СКАЧАТЬ
a partir de 1920, se convirtió en la pieza más representada en los Balcanes y traspasó sus fronteras a Europa. Obras posteriores de Kočić tratarán de nuevo el tema universal de la lucha de los débiles contra los fuertes. Entre 1960 y 1980, Kočić volvió a estar de moda y sus obras estuvieron en cartelera en toda Yugoslavia: Sudanija, S platine i isprod planine, Krajiška legenda.
Isak Samokovlija (1889-1955) fue un intelectual brillante que escribió sus primeros poemas siendo muy joven.
Después de muchas aventuras, incluida la guerra en el frente ruso donde se hace médico, vuelve a Bosnia y ejerce su nueva profesión. Al mismo tiempo, publica sus poemas en varias revistas literarias. La crítica destaca su lirismo y su calidad rítmica y musical, su lengua rica y equilibrada. Estamos en la década de 1920. Se pasa a a la novela corta con obras como El judío que no hacía la oración del sábado, que merece los elogios del mismísimo Ivo Andrić. Se convierte en vicepresidente del Grupo de Escritores de Sarajevo, y escribe la obra de teatro Hanka en 1931; es un genio todoterreno. Después de la Segunda Guerra Mundial, donde fue obligado a trabajar como médico para los ustachas, retoma la escritura de novelas cortas. En 1954, se publican íntegras sus novelas cortas, Hanka Pripovijetke y Kinga Druga. que se traducirían a varias lenguas.
Ivo Andrić (1892-1975). Es el más conocido de los escritores bosnios. Nace y crece en Travnik y Višegrad, cuyo puente hizo famoso. Estudia en Zagreb y después en Viena. En 1914 es encarcelado por ser miembro de las juventudes revolucionarias; después, en 1918, se convierte en editor y, en 1920, abraza la carrera diplomática y es vicecónsul en varias capitales europeas e, incluso, enviado especial y plenipotenciario en Berlín de 1939 a 1941; luego huye de Alemania y pasa el resto de la guerra en Belgrado. Comienza entonces a trabajar intensamente en la escritura. Sus obras más famosas son: Crónica de Travnik, y La señorita, y Un puente sobre el Drina, por la que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1961. Siempre truculentas, sus novelas nos sumergen en la vida de las comunidades de Bosnia. Los retratos familiares están teñidos de humor y verdades históricas; son frescos extraordinarios. Extracto: «Porque este país pobre y atrasado en el que viven cuatro religiones diferentes necesitaría cuatro veces más amor, comprensión mutua y tolerancia que los demás países». Esta admiración hacia el pueblo bosnio que, a pesar de todas sus diferencias ha conseguido convivir, es el motor de su obra. Un puente sobre el Drina, que relata la vida de las diferentes comunidades bajo los otomanos, es un tema querido para Andrić y su obra maestra: «El puente dibujaba su silueta, como condenado, pero intacto y entero, entre dos mundos en guerra».
Los puentes, como un eslabón entre las personas, le fascinan especialmente. Escribe: «Todo puede suceder, salvo una cosa: los grandes hombres, que son al mismo tiempo personas de espíritu, no pueden desaparecer para siempre de la faz de la tierra porque han construido obras de arte duraderas para que la tierra sea más bella y la vida de los hombres más dulce. Si el rastro de estos constructores se perdiera, sería como si el amor divino se apagara y dejara también nuestro mundo. Algo así no puede ocurrir».
La señorita, aparecida en 1954, rompe con el tema de la Bosnia histórica para describir a una mujer consumida por la pasión por el dinero.
Meša Selimović (1910-1982). Prolífico escritor y profesor nacido en Tuzla, se une a los partisanos durante la Segunda Guerra Mundial; después se convierte en periodista y publica su primer relato, El poema en la naranja en 1946, al que pronto seguirán muchos otros. Su vida intelectual es intensa: editor jefe de revistas, presidente de la Asociación de Escritores de Bosnia, director de varias editoriales y del Teatro Nacional de Sarajevo. En 1961 sale su primera novela, Los silencios, seguida en 1966 de su obra maestra, El derviche y la muerte. Selimović tiene una prosa muy exigente y busca el discernimiento interno que intenta aplicar a las historias bosnias que están en el corazón de sus libros. Como él mismo dice: «Bosnia está en mí como mis venas».
Dos de sus novelas más traducidas son: El derviche y la muerte y La fortaleza.
Branko Poliopić (1915-1984) es poeta y columnista. Es uno de los escritores que ha conseguido hacer accesibles sus escritos a lectores de todas las edades y de todas las condiciones. De una apertura de espíritu excepcional, estaba convencido de que en el alma de las personas mayores se conservaba una parte de la infancia y que los jóvenes tenían una madurez subestimada habitualmente. Su estilo es muy realista en sus primeras novelas cortas sobre la Segunda Guerra Mundial: Pod Grmečom (1938), Borci i bjegunci (1939) y Planinci (1949). Trata de forma original las arquetipos de los relatos. Los monstruos y dragones también pueden hacerse pequeños, sufrir de soledad en una sociedad muy cruel con ellos, tener sueños y desarrollar su imaginación. Incluso los ogros, en sus relatos, no tienen la fuerza ni las características mágicas que se les atribuyen habitualmente. Comprometido con la vida social y política de su tiempo, apoya la causa de los «partisanos», soldados revolucionarios de origen campesino. En algunos de sus historias crea personajes heroicos que defienden las posiciones de los partisanoss, como el de Nicoletina Bursaça. Escribe poemas inspirados en la revolución que implican a figuras emblemáticas de la lucha contra el poder. La combinación entre realismo y humor se realiza con júbilo y lirismo en su novela Bašta sljezove boje (El jardín color malva). Prolom (El avance, 1952) es un valioso testimonio literario sobre la revuelta de los campesinos de Krajina y su estructuración en un verdadero ejército. En Gluvi Barut (La pólvora silenciosa, 1957) encontramos personajes en conflicto y la descripción de su comportamiento en situaciones extremas; Ćopić nos invita a compartir la gran paradoja de cualquier acción bélica, noble y cruel a la vez, magnífica e inadmisible. En Ne tuguj bronzana stražo (No te aflijas guardia de bronce, 1958), describe una amplia variedad de estados, desde el disfrute a la mayor tristeza, pasando por el ridículo o la ira. Ha sido un gran poeta, inspirado tanto por la infancia como por un profundo misticismo. Frescura y realismo se mezclan en sus libros al evocar conflictos universales entre los seres humanos, a veces malos, a veces generosos, a veces estúpidos, a menudo cerca de la infancia.
Mak Dizdar (1917-1971). Nacido en Stolac, es uno de los poetas más importantes de Bosnia y Herzegovina. Poco conocido fuera de su país, ocupa un lugar importante en el imaginario colectivo bosnio. Mehmedalija «Mak» Dizdar se comprometió así con los partidarios de Tito contra los nazis y los ustachas croatas. Después de la Segunda Guerra Mundial, luchará más pacíficamente contra la influencia serbia en la lengua bosnia. Comienza a publicar en 1936 y sus colecciones principales son Povratak (1954), Okrutnosti Kruga (1958), Ostrva (1966) y Kameni Spavač (1968). La forma de sus versos se afirma y le confiere un estilo impregnado de ingenuidad detrás del cual se esconde una inmensa cultura. Desarrolla un sutil pensamiento islámico-cristiano inspirado en las necrópolis bogomilas de su ciudad natal y en la cultura medieval y de la antigua lengua bosnia, el bosančica. Sus versos reflejan así la naturalidad de la lengua popular en la que se hunden sus raíces. También habla de estados internos que van desde la frialdad a la agitación, a imagen de los acontecimientos que caracterizan la época.
Medios de comunicación locales
Periódicos
A imagen del país, hay una prensa de la Federación y una de la RS. No hay muchas publicaciones, ya que el país apenas cuenta con cuatro millones de habitantes. Las más emblemáticos son: