Название: La Senda De Los Héroes
Автор: Морган Райс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Героическая фантастика
Серия: El Anillo del Hechicero
isbn: 9781632910455
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Mientras Thor corría a través del campo, otros comenzaron a notarlo. Algunos de los reclutas dejaron lo que estaban haciendo y se volvieron, al igual que algunos de los caballeros. En cuestión de minutos, Thor sintió que toda la atención se centraba en él. Ellos parecían perplejos y se dio cuenta de que se estarían preguntando quién era él; corrió a través del campo, con tres de los guardias del rey persiguiéndolo. Esta no era la forma en que él había querido llamar la atención. Toda su vida, después de haber soñado con unirse a la Legión, esta no era la forma en que había imaginado que sucediera.
Cuando Thor corrió, debatiendo qué hacer, su curso de acción se hizo claro para él. Un muchacho grande, un recluta, decidió encargarse de impresionar a los demás deteniendo a Thor. Alto, musculoso y casi dos veces el tamaño de Thor, alzó su espada de madera para bloquear su camino. Thor podía ver que estaba decidido a derribarlo, de hacerlo quedar en ridículo delante de todos, y por lo tanto obtener para sí mismo una ventaja sobre los otros reclutas.
Esto hizo enfurecer a Thor. Él no tenía problemas con ese muchacho, y no tenía que ver en el asunto. Pero lo estaba tomando como personal, solamente para ganar una ventaja sobre los otros.
Conforme se fue acercando, Thor apenas podía creer el tamaño del muchacho: era mucho más alto que él, fruncía el ceño, con mechones de cabello negro y grueso que cubría su frente y tenía la mandíbula más grande y cuadrada que Thor había visto en la vida. Él no vio cómo podía hacer mella en contra de ese chico.
El muchacho fue al ataque con su espada de madera, y Thor sabía que si no actuaba con rapidez, sería eliminado.
Entraron en acción los reflejos de Thor. Él instintivamente sacó su honda, estiró la mano hacia atrás y lanzó una piedra en la mano del chico. Encontró su objetivo y tiró la espada de su mano, al mismo tiempo que el muchacho la llevaba hacia abajo. Salió volando y el muchacho, gritando, agarró su mano.
Thor no perdió tiempo. Fue al ataque, aprovechando el momento, saltó en el aire y pateó al chico, plantando sus dos pies delanteros en el pecho del chico. Pero el chico era tan grueso, que era como patear un roble. El chico simplemente se tambaleó hacia atrás unos centímetros, mientras Thor se detuvo completamente en seco, y cayó a los pies del muchacho.
Esto no augura nada bueno, pensó Thor, mientras golpeaba el suelo con un ruido sordo, y le zumbaban los oídos.
Thor trató de levantarse, pero el muchacho iba un paso delante de él. Se agachó, agarró a Thor por la espalda y lo lanzó, mandándolo a volar, boca abajo, en el suelo.
Un grupo de muchachos se reunió rápidamente en un círculo alrededor de ellos y ovacionaron. Thor enrojeció, humillado.
Thor volteó para levantarse, pero el muchacho era muy rápido. Ya estaba sobre él, sujetándolo. Antes de que Thor se diera cuenta, se había convertido en una lucha y el peso del muchacho era inmenso.
Thor podía oír los gritos apagados de los otros reclutas, ya que formaban un círculo, gritando, ansiosos de ver sangre. El muchacho frunció el ceño; el muchacho estiró los pulgares y los bajó en los ojos de Thor. Thor no podía creerlo—parecía que el muchacho realmente quería lastimarlo. ¿Realmente quería tanto obtener la ventaja?
En el último segundo, Thor volvió la cabeza a un lado y las manos del muchacho salieron volando, hundiéndose en el suelo. Thor tuvo la oportunidad de rodar por debajo de él.
Thor se levantó y se encaró con el muchacho, quien también se levantó. El chico fue al ataque y giró hacia la cara de Thor, y Thor se agachó en el último segundo; el aire se precipitó en su cara y se dio cuenta de que si el puño del chico le hubiera golpeado, le habría roto la mandíbula. Thor se acercó y golpeó al muchacho en el intestino, pero casi no le hizo nada; era como golpear un árbol.
Antes de que Thor pudiera reaccionar, el muchacho le dio un codazo en la cara.
Thor se tambaleó hacia atrás, aturdido por el golpe. Era como haber sido golpeado por un martillo y sus oídos zumbaron.
Mientras Thor tambaleaba, intentando recuperar el aliento, el muchacho fue al ataque y lo pateó con fuerza en el pecho. Thor salió volando hacia atrás y cayó al suelo, aterrizando sobre su espalda. Los otros chicos ovacionaron.
Thor, mareado, empezó a incorporarse, pero el muchacho fue al ataque una vez más, volvió y lo golpeó de nuevo con fuerza en la cara, derribándolo de espaldas nuevamente—y para siempre.
Thor se quedó ahí, escuchando los aplausos apagados de los demás, sintiendo el sabor salado de la sangre que corría por la nariz, y el verdugón de su rostro. Él gimió de dolor. Levantó la vista y pudo ver cómo se alejaba el muchacho grande y caminaba de regreso hacia sus amigos, que ya celebraban su victoria.
Thor quería darse por vencido. Ese muchacho era enorme, luchar contra él era inútil, y no podía aceptar más castigo. Pero algo dentro de él lo empujó. No podía perder. No delante de toda esa gente.
No te des por vencido. Levántate. ¡Levántate!
Thor de alguna manera convocó a la fuerza. Gimiendo, se dio la vuelta y se colocó sobre sus manos y rodillas, y luego, lentamente se levantó. Enfrentó al muchacho, sangrando, con los ojos hinchados, no podía ver, respiraba con dificultad y levantó los puños.
El muchacho enorme volvió y miró a Thor. Él sacudió la cabeza con incredulidad.
“Deberías haberte quedado acostado, muchacho”, dijo amenazante, mientras comenzaba a caminar hacia Thor.
“¡BASTA!”, gritó una voz. “Elden, ¡retírate!”.
De repente se acercó un caballero, colocándose entre ellos, extendiendo la palma de la mano y evitando que Elden se acercara a Thor. La multitud se calmó, y miraron al caballero; claramente, se trataba de un hombre que exigía respeto.
Thor levantó la vista, ante el temor de la presencia del caballero. Tenía veintitantos años, era alto, de hombros anchos, de mandíbula cuadrada y cabello marrón, bien cuidado. A Thor le agradó de inmediato. Su armadura de primer nivel, cota de malla de plata pulida, estaba cubierta con las marcas reales: el emblema halcón de la familia MacGil. A Thor se le secó la garganta; estaba de pie ante un miembro de la familia real. Casi no podía creerlo.
“Explícate, muchacho”, le dijo a Thor”. ¿Por qué has venido a atacar a nuestra arena, sin invitación?”.
Antes de que Thor pudiera responder, de repente, los tres miembros de la guardia del rey rompieron el círculo. El escolta líder se quedó ahí, respirando con dificultad, señalando con el dedo a Thor.
“¡Desafió nuestro orden!”, gritó el guardia”. ¡Voy a encadenarlo y llevarlo a la prisión del rey!”.
“¡Yo no hice nada malo!”, protestó Thor.
“¿En verdad?”, gritó el guardia”. ¿Y qué hay de introducirse en la propiedad del rey sin ser invitado?”.
“¡Todo lo que quería era una oportunidad!”, gritó Thor, volteando, suplicando al caballero ante él, al miembro de la familia real. “¡Todo lo que quería era una oportunidad de unirme a la Legión!”.
“Este СКАЧАТЬ