Aproximaciones a la filosofía política de la ciencia. Отсутствует
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СКАЧАТЬ que se puede construir sobre el conocimiento de la naturaleza es la siguiente: la certeza cognitiva sobre las características de la naturaleza se opaca y se disuelve en innumerables e inconmensurables concepciones sin la organización teórica del enciclopedismo. Así las cosas, luego entonces, ¿cuál es la veracidad de la pretensión sobre la llamada realidad? Si las respuestas apuntan a la pérdida de veracidad, entonces habría que reconocer que la adopción del relativismo epistémico por numerosos científicos, conlleva directamente a la negación de una relación estrecha entre naturaleza y ciencia y, seguramente, a la negación de una equivalencia entre realidad y conocimiento. El abuso de esta argumentación puede significar que si las concepciones sobre la naturaleza no tienen un punto de vista privilegiado, son inconmensurables y se organizan en paradigmas que corresponden con los círculos de científicos que las comparten; la precipitación de la fuente de certeza de las características de la realidad resulta inminente.

      También, las verdades del pensamiento social se han visto trastocadas por el relativismo. Así, la idea de fundar una ciencia positiva de la sociedad representada en las ciencias sociales perdió potencia poco tiempo después de su evocación comteana; es posible que una de las grandes víctimas del relativismo haya sido la teoría del socialismo científico, la idea de la ciencia proletaria y de la ineluctabilidad científica de la dictadura del proletariado.

      En las disciplinas sociales y humanísticas, la práctica antropológica es emblemática en razón de su tarea programática relativizadora y de los temas epistemológicos en los que se involucra. Como relativizadora, la tarea de la antropología ha consistido en poner en situación relativa a las culturas. Primero lo hizo con la propia cultura occidental y después lo ha hecho en los diferentes ámbitos donde ha penetrado; incluido, como veremos adelante, el ámbito de la producción de conocimientos científicos.

      Los antropólogos posmodernos han invertido la paradoja de la epistemología moderna de la siguiente manera: relativizando el conocimiento de las culturas mantienen, paradójicamente, un objetivismo respecto a la naturaleza, configurando un relativismo cultural y un absolutismo naturalístico. De este modo, la epistemología política resultante es nuevamente asimétrica.

      Ahora bien, tomado el relativismo epistémico como instrumento crítico, serviría para mostrar el talón de Aquiles de la epistemología política modernista; de manera que aplicando el relativismo a la ciencia, la asimetría entre la consideración de una naturaleza única y la de una política relativa, quedaría seriamente cuestionada. La imagen del conocimiento elaborado indicaría que las nociones científicas de la realidad se encontrarían en la misma circunstancia relativa y sin punto de vista privilegiado que la elaboración de propuestas en el ámbito de la política. Ambos polos serían relativizados. Pero aceptando el relativismo de la anterior manera, surge un problema que, paradójicamente, no es de interés en el posmodernismo; el problema sería explicar epistemológica y empíricamente cómo el relativismo evita la dispersión total, el eclecticismo desenfrenado; situaciones que, obviamente, no están ocurriendo en la elaboración del conocimiento contemporáneo.

      Un problema de gran envergadura de los relativismos epistémicos reside en que, concentrándose en el elogio de la dispersión cognitiva y de la relativización de cualquier verdad, ignoran la explicación de la anudación de los acuerdos y negociaciones de las acuñaciones cognitivas, de la acción comunicativa que permite los consensos, de la puesta en equivalencia de entidades que permiten compartir el mundo. Entonces el problema real sería explicar de qué manera el proceso de relativización científico y político se acompaña de acciones de los actores en las que se acuñan, negociada y contingentemente, sus propuestas de validez científica y de pertinencia política.

      Ahora, tomando como instrumento crítico al absolutismo, tendríamos la posibilidad simétrica de reconsiderar la epistemología política posmoderna según la cual, sustentándose en el relativismo metodológico, los antropólogos posmodernos critican el modelo absolutista de la ciencia pero, contradictoriamente, apoyándose en el relativismo cultural sostienen un absolutismo natural; para ellos, las culturas son relativas a ellas mismas pero comparten el mismo fondo natural.