Название: Encontrada
Автор: Морган Райс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Героическая фантастика
Серия: Diario de un Vampiro
isbn: 9781632912114
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Finalmente, se inclinaron contra el aljibe y observaron la plaza. No había ningún edificio especial ni ninguna pista que pudiera indicarles dónde estaban.
"Entonces, ¿a dónde vamos?", ella preguntó finalmente.
Caleb miró a su alrededor, entrecerrando los ojos protegiéndolos del sol con las manos. Parecía tan perdido como ella.
"No lo sé", dijo rotundamente. “No sé me ocurre nada."
"En otras épocas y lugares", continuó, "las iglesias y los monasterios siempre parecían guardar nuestras pistas. Pero en este período, no hay iglesias. No hay cristianismo. No hay cristianos. Después de que Jesús murió, la gente comenzó a crear una religión con su nombre. En esta época, sólo hay una religión. La religión de Jesús: el judaísmo. Después de todo, Jesús era judío.”
Caitlin trató de procesarlo todo. Todo era muy complejo. Si Jesús era judío, pensó, eso significaba que él debía haber rezado en una sinagoga. De repente, se le ocurrió algo.
"Entonces, tal vez el mejor lugar para buscar es donde Jesús oró. Tal vez deberíamos buscar una sinagoga.”
"Creo que tienes razón," dijo Caleb. "Después de todo, la otra práctica religiosa de ese tiempo, si se puede llamar así, era el paganismo -la adoración de los ídolos. Y estoy seguro de que Jesús no rezaría en un templo pagano.”
Caitlin miró alrededor de la ciudad entrecerrando los ojos, buscaba algún edificio que se asemejara a una sinagoga. Pero no vio ninguno. Todas eran modestas moradas.
"No veo nada", ella dijo. "Todos los edificios tienen el mismo aspecto. Sólo son pequeñas casas.”
"Yo tampoco," dijo Caleb.
Quedaron en silencio mientras Caitlin trataba de procesarlo todo. Su mente corría con varias posibilidades.
"¿Crees que mi papá y el escudo tienen algún tipo de conexión con todo esta lugar?", preguntó Caitlin. "¿Crees que si visitamos los lugares donde Jesús estuvo eso nos llevará con mi padre?"
Caleb entrecerró los ojos mientras pensaba en lo que Caitlin estaba diciendo.
“No lo sé," dijo finalmente. "Pero es claro que tu papá está guardando un gran secreto. Un secreto no sólo para la raza de los vampiros, sino para toda la humanidad. Un escudo o un arma que cambiará para siempre la naturaleza de toda la raza humana. Debe ser algo muy poderoso. Y me parece que quien esté destinado a conducirnos con tu padre, necesita ser alguien muy poderoso. Como Jesús. Tendría mucho sentido. Tal vez, para encontrar a uno, tenemos que encontrar antes al otro. Después de todo, tu cruz abrió muchos cerrojos y nos condujo hasta aquí. Y encontramos casi todas nuestras pistas en las iglesias y en los monasterios.”
Caitlin trató de pensar en todo. ¿Era posible que su papá conociera a Jesús? ¿Era uno de sus discípulos? La idea era impresionante aumentando el misterio en torno a su padre.
Ella se sentó sobre el borde del aljibe y mirando la aldea que parecía dormida, y no sabía qué hacer. No tenía idea de por dónde empezar a buscar. Nada llamaba su atención. Y además, se sentía cada vez estaba más desesperada por encontrar a Scarlet. Sí, quería encontrar a su papá más que nunca; las cuatro llaves le quemaban en el bolsillo. Pero no veía ninguna manera de usarlas, y era difícil concentrarse en su padre cuando estaba preocupada por Scarlet. La idea de que estaba sola por ahí le desgarraba el corazón. ¿Quién sabía si estaba a salvo?
Pero, tampoco tenía ninguna idea de dónde buscar a Scarlet. Se sentía más y más desesperanzada.
De repente, seguido de su rebaño de ovejas, un pastor entró por la puerta y caminó lentamente hacia la plaza. Llevaba una larga túnica blanca, y una capucha protegía su cabeza del sol; se dirigió hacia ellos, sosteniendo un bastón. Al principio, Caitlin pensó que estaba caminando directamente hacia ellos. Pero entonces se dio cuenta: el aljibe. Solamente quería algo de beber, y ellos estaban en el camino.
Mientras caminaba, las ovejas pululaban a su alrededor llenando la plaza, todas se dirigían hacia el pozo. Debían saber que había agua cerca. Rápidamente, Caitlin y Caleb estaban en el medio de la manada que los empujaba fuera de su paso. El balido impaciente de las ovejas llenaba el aire, mientras esperaban que el pastor las guiara.
Caitlin y Caleb se hicieron a un lado cuando el pastor se acercó al pozo, giró la manivela oxidada, y subió lentamente el cubo. Entonces, él se sacó la capucha.
Caitlin se sorprendió al ver que era joven. Tenía una gran mata de pelo rubio, una barba rubia y ojos azules brillantes. Él sonrió revelando las líneas de sol en su cara alrededor de sus ojos, y Caitlin sintió el calor y la bondad irradiar de él.
Tomó el cubo lleno de agua, y, a pesar del sudor en su frente y de que tenía sed, se volvió y vertió el primer cubo de agua en la pila en la base del pozo. Las ovejas se reunieron alrededor mientras bebían agua.
Caitlin tuvo la extraña sensación de que tal vez ese hombre sabía algo, que tal vez lo habían puesto en su camino por una razón. Si Jesús vivía en esa época, pensó, tal vez ese hombre había oído hablar de él.
Caitlin sintió una punzada de nerviosismo en el estómago mientras se aclaraba la garganta.
"¿Perdón?", le preguntó.
El hombre se volvió y la miró, y ella sintió la intensidad de sus ojos.
"Estamos buscando a alguien. Quizás sepas si él vive aquí.”
El hombre entrecerró los ojos, y Caitlin sintió como si él estuviera viendo a través de ella. Era algo muy extraño.
“Él vive”, respondió el hombre como si estuviera leyendo su mente. "Pero ya no está aquí."
Caitlin casi no lo podía creer. Era cierto.
“¿A dónde se fue?", preguntó Caleb. Caitlin percibió el interés su voz, y se dio cuenta que quería saber desesperadamente.
El hombre desvió la mirada hacia Caleb.
“Pues a la Galilea," el hombre respondió, como si fuera algo obvio. "Al mar."
Caleb entrecerró los ojos.
“¿Capernaum?", preguntó Caleb tentativamente.
El hombre asintió con la cabeza.
Los ojos de Caleb se abrieron reconociendo el lugar.
“Mucha gente lo está siguiendo", dijo el hombre crípticamente. "Búsquenlo y lo hallarán.”
De pronto, el pastor bajó la cabeza, se volvió y comenzó a alejarse, con las ovejas detrás. Se dirigía al otro lado de la plaza.
Caitlin no podía dejarlo ir. Todavía no. Tenía que averiguar más. Sentía que él estaba ocultando algo.
"¡Espera!" ella gritó.
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