Del lamento a la revelación. John Harold Caicedo
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Название: Del lamento a la revelación

Автор: John Harold Caicedo

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

Серия:

isbn: 9781953540393

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      ¡Yo soy la respuesta para cada pregunta!

      Solo Jesús es la respuesta que necesitamos, solo Él es quien puede llevarnos de muerte a vida.

      Solo Él puede llevarnos por el camino de salvación. Solo Él puede darnos vida eterna.

      ¿Has encontrado la respuesta? ¿Ahora sí sabes quién es Aquel que encarna toda verdad?

      Él es el camino, la verdad y la vida y nadie va de regreso a la casa del Padre, si no es a través de Él.

      Estábamos completamente perdidos; es más, la Biblia nos dice que estábamos muertos, pero Jesús nos halló, nos tomó de su mano y nos llevó de nuevo al camino que se había perdido desde la caída.

      ¡Sí hay un camino, y ese camino se llama Jesucristo!

      Tú no te puedes encontrar a ti mismo, tú no te puedes salvar a ti mismo, tú no puedes hallar el camino, a no ser que el mismo camino te encuentre a ti.

      Y yo que pensé que teníamos que buscar ese camino, sin saber que fue el camino el que me encontró a mí.

      Jesús es la respuesta a cada pregunta que la humanidad ha tenido desde la caída.

      ¡Sí, la humanidad tiene ahora una respuesta!

      El Señor dijo: Yo soy el camino. El único camino. Nadie viene al Padre si no es por mí.

      Hay muchos caminos diferentes. Unos cómodos y otros no muy cómodos, pero el único camino verdadero es Jesucristo.

      Hay una sola voz que viene del cielo. Ningún fundador de otra religión se sentará en el Trono de Dios para juzgar. Solamente Jesucristo está sentado a la diestra de Dios Padre y desde allí se escucha su voz.

      Hay agua viva que calma tu sed para siempre, hay pan de vida que sacia tu hambre para siempre, hay siempre algo del cielo que cambia tu vida, no vivas solo en lo pasajero, aprende desde ahora a meterte en la eternidad del Único y verdadero Dios.

      Sí, este es el evangelio, estas son las buenas nuevas que transforman el alma humana. La iglesia proclama estas verdades. Para eso estamos aquí, para ser transformados por ese poder.

      “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4.12).

      Solo el evangelio de Cristo es poder de Dios para salvación.

      Ese es el evangelio, esa es la buena noticia de Dios para su pueblo, que puedan ser abiertos sus ojos para que vean a Cristo, que encuentren perdón de pecados en Cristo, y vida totalmente nueva en Él. Que puedan ver claramente la obra de Dios en sus vidas, que sepan cuán terrible es el pecado, y experimenten en sus propias vidas cuán grande es el amor de Dios, que los trae al arrepentimiento y les otorga perdón en Cristo.

      Ahora sí tenemos una respuesta. No la tiene el gobierno, no la tiene la sociedad, no la busques en la tienda de la esquina, no la busques en tu matrimonio, en tus amigos o en cualquier otro lugar.

      Hay una sola respuesta: Se llama Jesucristo.

      Y su iglesia no es la víctima en este mundo. Su iglesia es la representante del Dios encarnado.

      “¿En dónde encontramos paz en medio de una pandemia? Solamente en Jesús. La cuestión para todos nosotros es esta: ¿vamos a confiar en Él?

      Ningún decreto humano podrá impedir que la tierra se llene de la gloria de Dios.

      Para eso fuimos escogidos.

      Una respuesta para tiempos de crisis

      “No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

      Con seguridad que si hace solo un tiempo atrás te hubieran dicho que en el 2020 estaríamos pasando una crisis mundial, con personas encerradas en sus casas, con muertos que se cuentan por miles y los transportan en camiones, con virus extendiéndose por toda la tierra, con una crisis impresionante a nivel económico, con ciudades cerradas, aeropuertos cerrados, hoteles cerrados, negocios cerrados, restaurantes cerrados, discotecas, casinos, empresas, etc., con un gran temor en todos los países del mundo. Con seguridad si te hubieran dicho algo así, no lo hubieras creído.

      Pensarías que esta versión apocalíptica sería solo para un futuro incierto, pero no en momentos en los que todo parece bien, en los que la gente vive a sus anchas, viajando por todas partes, haciendo derroche de dinero, con casinos llenos, bares y discotecas a reventar, con estilos de vida en los que cada cual decide cómo quiere vivir, con personas pensando solo en cuál será mi siguiente auto, en cual será mi siguiente vestido, mi siguiente televisor, computador, teléfono celular, en tiempos en que la tecnología parece absorber a todo el mundo y la gente solo vive para darse gusto completamente. En momentos así, quién pensaría en algo como lo que estamos viviendo.

      ¿Quién hubiera imaginado que algo así venía sobre la tierra?

      Ya no estamos hablando de un problema de la China, o del Asia nada más. A diario están muriendo personas en nuestros vecindarios, las cifras suben y suben y los hospitales ya no pueden recibir más personas.

      La humanidad del siglo XXI no se había enfrentado a una situación como la que hoy en día llena las páginas de los periódicos, los noticieros, la radio, la Internet y cualquier medio de comunicación. La palabra coronavirus está en boca de todo el mundo y las personas acuden todo el tiempo a mirar las estadísticas terribles de cuantos contagios y muertes en el mundo se van dando por causa de esta terrible pandemia. A pesar de eso aún hay muchos que todavía no han entendido lo que está pasando.

      Muchas ciudades en el mundo están ahora completamente cerradas.

      Esa es la realidad en nuestro mundo hoy en el 2021.

      Y yo me hago esta pregunta: ¿Cuál es la realidad en el cielo?

      ¿Estarán desesperados buscando la vacuna?

      ¿Se estará tomando la cabeza el Señor diciendo: y ahora que hacemos?

      No. De ninguna manera. Dios está en control y Él sabe por qué suceden este tipo de cosas.

      Y si no creemos eso, déjenme les recuerdo algunos pasajes bíblicos que nos muestran esa realidad.

      Escuchen lo que dijo Nuestro Señor Jesucristo en Lucas 17: 26 en adelante:

      Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.

      La generación de Noé no estaba preparada para lo que venía, pero llegó el diluvio.

      La generación de Lot y Abraham no estaba preparada para lo que venía, pero Dios destruyó СКАЧАТЬ