Название: Abriendo la caja negra
Автор: Leonardo Palacios Sánchez
Издательство: Bookwire
Жанр: Медицина
Серия: Medicina
isbn: 9789587845693
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Los capítulos mencionados se complementan con dos apéndices: uno sobre los premios Nobel que han recibido investigadores en esta disciplina que, como fue indicado previamente, para la fecha de publicación de esta obra han sido 17; y otro sobre etimología y neurociencia.
La selección de los temas y de los nombres de las grandes figuras que han hecho aportes a la neurociencia y que conforman el contenido de esta obra proviene de la relevancia de cada uno de ellos en el desarrollo de dicha disciplina, del interés que tiene el autor por el tema desde hace más de 30 años y por el conocimiento y preguntas que durante este tiempo se han ido formando en él como parte de la línea de investigación en humanidades y neurociencia que fundó y dirige en el Grupo de Neurociencia de la Universidad del Rosario.
Referencias
1. UNSW S. What is neuroscience? 2012. [citado 2019 jun 17]. Disponible en: https://medicalsciences.med.unsw.edu.au/students/undergraduate/neuroscience/Introduction/what-neuroscience
2. Vargas A, López M, Lillo C, Vargas MJ. El papiro de Edwin Smith y su trascendencia médica y odontológica. Revista Médica de Chile. 2012;140:1357-62.
3. Kamp MA, Tahsmin-Oglou Y, Steiger HJ, Hanggi D. Traumatic brain injuries in the Ancient Egypt: insights from the Edwin Smith papyrus. J Neurol Surg A Cent Eur Neurosurg. 2012;73(4):230-7.
4. Stevens LA. Explorers of the brain. Knopf; 1971.
5. Grant G. The Nobel Prizes in the field of neuroscience. From Camillo Golgi and Ramón y Cajal to John O’keefe and May-Britt Moser and Edvard I Moser. [citado 2019 jun 17]. Disponible en: http://www.nobelprizemedicine.org/selecting-laureates/history/the-nobel-prizes-in-the-field-of-neuroscience/
PRIMERA PARTE HISTORIAS RELACIONADAS CON NEUROCIENCIA BÁSICA
El cerebro a través de los siglos
El cerebro es un magnífico órgano que nos hace ‘ser lo que somos’. Es la estructura más compleja y fascinante del cuerpo humano, el responsable de nuestros pensamientos, memoria, producción y comprensión del lenguaje, el motor de las emociones, las fantasías, los sentimientos y el arquitecto de nuestros sueños, entre otras cosas. Se encuentra ubicado dentro del cráneo, y forma parte del encéfalo, que está constituido por este órgano, el cerebelo y el tronco o tallo cerebral (ver figuras 1.1 y 1.2).
Su historia es fascinante. En ella han participado filósofos, autoridades religiosas, médicos, físicos, químicos, matemáticos y psicólogos, junto con profesionales de las más diversas disciplinas, por lo que existe un acervo extenso y absolutamente magnífico sobre este órgano. Como fue anotado previamente, investigadores dedicados a su estudio han recibido el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 17 oportunidades (1, 2).
Este capítulo presenta los principales hitos y descubrimientos desde que este órgano fue mencionado por primera vez en la historia de la humanidad (3, 4) hasta la era contemporánea.
Figura 1.1. Cara lateral del encéfalo
Fuente: Adaptado de Patrick J. Lynch y C. Carl Jaffe. Wikimedia: http://agrega.juntadeandalucia.es/repositorio/13102016/cc/es-an_2016101312_9125124/11_segn_su_localizacin.html
Figura 1.2. Cara medial del encéfalo
Fuente: Adaptado de Patrick J. Lynch y C. Carl Jaffe. Wikimedia: http://agrega.juntadeandalucia.es/repositorio/13102016/cc/es-an_2016101312_9125124/11_segn_su_localizacin.html
Corazón o cerebro, ¿dónde radica nuestro ser?
Si en este momento nos preguntasen a cualquiera de nosotros ¿cuál es la estructura del cuerpo donde radican funciones como el pensamiento, la capacidad de razonar, memorizar o comunicarnos?, es evidente que todos contestaríamos que en el cerebro. Sin embargo, esto no fue tan obvio en el pasado. Durante más de quince siglos prevaleció la denominada ‘teoría cardiocéntrica’, que atribuía al corazón esas funciones. Los primeros datos sobre lo anterior provienen del Antiguo Egipto, civilización famosa por la forma como desarrollaron el proceso de momificación, y en el cual no tenían en cuenta el cerebro del difunto para que quedase conservado para la eternidad (5, 6). Se sabe que, durante el proceso de momificación, el encéfalo era extraído de la cabeza del cadáver por la nariz, o por las órbitas, gracias a un instrumento metálico curvo (6), e identificaron algunas de sus características anatómicas, mas no sus funciones, y lo consideraron como un órgano encargado de reducir la temperatura de la sangre (3, 4).
Uno de los más asiduos defensores de esta propuesta fue ni más ni menos que Aristóteles (384-322 a. e. c.), quien consideraba al corazón “la acrópolis del cuerpo”. Previamente, otras grandes civilizaciones como los árabes, los egipcios, los mesopotámicos y los hebreos habían tenido consideraciones similares (7-9). De acuerdo con esta teoría, el cerebro, un órgano grisáceo, frío, con muy poca sangre en su interior, blando y totalmente inmóvil, no podía ser el responsable de las funciones vitales y fundamentales de los humanos. Se le consideraba como un refrigerador de la sangre, bombeada por el corazón (7, 10). Este último, en cambio, era un órgano ubicado en una posición central en nuestro cuerpo, caliente, dotado de movilidad, ni más ni menos que el latido cardíaco, que presenta modificaciones СКАЧАТЬ