Название: El tenis en la escuela (Color)
Автор: David Sanz Rivas
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Tenis
isbn: 9788499108056
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Cuadro 1.1. Comparación de los modelos más representativos en la enseñanza de los juegos deportivos.
Llegados a este punto, el definir un modelo para enseñanza del tenis va a depender fundamentalmente de nuestra capacidad para analizar la naturaleza de los condicionantes de aquélla (García Herrero, 2001), declarando la necesidad imperiosa de analizar cada problema de aprendizaje desde sus condicionantes para intervenir de una forma más efectiva sobre el mismo.
Para ello vamos a exponer algunas de las reflexiones que se realizaron junto al alumnado participante en un proyecto de enseñanza de los juegos deportivos (Julián, Ramos, Moreno y Del Villar, 2001) y que pueden arrojar luz sobre este asunto. Estas deliberaciones se realizaron con el alumnado de segundo (8-10 años) y tercer ciclos (10-12 años) de educación primaria, cuando se abordó la enseñanza de juegos deportivos de red como el tenis, el tenis de mesa y el voleibol en una distribución temporal por contenidos de 6, 2 y 6 sesiones, respectivamente.
Numerosos alumnos y alumnas que se iniciaban en los deportes de red anteriormente citados tenían la opinión de que era imprescindible dominar una serie de “herramientas” (gestos técnicos) para aplicar los principios táctico-técnicos de ese tipo de juegos deportivos, reflexión condicionada sin duda por las experiencias previas sobre la enseñanza del deporte (basado en el modelo técnico).
Pero, a medida que el programa de intervención avanzaba, comenzaron a diferenciar ciertos problemas en su aprendizaje en uno y otro tipo de juegos deportivos. El alumnado expresó ma-yoritariamente que no era lo mismo aprender las conductas táctico-técnicas del voleibol que las del tenis o del tenis de mesa, porque en estos dos últimos deportes el uso de la raqueta (implemento) condicionaba sus respuestas o acciones.
Después de la anterior reflexión, y analizando las propuestas metodológicas existentes en la literatura actual, parece obvio pensar que no hay un modelo claro y determinante de la enseñanza del tenis (Coe, 1993; Crespo, 1996 y 1999). Por ello pensamos que el debate entre los dos modelos anteriormente comentados es estéril y que lo que debemos es caminar hacia la consecución de propuestas metodológicas que nos permitan cuantificar el aprendizaje del contenido, analizando y reflexionando sobre los verdaderos condicionantes de su enseñanza.
Por este motivo en el apartado anterior hemos mostrado nuestra proximidad conceptual con el modelo metodológico comprensivo, manifestando también que las aportaciones del modelo integrado (García Herrero, 2001) nos pueden ser de gran utilidad cuando se trata de concretar la enseñanza de una manifestación deportiva, como va a ser el caso.
En el intento de fundamentar lo anteriormente reseñado debemos comenzar diciendo que el aprendizaje de las conductas táctico-técnicas en el juego mediante el modelo comprensivo se basa fundamentalmente en el conocimiento condicional (Pozo, 1999) o, lo que es lo mismo, en comprender lo que se está haciendo para utilizar las acciones técnicas o instrumentos empleados (golpeo, desplazamientos ofensivos y defensivos, etc.) dentro del juego con el objetivo de responder de forma eficaz.
Pozo enuncia sobre este particular que “(...) el uso eficaz de una estrategia depende en buena medida del dominio de las técnicas que la componen. Y ese dominio (...) es mejor cuanto más automatizadas estén esas acciones como consecuencia de la práctica. En suma, podemos considerar una estrategia como un uso deliberado y planificado de una secuencia compuesta por procedimientos dirigida a alcanzar una meta establecida. En este sentido, el dominio estratégico de una tarea requerirá previamente un dominio técnico, sin el cual la estrategia no será posible” (Pozo, 1999, p. 300).
Al hilo de las palabras de Pozo (1999) nos surge la duda sobre lo que entendemos como dominio técnico y si es necesario llegar a la automatización en las edades de primaria (fundamentos basados en el modelo técnico). La pregunta no es fácil de responder. Lo que parece estar claro a raíz de las investigaciones sobre la teoría del esquema motor de Schmidt (1975) es que tal como se aprenda, se pondrá en práctica. Es decir, que el individuo que ha aprendido un gesto técnico o instrumento en unas condiciones de enseñanza basada en la práctica variable (práctica en diferentes golpeos, uso de diversos móviles, en cuanto a su peso, a la capacidad de bote, etc.) de los elementos principales que determinan su adquisición tiene mayores posibilidades de comprender lo que está haciendo, de perfeccionarlo y de transferir el procedimiento a nuevas situaciones.
Así pues, la solución sería dotar al sujeto de una amplia disponibilidad motriz en tareas en las que el uso de un implemento esté presente (Díaz, 1999), adquirido en situaciones de variabilidad de la práctica, con el fin de asegurarnos un óptimo aprendizaje de los gestos técnicos que estamos intentando enseñar, apostando por una enseñanza de los gestos técnicos basada en los principios del conocimiento condicional (Pozo, 1999) y reduciendo al máximo las situaciones analíticas descontextualizadas, repetitivas e irreflexivas de enseñanza-aprendizaje, que lo que fomentan es un alumnado poco capaz de adaptarse a las situaciones cambiantes del juego (Fuentes y Gusi, 1996).
Esta circunstancia facilitará la enseñanza de juegos deportivos como el tenis o el tenis de mesa. Sin ninguna duda, dotar al sujeto de competencia motriz (Ruiz, 1995) en el uso del implemento o, lo que es lo mismo, educar esa motricidad general de base posibilitará desarrollarla en la aplicación de problemas motores de-rivados de la aplicación de los principios táctico-técnicos individuales e irla conduciendo hacia “instrumentos” más eficaces de resolución de situaciones (gestos técnicos).
Esta visión de la enseñanza de los juegos deportivos no está reñida con la visión comprensiva de la misma, que defiende ir de los aspectos tácticos a los técnicos; más bien creemos que la complementa, en beneficio de un aprendizaje más efectivo del tenis.
Nuestra posición en el aprendizaje de las conductas motrices del tenis pasa necesariamente por situar al sujeto frente a tareas con la que adquiera los conocimientos fundamentales del contenido (capítulo 3) sobre los cuáles cree la necesidad de aprender los instrumentos específicos en situaciones de variabilidad, que le hagan resolver problemas del juego del tenis. Todos estos aspectos serán abordados durante el desarrollo del presente texto.
1Real Decreto 830/2003, de 27 de junio, por el que se establecen las ense- ñanzas comunes de la educación primaria. En la LOCE, en el bloque de“los juegos” tanto en el segundo como en el tercer ciclo, aparecen de forma explícita tipos de juegos y de actividades deportivas y la iniciación en el deporte adaptado al espacio, el tiempo y los recursos.
2Afirmando Arnold (1991) que sólo es posible llegar a un buen aprendizaje en dicho conocimiento (lo que este autor denomina sentido fuerte del saber hacer) si se cumplen dos premisas básicas: la comprensión de todos los procedimientos que se implican en el juego deportivo y la adquisición de las habilidades técnicas en el contexto real del juego.
3Estudios como el realizado por Julián, Cervelló, Jiménez, Fuentes y Del Villar (2001) nos ratifican, si cabe, en esta afirmación.
4Se caracteriza por la búsqueda del dominio de la tarea, el éxito es evaluado desde criterios autoreferenciales, y la percepción de habilidad es relativa al aprendizaje de la tarea.
5Se caracteriza por la búsqueda de la demostración de la mayor capacidad por encima de los demás y por la búsqueda del éxito normativo, o lo que es lo mismo, lo importante no es mejorar, es ganar a los otros.
6Y es que como afirma Medrano (1994) “las primeras experiencias vividas por los niños en sus relaciones iniciales con la educación institucional, establecerán las bases para el desarrollo СКАЧАТЬ