUUkMAAAQ8AAAIDGdUUkMAAAQ8AAAIDGJUUkMAAAQ8AAAIDHRleHQAAAAAQ29weXJp Z2h0IChjKSAxOTk4IEhld2xldHQtUGFja2FyZCBDb21wYW55AABkZXNjAAAAAAAAABJzUkdCIElF QzYxOTY2LTIuMQAAAAAAAAAAAAAAEnNSR0IgSUVDNjE5NjYtMi4xAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAABYWVogAAAAAAAA81EAAQAAAAEWzFhZWiAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAWFlaIAAAAAAAAG+iAAA49QAAA5BYWVogAAAAAAAAYpkAALeFAAAY2lhZ WiAAAAAAAAAkoAAAD4QAALbPZGVzYwAAAAAAAAAWSUVDIGh0dHA6Ly93d3cuaWVjLmNoAAAAAAAA AAAAAAAWSUVDIGh0dHA6Ly93d3cuaWVjLmNoAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGRlc2MAAAAAAAAALklFQyA2MTk2Ni0yLjEgRGVmYXVsdCBSR0IgY29s b3VyIHNwYWNlIC0gc1JHQgAAAAAAAAAAAAAALklFQyA2MTk2Ni0yLjEgRGVmYXVsdCBSR0IgY29s b3VyIHNwYWNlIC0gc1JHQgAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAABkZXNjAAAAAAAAACxSZWZlcmVu Y2UgVmlld2luZyBDb25kaXRpb24gaW4gSUVDNjE5NjYtMi4xAAAAAAAAAAAAAAAsUmVmZXJlbmNl IFZpZXdpbmcgQ29uZGl0aW9uIGluIE
СКАЧАТЬ