Название: Escritos desobedientes
Автор: Colectivo Historias desobedientes
Издательство: Bookwire
Жанр: Философия
Серия: Historia Urgente
isbn: 9789873783906
isbn:
El libro se presenta como un collage de imágenes, relatos, posicionamientos, reclamos, voces urgidas por el decir. Una colección de escenas y fragmentos elegidos para componer una trama más amplia: la que habilitó el trayecto entre lo individual y lo grupal para crear este espacio común. En primer lugar, se encuentran las “historias de vida”, un conjunto de relatos personales que fueron publicados en libros, redes sociales o medios periodísticos, como los primeros escritos desobedientes del Facebook de Analía Kalinec, algunas entradas del blog Hija de milico de Lorna Milena, las crónicas de María Laura Delgadillo, una selección de la novela La mujer sin fondo de Stella Duacastella, el monólogo teatral de Nicolás Ruarte en Habitus. Ensayo sobre algunas lógicas humanas y otros demonios capitalistas. Otros fueron expuestos de forma oral en instancias públicas, como la presentación de Bibiana Reibaldi en el X Seminario Internacional de Políticas de Memoria del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti o el discurso que Pepe Rovano escribió para la inauguración del memorial en Las Coimas, en Chile. O bien, guardados y revisados por lxs autorxs para este libro, como el artículo inédito de Liliana Furió y algunos fragmentos de la novela de Christian Baigorria, aún no publicada. Otros fueron escritos especialmente para este volumen, como el relato de Bruno, un niño de diez años que cuenta su primera marcha bajo la bandera de Historias Desobedientes con su madre, Analía Kalinec; las escenas narradas por Lizy Raggio, ER, Oscarina H., Néstor Rojo y Topo Bejarano; el poema de Lydia Lukaszewicz.
En segundo lugar, se encuentran los “relatos desobedientes”, aquellos que componen la segunda parte y que fueron compilados a partir de las publicaciones hechas durante este año de gestación y auto-alumbramiento. Escenas de indagación y reclamos, de exposición y de aprendizaje, atravesadas por una figura que marcó rotundamente las manifestaciones del colectivo: la desaparición forzada y muerte de Santiago Maldonado, cuando acompañaba la lucha de la comunidad mapuche Pu Lof en Cushamen, el 1° agosto de 2017 por la brutal represión de Gendarmería Nacional.
Esta aparente dualidad entre las dos partes en las que se organiza el libro no es más que una situación cotidiana: lo personal es político, ya lo sabemos. Pero, además, lo político es el gesto que hace de cada una de las “historias de vida” un movimiento de resignificación personal, que contribuye, claro está, al entramado colectivo de este grupo. Son estos relatos las experiencias vitales de quienes vivieron –viven y vivirán– con las imágenes insistentes: son escenas de hijas, de
hijos, pero también de nietas y nietos (por fuera
de este volumen hay otras zonas, las de lxs hermanxs, lxs sobrinxs, las de “hijastrxs”, como en mi caso particular). Son historias cotidianas de la presencia del horror en el seno familiar y la dificultad de expresar, aun hablando y escribiendo, los sutiles y perversos vínculos entre lo que Pilar Calveiro ha analizado como el “poder concentracionario”1 y la trama de la “primera institución social”: la familia como núcleo de silenciamiento, sumisión y violencia patriarcal.
Estos escritos señalan la dimensión privada y humana de quienes perpetraron los crímenes más atroces en nuestra historia social. Aquella “banalidad del mal” a la que se refería Hannah Arendt en su análisis del nazismo2 queda expuesta en estos textos que desafían simultáneamente dos aristas perturbadoras: ni los genocidas fueron monstruos, ni lxs hijxs deben mantener los lazos filiatorios como vínculos incuestionables. Estas dos improntas son las que se exponen en este libro. Señalan, a la vez, que el genocidio llevado a cabo en la última dictadura cívico-eclesiástica-militar no fue una situación excepcional, sino parte de la misma conformación de la violencia del Estado Nacional que necesita de un otro al que culpar.
Los escritos desobedientes son imágenes desubicadas, que señalan desde diversos puntos geográficos las cartografías del poder: desde Chile escribe Pepe Rovano; desde un París que recuerda al Chile anterior al exilio, compone el preciso epílogo Verónica Estay Stange; desde Buenos Aires, el lugar de encuentro, Analía Kalinec, Bibiana Reibaldi, Christian Baigorria, Nicolás Ruarte, Bruno, Lorna Milena, Stella Duacastella, Lizy Raggio; entre Alemania y Buenos Aires, escribe Liliana Furió; desde La Plata, María Laura Delgadillo; de Mar del Plata, Lydia Lukaszewicz; desde Azul, Néstor Rojo;
de Tucumán, Topo Bejarano. Hay otros lugares, otrxs desobedientes y otras imágenes, por supuesto.
En este volumen no escribieron todos los que participan de Historias Desobedientes, que se extiende también hacia varias provincias de Argentina y diversos países donde se han radicado tiempo atrás. Asimismo, hay quienes decidieron usar seudónimos para sus textos. Creemos, y es una de las líneas sobre las que este libro pretende reflexionar, que no es necesaria la firma autoral para dar cuenta de las experiencias relatadas, porque no hay nada de excepcional en ellas, en los dos sentidos de la palabra. Los textos no pretenden ser relatos ejemplares (aunque, sí, marcan la posibilidad de la verdad para quienes puedan leerlos e identificarse en las imágenes evocadas); al contrario, apuntan a la cotidianidad: todxs pueden o podrían ser hijxs o familiarxs de genocidas en este país. Las acciones atroces de estos padres también fueron ejecutadas por muchos más, y otros tantos podrían llegar a estar en este infausto lugar. Sabemos que el testimonio se pliega en el tiempo de lo actual, pero que va hacia el futuro. En esta doble temporalidad se compone la alerta de estos escritos. Es en este momento en el que surge este colectivo y este libro, y es en este momento en el que creemos que es urgente esta intervención.
Quedan otras historias que no han sido puestas en papel aún. Otras historias que existen en diversos espacios, de trabajo, de militancias, del arte. Este volumen recupera algunas y convoca a que haya más en la esfera de lo público, que es el terreno donde la palabra le disputa el control al poder basado en la mentira y el ocultamiento. De aquella escena fundante de la democracia en la que el mensajero devela la verdad frente al proscenio de Edipo rey, la imagen persiste. En este sentido radica el gesto político de Historias Desobedientes, la necesidad de tejer redes colectivas que no sean la espera, sino la acción.
El matiz comunitario se lee en cada uno de los textos individuales, así como la peculiaridad de cada historia es convocada en el nombre: historias en plural que no hacen una historia, sino lo múltiple basado en la diversidad de trayectos y palabras de vida. Las decisiones editoriales fueron conversadas y discutidas en diversas reuniones de trabajo: el título, la ausencia de presentaciones filiatorias en los textos, la determinación del uso inclusivo de la lengua en los textos escritos especialmente para el libro, entre otras.
Como ha explorado Walter Benjamin en Infancia en Berlín, el trabajo de la voluntad de la memoria se plantea como una acción decidida que afecta no solo al sujeto que busca –inmerso en las ruinas que permanecen en el presente–, sino también el modo y el contexto en que se realiza la exploración.3 La memoria, dice Benjamin, no es “un instrumento para explorar el pasado, sino su escenario”. Pasado y presente se superponen en la rememoración y afloran en imágenes que hay que leer: “para realizar excavaciones con éxito se necesita, por cierto, un plan”. Esto es: la apuesta a lo común, lo comunitario y la acción (que es, también, la palabra). Si, como ha trabajado Hannah Arendt, “la política nace en el entre-los-hombres, por lo tanto, completamente fuera del hombre; la política surge en el entre y se establece como relación”,4 es en esta comunidad de afectos y multiplicidades donde el gesto político cobra sentidos a partir de lo que une y distingue. Es, nada más y nada menos, que constituirse en lo político como primer gesto de libertad.
En el arco de las geografías dispersas en las que surgieron estos escritos, se tejen, a la vez, las zonas de la
represión sistemática y las diversas formas en que funcionó el plan genocida. Las presentaciones que decidimos no incluir hubieran mostrado las distintas esferas de responsabilidades en el plan sistemático de represión y robo de niñxs e identidades. Padres, abuelos y familiares: personal de las fuerzas armadas –altos generales al mando, intermedios y rasos–, de gendarmería, de la policía, personal СКАЧАТЬ