Tras los pasos de Jesús. Ricardo E. Facci
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Название: Tras los pasos de Jesús

Автор: Ricardo E. Facci

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Carisma

isbn: 9789878438023

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СКАЧАТЬ La fe no es un refugio para gente débil, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades (cfr. Lumen Fidei 53).

      Cuando esta amasada, asimilada y profundizada en la familia, la fe es muy rica, ilumina todas las realidades del hombre. ¡Cuántos beneficios ha aportado la mirada de la fe en la vida de los hombres! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona. En el centro de la fe bíblica está el amor de Dios, que alcanza su cúspide en la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo, que hace preciosa y única la vida del hombre, Cristo Vivo (cfr. Lumen Fidei 54).

      ¿Pero qué hacer?

      ¿Qué hemos hecho en la transmisión de la fe? Hemos hecho todo lo posible por correr y espantar a la gente y a los jóvenes de la Iglesia. Nuestros templos están vacíos o en el mejor de los casos, todavía están firmes las viejecitas del pueblo que van a misa. ¿Qué hemos hecho? Hemos hecho todo lo posible para perder a nuestros hermanos en la fe. Este problema viene de generaciones muy anteriores a nosotros. No es fácil transmitir una fe viva, pero al mismo tiempo, gracias a Dios, hubo grandes santos que lo dieron todo por vivir la fe y transmitirla. Hoy la Iglesia está cimentada sobre la vida de tantos santos que dinamizaron la vida de fe de Ella.

      Las formas tradicionales de transmisión de la fe para la realidad de nuestro mundo actual, no alcanza. Si queremos convencer con el catecismo de las 98 preguntas, hoy no alcanza. ¡Debemos realizar el esfuerzo de acercar la fe a la nueva cultura, tener la sabiduría suficiente para abrir espacios de creatividad y encontrar expresiones de la vida cristiana que sean atractivas y fieles al Evangelio y estén en sintonía para ser comunicadas astuta y eficazmente a quienes viven en este siglo! Las personas no se pueden perder lo hermoso de Jesucristo porque nosotros no podemos ni sabemos cómo transmitírselo. ¡A los jóvenes, a las nuevas generaciones tenemos que transmitirles el mensaje de Cristo, de forma atractiva! “¡Cuántos de nosotros nos hemos perdido años de nuestra vida sin conocer a Jesucristo!”

      Queridos hermanos, todos somos invitados a reconocer que estamos siendo los protagonistas de un combate, de una lucha espiritual del cristiano de este siglo, porque todo corazón de hombre es un campo de batalla. El corazón del ser humano, para la Biblia, viene a ser el centro de operaciones, es sede de la inteligencia y de la voluntad. Entonces, ¡también el corazón de la familia, el seno de la familia es un campo de batalla permanente!

      Somos fruto de padres y madres de la modernidad (y todo lo que esto implica) y somos padres y madres de la Post-Modernidad, testigos de la falta de educación de las conciencias propias y de las conciencias de nuestros hijos y de las próximas generaciones.

      San Pablo afirma que la lucha de la fe, es la que nace de ella, de la relación vital con Cristo, aceptada desde nuestro bautismo y que tiene lugar en la fe, es decir, en la certeza de la victoria ya conseguida por Cristo mismo, y que también nosotros conseguiremos si permanecemos unidos a Cristo, esto debemos desear todos, esto deben desear los hijos y nietos, nuestros de hogares nuevos, las futuras generaciones.

      Esta lucha espiritual consiste en defender la salud espiritual de las familias, de los hijos y de las próximas generaciones. La lucha espiritual de la familia de hoy, la vida espiritual de la familia se desarrolla y se cultiva por personas reales y concretísimas, que protegen cuando ven amenazada la integridad de su familia. Un papá, una mamá, un abuelo y una abuela son las personas reales, son como el Buen Pastor que protegen la vida espiritual y la integridad de sus familias. Los Padres y Abuelos son el buen pastor que defiende su rebaño de las garras de los lobos que habitan este mundo. Tal vez, esta es una época en que mamá y papá, los abuelos, tienen que defender con uñas y dientes a las ovejas de nuestro redil, la felicidad integridad de las familias, de los hijos.

      Lucha y combate que debemos ganar, porque las ovejitas del redil de ustedes se lo agradecerán eternamente, porque todavía a ellos les queda toda una vida por recorrer, de pruebas y peligros que ustedes ya conocen, pero hoy todavía los tienen a ustedes, y se sienten como ovejas con un Pastor con rostro concreto: el tuyo, el nuestro.

      Conclusión.

      Frente a los ataques y cuestionamientos a la Iglesia católica sobre los valores y principios que ella abraza, los hogares nuevos debemos hacernos custodios y abogados de “principios no negociables”. No negociemos con las propuestas de nuestros políticos, con los proyectos de nuestros diputados y senadores, con los ataques de la cultura de la muerte. Los hogares nuevos debemos hacernos custodios y abogados de “principios no negociables”, traducidos en derechos fundamentados “sobre la ley natural inscrita en el corazón del hombre, presente en las diversas culturas y civilizaciones”, que son tan necesarios para una auténtica convivencia humana.

      Benedicto XVI proponía, en su discurso a la Asamblea de las Naciones Unidas, en ocasión del 60º aniversario de la Declaración universal de los derechos del hombre, poner siempre a la persona humana en el centro de las instituciones, leyes y de la sociedad, respetando y promoviendo los derechos humanos, en su “universalidad, indivisibilidad e interdependencia” como “lenguaje común y sustrato ético de las relaciones internacionales”, así como “la estrategia más eficaz para eliminar las desigualdades entre países y grupos sociales”, incluso para combatir el terrorismo y aumentar la seguridad (cfr. Dr. Guzmán Carriquiry Lecour, Subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos de la Santa Sede. Vaticano, 15 de Agosto de 2008).

      Naturalmente el hombre y la familia son importantes, sabemos que para Dios lo es. Estamos aquí convocados porque la familia es importante, dado que genera un futuro sano y prometedor.

      La espiritualidad del Movimiento Hogares Nuevos es una fuente de luz creativa, que reorienta las metas del matrimonio y la familia. La espiritualidad de este Movimiento nos ofrece recorridos seguros para derrumbar las tristes situaciones que viven las familias de nuestra sociedad.

      La espiritualidad de Hogares Nuevos nos enseña a reflexionar a diario sobre el ser y el hacer de la familia, es decir la misión de la familia, de cada familia en construir un mundo más esperanzado, más humano. Para esto, tenemos que generar que cada familia, vibre buscando vivir su vocación y misión en este mundo, como comunidad de vida y amor que busca ser una familia salvada y salvadora.

      Les comparto un breve trozo de la Carta a Diogneto (una Obra de la apologética cristiana escrita en el siglo II, es un breve tratado dirigido a Diogneto, quien era pagano pero que defiende la fe de los primeros cristianos. Una pieza singular de nuestra literatura cristiana, y muy particular la postura de este hombre pagano que reconocía y estaba conmovido por el accionar de los cristianos en el mundo: “Lo que es el alma en el cuerpo, esto son los cristianos en el mundo” (VI.1, Funk 322).

      El Evangelio de la Familia ha de resonar en el mundo como aquellas comunidades de los primeros cristianos y debe suscitar en nosotros “aquel asombro originario que, en la mañana de la creación, movió a Adán a exclamar ante Eva: ‘Es hueso de mis huesos y carne de mi carne’ (Gén 2,23)” (Grat. Sane 19). Es la realidad del matrimonio, patrimonio de la humanidad, que el Señor elevó a la altísima dignidad de sacramento, en la abundancia de su amor, se hace presente Cristo mismo, en el amor de los esposos.

      Construyamos familias conscientes del papel social y político que como familia debemos desarrollar. Una familia consciente de su función en el mundo es una familia que constituye un bien para la humanidad, una familia que está llamada a ser corazón de la civilización del amor (Primer Enc. Mundial con las familias, en Roma, 1994).

      Repetir con fuerza: Cada uno de nosotros a través de la experiencia conversional, de nuestro encuentro con Cristo, donde abrazamos al Cristo Vivo, más la perseverancia en Hogares Nuevos, poco a poco y dia a dia, vamos alimentando el espíritu, elevando nuestro espíritu, porque СКАЧАТЬ