Название: Su alma gemela - Mi novio y otros enemigos
Автор: Nikki Logan
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Omnibus Jazmin
isbn: 9788413489414
isbn:
–¿No habría bastado una llamada telefónica?
–Te dejé tres mensajes.
–Sí, yo… –¿qué podía decir que no sonara patético? Nada–. He empezado por los primeros y aún no he llegado a los últimos.
Él gruñó.
–Me imaginé que el enfoque personal daría mejores resultados.
–¿Qué puedo hacer por ti? –inquirió ella. La paciencia no era una de sus virtudes.
La miró de reojo.
–En todo caso, ¿cómo estás?
Qué pregunta. Rechazada. Humillada. En boca de ocho millones de desconocidos.
–Bien. Nunca he estado mejor.
–Ese es el espíritu –Zander sonrió.
Georgia se detuvo. No había salido al bosque para mantener una charla superficial con un extraño.
–Lamento ser tan directa, pero… ¿qué quieres?
También él se detuvo y la observó con los ojos entrecerrados.
–De acuerdo, vayamos al grano… –reanudó la marcha–. He venido en visita oficial. Hay un contrato que discutir.
Lo sabía.
–Él dijo que no. Eso hace que resulte bastante difícil cumplir el contrato, ¿no crees? Para los dos –odió lo descarnada que sonaba su voz.
–Lo entiendo…
–¿De verdad? ¿De cuántos modos diferentes oyes que tu vida personal es el tema de conversación cotidiano en los medios sociales, en la radio, en el autobús, en las cafeterías? No puedo escapar de ello.
–¿Has pensado en aprovecharlo en vez de evitarlo?
–No quiero aprovecharlo.
–No te molestaba cuando era para una boda con todos los gastos pagados.
Eso era lo que pensaba él. En cierto sentido, prefería que la gente creyera que lo hacía por dinero. Al menos eso resultaba menos patético que la verdad.
–Has venido por tu parte del pastel… entendido. ¿Por qué no me dices qué es lo que queréis que haga? –sin darle un «sí» automático, eso le proporcionaría tiempo para pensar.
Unos ojos grises la miraron mientras se metía las manos en los bolsillos.
–Tengo una propuesta. Un modo de cumplir el contrato que será… beneficioso para ambos.
–¿Incluye una máquina del tiempo para que pueda volver atrás un mes y no firmar nunca ese estúpido contrato?
Y no ceder jamás a la presión de su madre. O a su propia y desesperada necesidad de seguridad.
–No. No cambia el pasado. Pero podría cambiar tu futuro.
–¿Qué? –lo miró con curiosidad.
Él se detuvo ante un banco tallado y aguardó a que ella se sentara. «Caballerosidad de la vieja escuela». Ni siquiera Dan la mostraba ya.
Se sentó.
–Los medios anhelan tu historia, Georgia. Tu… situación ha avivado algo en ellos.
–Te refieres a mi rechazo, ¿verdad?
–Estarán interesados en todo lo que hagas –Zander ladeó la cabeza–. Y si ellos están interesados, entonces Londres lo estará. Y en ese caso, mi cadena querrá explotar el contrato existente de la mejor manera posible.
¿Explotar? ¿No tenía ningún reparo en emplear esa palabra en voz alta? Intentó ocultar su sorpresa.
–Georgia, de acuerdo con los términos redactados, todavía pueden pedirte que vuelvas para someterte a entrevistas de seguimiento.
Sintió un nudo en el estómago.
–¿Para hablar de que no voy a casarme? ¿De cómo de pronto me encuentro sola, con la mitad de mis amigos decantándose por mi ex? –mientras la otra mitad mostraba la intensa determinación de no hablar de ello–. No se puede decir que sea un tema alegre para la radio.
Él movió la cabeza.
–Es lo que podrían pedirte. Pero yo tengo una idea mejor. De modo que el beneficio no sea unilateral.
Esperó en silencio su explicación. Principalmente porque no sabía qué decir.
–Si aceptas llevar a cabo lo estipulado para el año, EROS está dispuesta a reencauzar los fondos del compromiso, la boda y la luna de miel a un proyecto diferente, uno que a ti pueda gustarte.
–¿Qué clase de proyecto? –Georgia frunció el ceño.
–Nuestros oyentes han conectado contigo…
–Quieres decir que tus oyentes se compadecen de mí –era lo único que veía allí donde miraba.
–… y quieren ver cómo te recobras de esta decepción. Quieren seguirte en tu viaje.
Soslayó ese terrible pensamiento y lo miró con los ojos centelleantes.
–¿En serio? ¿Es que puedes ver en sus corazones?
–Dedicamos cuatro millones de libras al año a realizar análisis de mercado. Sabemos cuántos terrones de azúcar toman con el café. Créeme, quieren saberlo. Eres… como ellos… para ellos.
–¿Y cómo puede tener audiencia en la radio trabajar los fines de semana en el laboratorio? Porque es así como tenía planeado pasar el año. Perfil bajo y mucho trabajo.
–Te pido que inviertas eso. Un perfil alto y volver a la luz del sol. Muéstrales cómo te recuperas.
–¿Y si… no me recupero? –preguntó llevada por la sinceridad–. Entonces, ¿qué? –no supo si lo que vio en sus ojos era lástima.
–Planeamos mantenerte tan ocupada que no tendrás tiempo para la autoconmiseración.
«¿Autoconmiseración?». La invadió una oleada de cólera, pero no le dio salida, al menos de forma directa.
–¿Ocupada con qué? –preguntó con los dientes apretados?
–Un cambio de imagen. Ropa nueva. Acceso a los mejores clubes… Tú dilo, que nosotros lo arreglaremos. EROS se toma como algo personal conseguir que vuelvas a ponerte de pie. Una reinvención total. Abierta a conocer al Señor Perfecto.
Lo miró atónita.
–¿El Señor Perfecto?
–Es una oportunidad para reinventarte СКАЧАТЬ