Relaciones familiares. María Hilda Sánchez Jiménez
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СКАЧАТЬ dialógicas, que fue la base para la construcción de este libro.

      Con el fin de perfilar las primeras exploraciones sobre los procesos de algunos miembros de familia ante una situación de crisis, en el año 2009 realicé una prueba piloto con tres casos. Las personas narraron de manera voluntaria una situación de crisis y fueron, también voluntariamente, quienes al final de la entrevista hicieron observaciones sobre la claridad (o confusiones) de las preguntas realizadas. Las observaciones que hicieron estas personas fueron tomadas en cuenta para aclarar la redacción y limpiar el contenido de las preguntas6.

      La guía de entrevista inicial7, validada después de esta prueba piloto, es la que presento a continuación. Este documento se convirtió en un primer insumo para el desarrollo de la investigación cuyos resultados presento. Más adelante haré una descripción detallada del proceso metodológico8 del estudio.

       Figura 1. Guía inicial de la entrevista abierta

      Fuente: Guía de entrevista del proyecto inicial de mi tesis de doctorado en Psicología, UBA, 2009

      Un segundo insumo que tuvo como base el proyecto fue la puesta en ejecución del Diplomado Internacional de Prácticas Dialógicas (2011 – 2013)9, liderado por Dora Fried Schnitman10 y Jorge A. Sanhueza11, en colaboración con el Kenneth Gergen12 y la participación en diálogos colaborativos de un equipo de psicólogas, psicólogos, psiquiatras y terapeutas sistémicos y construccionistas sociales de América Latina13 y Europa14.

      Para la consolidación de la propuesta del Diplomado Internacional en Prácticas Dialógicas (2011) varios invitados, con el liderazgo de la doctora Fried Schnitman, comenzamos a participar desde nuestras investigaciones y proceso de formación doctoral entregando ideas de lo que podría llegar a ser este diplomado.

      Las prácticas dialógicas se han entendido como una estrategia importante para aprehender, desarrollar y co-construir nuevas opciones investigativas en el campo de familia. El construccionismo social y las reflexiones en el marco de los postulados de la filosofía del lenguaje fueron los lineamientos epistemológicos de este trabajo académico que integra la formación en el diplomado, el desarrollo de la investigación y la construcción de este libro.

      Producto del diplomado, con un grupo de académicos, se logró la publicación del primer volumen del libro titulado Diálogos para la transformación: experiencias en terapia y otras intervenciones psicosociales en Iberoamérica (2015), cuya editora fue Fried Schnitman. Como parte del equipo colaborador tuve la oportunidad de elaborar el capítulo de libro “Terapia familiar sistémica-construccionista. Lógicas sociolingüísticas que co-dicen” (Sánchez, 2015), hacer la reflexión del capítulo de libro “De la traducción radical a la indeterminación de la traducción en la comunicación terapéutica” (Arístegui, 2015) que articulaba la filosofía con la psicología y la psicoterapia, el cual fue parte del volumen 2. Finalmente, asumí la asesoría y acompañamiento del escrito para el volumen 3, titulado “Re-significación socio-familiar del derecho a la educación de niños y niñas en situación de hospitalización y tratamiento. Una propuesta de co-construcción mediante prácticas dialógicas” (González, 2016)

      La mayoría de los estudios sobre crisis y cambios están centrados en la identificación de problemas y en diagnósticos psicológicos complejos. Los análisis hacen énfasis más en la carencia, en los diagnósticos psicopatológicos de las familias y las personas, en las situaciones problemáticas que enfrentan cotidianamente alrededor se estas “patologías” y en lo que han aportado los profesionales, especialmente de la psicología y la psiquiatría en los procesos de cambio. . Como dice Gergen:

      la existencia de un vocabulario del déficit es análoga a la disponibilidad de armas —su misma presencia crea la posibilidad de que haya blancos a los que disparar_ y, una vez que se accionan, «individuos poco ideales» se ven alentados a participar en «programas de tratamiento», a ponerse bajo cuidado psicofarmacológico, o a separarse de la sociedad ingresando en instituciones asistenciales (Gergen, 1996, p. 190; Gergen, 2007, p. 288).

      Según Pakman, en torno a los lenguajes que promueven los diagnósticos, los pacientes adquieren la vida propia de enfermos mentales, lo cual es parte de la micropolítica y poder de las instituciones de salud mental y, luego, aunque suene paradójico, el paciente comprendió que su problema ya no tiene cura ya que aprendió el lenguaje de la discapacidad (2011). En este sentido, la paradoja está en que el paciente que obedece inicialmente a su terapeuta aceptando su enfermedad termina finalmente por contradecirle en su conocimiento, por cuanto la aceptación del paciente, paralelamente aleja al terapeuta del propósito de su práctica profesional: “encontrar una cura”.

      Debido a que este tipo de de vocabulario no tiene como perspectiva los lenguajes creativos y generativos construidos por las personas, ni dan cuenta de los recorridos dialógicos (códigos y prácticas), las estrategias de las familias cuando han afrontado situaciones de crisis, es fácil que tanto los profesionales como sus investigaciones caigan en los diagnósticos y en el rótulo.

      Por lo tanto, cuando se trabaja en el complejo mundo de la vida humana y sus relaciones, es importante reconocer que a) diversas situaciones relacionales y personales sí requieren de la atención, intervención y acompañamiento psicosocial y psicoterapéutico; b) las personas y sus familias son un recurso por sí solas y único medio para la solución de sus propios problemas; c) hay casos de familias y personas que han activado otras redes de apoyo, sin que medie una intervención profesional; d) no siempre la ayuda del profesional es suficiente para lograr procesos de transformación y cambio en las situaciones de crisis, aunque dichos profesionales se conviertan en una de las redes de apoyo, y e) es común hablar del qué y del para qué del cambio, pero no es común hablar de cómo las familias llegan a él, lo cual es un insumo fundamental para la creación y formulación de nuevas estrategias de acompañamiento que permitan renovar el hacer disciplinar de la psicología y la psiquiatría y de profesiones que han incursionado en el campo de la intervención y orientación a personas y familias en situaciones de crisis, tal como sucede con Trabajo Social, Desarrollo Familiar, Pedagogía y Educación.

      En cada una de estas situaciones, por un lado, las personas y las familias pueden lograr sus propósitos de dar salida y aprender otras formas de negociación y afrontamiento a sus conflictos, y, por otro lado, las acciones de las personas y familias son una materia prima fundamental para alcanzar el propio cambio y el fortalecimiento de lo que le es favorable para su desarrollo.

      La tendencia académica de recrear más el problema que reflexionar sobre las estrategias de solución y sobre la concertación de acciones para la superación de situaciones de crisis conlleva a una concepción de la familia como agente pasivo en los procesos de cambio, a dejar en manos del profesional que interviene el poder de la transformación. Sin embargo, las familias establecen procesos de cambio y afrontan las crisis también de forma autónoma, activan sus recursos para establecer nuevas condiciones de vida con o sin la ayuda de terceros. Este hecho invita a visibilizar la forma en que lo hacen, a comprender cuáles son los códigos sociolingüísticos y cuáles son las prácticas dialógicas que permiten que el cambio tenga lugar.

      En consecuencia, la respuesta a estas apreciaciones es mostrar las prácticas dialógicas y los códigos sociolingüísticos que co-construyen los grupos familiares para superar las situaciones de crisis. La finalidad СКАЧАТЬ