Название: Mitología maya
Автор: Javier Tapia
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Colección Mythos
isbn: 9788418211133
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Por otra parte, la era proto-maya y los pueblos mayenses de la actualidad no ayudan mucho en la dilucidación de los misterios de sus cosmogonías, y mucho menos de la etimología de su lengua, sino que abundan en ellos.
Tampoco los tres periodos nos sacan de dudas, si bien es cierto que hasta el tercer periodo no aparecen la gran mayoría de las estelas, los dibujos, las pinturas y los textos sagrados que nos hablan sobre sus creencias, que también mezclan unas leyendas con otras, y a unos dioses con otros independientemente del periodo de su verdadera aparición en el panteón maya.
Los dioses del Popol Vuh, básicamente del inframundo, no corresponden con los dioses del Chilam Balam, y aunque los gemelos del Popol Vuh aparecen en muchas de las pinturas simbólicas de códices y pirámides, no se les da el rango de creadores de la humanidad, ni de dioses propiamente dicho, aunque sí como estrellas de las constelaciones sureñas, lo que sí les otorga cierta divinidad más allá de su heroicidad en el Popol Vuh.
De hecho, y como se señala al principio de este capítulo, parece que a los primeros mayas no les importaba mucho el origen del universo ni tampoco el de la humanidad, como veremos en el próximo capítulo, sino el lugar físico de dónde venían antes de ocupar las tierras del sur mexicano y la península yucateca, porque los mayas tenían un sentido de inmanencia, de haber existido siempre, solo que en otro lugar o lugares desaparecidos a causa de una terrible catástrofe natural.
II: La creación de la humanidad
Dime de qué materia
estás hecho,
y te diré
cuál es tu destino.
Con tres periodos de alta civilización y una etapa proto-maya de seis mil años de duración y doce mil años de antigüedad, la mitología maya también es diversa a la hora de hablar de la creación de la humanidad.
Las primeras leyendas apuntan a un origen terrestre más allá de las grandes aguas, un lugar increíble y poderoso que sucumbió ante las fuerzas de la naturaleza. Incluso los itzá, que no aparecen formalmente en la cultura maya hasta el siglo XIV de nuestra era, reclaman un mismo origen.
Otras leyendas nos hablan de la inmanencia o presencia eterna del pueblo maya en este mundo y en el universo:
«Los mayas siempre hemos sido, lo que pasa es que no siempre hemos estado en el mismo lugar, hemos ido y venido, pero siempre hemos estado en algún sitio.»
No faltan, por supuesto, las leyendas sobre la creación de la humanidad a cargo de los señores de los cielos, los señores divinos que tomaron al planeta y a la humanidad bajo su responsabilidad.
En un ejercicio casi bíblico, y despreciando cualquier cronología histórica o arqueológica, hay quienes apuntan la creación del pueblo maya, como etnia elegida por los dioses, en el 3314 antes de nuestra era, basándose en el I Kin o calendario maya, que incluso señala un ocho o un quince de agosto como día exacto de su creación y fundación.
No falta la interpolación maya-azteca, que en realidad sería maya-tolteca, con una versión maya de los cinco soles, ambas catastrofistas, la diferencia con los cinco soles de la cultura nahua vuelve a ser el calendario, ya que los nahuas, tenochcas y toltecas incluidos, se regían por ciclos de trece atados de años, es decir, que cada ciclo o cada sol correspondía a 676 años desde la salida de Aztlán hasta el final de los tiempos, iniciándose el quinto y último sol en el 1521 con la llegada de los españoles, e incluso en el 1324 con la fundación de Tenochtitlan, con el fin del mundo entre los años 2000 y 2001. También hubo quien cifró el fin del mundo nahua en agosto de 1985, alegando que los españoles habían falsificado las fechas de su llegada y de su conquista por cerca de doscientos años. Quizá sí hubo falsificación de fechas, porque ni hoy en día se pueden construir puertos y astilleros por medio Pacífico en cinco o seis años, ni erigir una ciudad como el México de la Nueva España en menos de catorce años, pero el fin del mundo no se dio a pesar de casi acertar el gran temblor de septiembre de 1985 que destruyó buena parte de la ciudad de México.
Para los mayas ese mismo quinto sol comenzaría en el 1335, con la llegada de sus parientes los itzá, y el fin del mundo sería —que no fue— en el 2012. En la península yucateca hay pocos temblores y soporta muy bien el paso de los huracanes, así que la hecatombe mundial debida a un gran terremoto y a la subsecuente inundación era poco probable, así que la hecatombe no podía corresponder al quinto sol nahua a menos que fuera forzada por la tercera guerra mundial o por la caída de un gran meteorito.
Media humanidad se decantó al mundo maya y sus leyendas, a su cultura y a sus vaticinios, y al sentido fatalista y catastrofista propio de los pueblos prehispánicos, para sufrir la cruel decepción que para diciembre del 2012 no pasó absolutamente nada y el mundo siguió girando con la humanidad sana y salva a cuestas.
La leyenda del fin del mundo para el 2012 ha sido sin duda uno de los mitos más populares de la mitología maya de todos los tiempos.
Cuando el fin del mundo, de la humanidad y del tiempo se echa encima, el origen de la humanidad pasa a segundo término, y tal parece que en la memoria colectiva del pueblo maya existe un enorme temor a la desaparición final, porque ya la han vivido en otro tiempo y en otro lugar.
Dentro del mundo maya, sin embargo, hay una leyenda muy popular que nos habla de cómo los señores de los cielos crearon la humanidad.
Las tres humanidades
El todo fue creado de la nada por la voluntad de los señores de los cielos, así, de pronto, como un chasquido de dedos de ahora no hay y ahora sí hay.
Los señores de los cielos recorrieron todo el firmamento y lo llenaron.
Por eso hay tantos señores de los cielos como estrellas en el firmamento, pero hasta nosotros, que aún no éramos, se acercaron unos cuantos.
Vieron que el terreno era bueno y crearon a las plantas y a los animales, pero ninguno de ellos les satisfizo.
Se reunieron en asamblea muchos señores de los cielos, y decidieron crear una criatura que los colmara de veras, que fuera industriosa y que tuviera mucha inteligencia.
Trajeron barro y lo moldearon, y le insuflaron vida.
Así nacieron los hombres de barro, con sus mujeres de barro y sus hijos de barro.
Crecieron y formaron sus pueblos de barro.
Las lluvias los desmoronaban, pero ellos volvían a moldear el barro del que estaban hechos para erigirlo todo de nuevo.
La sequedad los resquebrajaba y el viento los desbarataba, pero ellos se humedecían y volvían a estar hechos.
Nada sabían, ni querían saber, los hombres de barro de señores del cielo que los habían creado, porque ellos se sabían modelar a sí mismos y no necesitaban de señores del cielo que los ayudaran.
Los señores del cielo se sintieron decepcionados y mandaron una gran inundación para que lo destruyera todo y los hombres de barro no pudieran volver a moldearse, y así volvieron a quedarse solos.
Se juntaron de nuevo en asamblea, pero ya СКАЧАТЬ