Название: Aproximaciones a la filosofÃa polÃtica de la ciencia
Автор: ОтÑутÑтвует
Издательство: Bookwire
Жанр: Зарубежная прикладная и научно-популярная литература
isbn: 9786070252570
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La versión de Polanyi de este argumento apunta al problema de la ciencia y la democracia de una manera novedosa. Si la ciencia está sujeta al "control democrático", podría no prosperar. Sin embargo, la ciencia no es una anomalía en la democracia. Tiene un carácter similar al de otras comunidades a las cuales se les otorga la autonomía sobre la base de su tradicional carácter fuertemente autogestionado, tales como la iglesia y la abogacía. La democracia en sí, para Polanyi, es fuertemente tradicional. De tal suerte que la relación entre ciencia y democracia debería ser una de reconocimiento y respeto mutuo, de una comunidad a otra, así como de interés por parte de la democracia en los frutos de la ciencia, los cuales pueden ser mejor obtenidos otorgando la autonomía a la comunidad científica.
El punto de vista de la izquierda sobre la educación científica era que los trabajadores deberían ser formados para pensar científicamente. Entre los críticos de esta perspectiva está Bryant Conant, quien remarcó que la idea de que en cincuenta años de aplicación de una instrucción elemental en ciencia, produciría mejores ciudadanos, era un fracaso. Su objeción era contra la noción de que había un método universal de la ciencia y contra el "amplio uso de la palabra ciencia", lo que yo he estado llamando extensión. Descartó detalladamente la noción de la virtud especial del científico –tema también presente en la mertoniana socialización de las normas de la ciencia–, de manera que el interés no está puesto en el carácter individual, sino en los mecanismos de control social dentro de la institución de la ciencia. Conant pone esto de manera sucinta:
¿Sería demasiado decir que en las ciencias naturales de hoy el medio ambiente social dado ha hecho muy fácil, incluso para una persona emocionalmente inestable, el ser exacta e imparcial en su laboratorio? La tradición que hereda, sus instrumentos, el alto grado de especialización, la multitud de testigos que le rodean, por así decirlo (si publica sus resultados), todo esto ejerce presiones que hacen que la imparcialidad sobre lo sustancial de su ciencia sea casi automática. 28
Estos mecanismos, sin embargo, existen sólo para la propia ciencia, no para sus extensiones a la política, donde los científicos no tienen especial pretensión de objetividad.
Tanto Conant como Polanyi tenían un enfoque liberal de la ciencia en el siguiente sentido; pensaban que lo mejor era gobernar la ciencia indirectamente, facilitando la competencia entre científicos. Pero Conant, reconociendo las realidades de la "gran ciencia", pensaba que era necesario tener un conjunto de universidades de élite con recursos abundantes con el objetivo de hacer esa competencia significativa en el presente. Sería equívoco caracterizar esta confianza en los medios indirectos como un argumento en favor de dejar la comunidad científica en paz, y es de notar que el enfoque izquierdista de Bernal sobre la ciencia, aunque era conscientemente un intento de equilibrar libertad y eficiencia, involucraba un alcance incluso más amplio a favor de la autogestión. La perspectiva de Conant permitía la intervención cuando la competencia fallara, y Conant estaba ansioso por producir las condiciones para la competencia.
Aunque existen algunas diferencias de énfasis entre Conant, Merton y Polanyi en estos primeros ensayos, coinciden en grado significativo y, en muchos casos, se hicieron mutuos reconocimientos. Incluso donde hay diferencias, como en la renuencia de Merton para usar el término "comunidad científica", terminaron siendo superficiales –Merton de hecho usa más tarde el término "colegios invisibles" para servir a propósitos similares.
Karl Popper, cuyo vínculo con Friedrich Hayek y la defensa del liberalismo lo marginarían de este grupo, sostuvo un breve coqueteo con Polanyi, aunque se hallaron mutuamente antipáticos. Aunque no lo hizo, Popper pudo haber desarrollado una analogía entre el discurso liberal y el discurso científico, si lo hubiera hecho, las relaciones podrían haber sido más evidentes. 29 Ambos son formas limitadas de discurso, regidos por un sentido compartido de límites. La manera popperiana de acotar la ciencia, el uso de la falsificación como criterio de demarcación, podía haberlo conducido a pensar que no era necesario localizar un ethos o una tradición en qué apoyarse. Pero la diferencia entre la teoría verificacionista del significado y la falsificación sirve para ubicar a Popper del lado de ellos en el asunto del cientifismo como Weltanschauung. La verificación se enfrenta, por así decir, con aquellas formas de ostentoso conocimiento que la ciencia podría esperar sustituir o desacreditar. Va dirigida a una comunidad más amplia. La falsificación mira hacia dentro del proceso de discusión científica que regula, y en tal regulación se convierte en una variante de la discusión liberal.
El fantasma de Bernal
La idea convencional de ciencia que se desarrolla en la media centuria después de este debate acabado en los primeros días de la Guerra Fría, incluye componentes de la visión izquierdista de la ciencia, especialmente en relación al problema de la comprensión pública de la ciencia, pero fundamentalmente está constituida por elementos del punto de vista liberal. El libro de Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, 30 constituye un replanteamiento de los puntos de vista de Conant sobre la ciencia, con unos cuantos cambios terminológicos, por ejemplo "paradigma" por "esquema conceptual", y una reducción más implacable de la ciencia a su aspecto teorético. Kuhn sacó los elementos "políticos" con los que Conant había tratado, pero la forma en que entendió los paradigmas lo distanció aún más de la izquierdista asimilación de la ciencia a la tecnología. La idea de "frustración de la ciencia" desapareció con la gran inversión en ciencia durante la época de la Guerra Fría y las posteriores inversiones de capital privado en biotecnología. Aunque la emergencia de la "tecnociencia" moderna como fenómeno, y los temas políticos asociados a su control, hacen que las preguntas de Bernal durante los años 30 sean nuevamente relevantes, lo hacen de una manera peculiar. La izquierda, en los años 60, se hizo participativa, y dio menos valor a la racionalidad superior de la ideología revolucionaria del pasado y más valor a los movimientos de protesta popular. Esto significaba que la izquierda dio la bienvenida a la protesta popular contra la ciencia y la tecnología, contra los expertos y el sistema capitalista global. La tecnociencia fue vista ahora como parte de este sistema.
Leyendo a Bernal hoy, se percibe el carácter crucial de ese cambio en el estatus de la ciencia en la izquierda. Un indicador del cambio es el hecho de que Bernal era, tan increíblemente como esto pudiera parecer, un defensor del calentamiento del hemisferio norte por medios tecnológicos, elogiando los esfuerzos de la Unión Soviética para hacer habitables sus regiones norteñas a través de cambios climáticos que habrían afectado a todo el hemisferio, como una aplicación heroica de la ciencia para el bienestar humano. 31
Es quizá sólo una cruel ironía que estos esfuerzos fueran parte del Gulag y que los campos establecidos por los soviéticos, y las líneas de ferrocarril que construyeron para servirles, fueran engullidas por el frío, teniendo éxito únicamente como medios para matar a aquellos condenados a trabajar en ellos.
Pero ¿somos más sabios que Bernal al apoyar algún tipo de control popular sobre la ciencia? o ¿es la noción de control popular de la ciencia, que Bernal y los liberales rechazaron, simplemente incoherente? ¿Qué diría Bernal hoy? Creo que, correctamente, él diría que es incoherente. СКАЧАТЬ