Название: El derecho ya no es lo que era
Автор: Группа авторов
Издательство: Bookwire
Серия: Estructuras y Procesos. Derecho
isbn: 9788413640068
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El sector productivo de las CGV que generalmente se asocia con la globalización es el de la manufactura de bienes de consumo duraderos, como teléfonos móviles, ordenadores, ropa o automóviles. Ese es el ámbito en el que nos centramos aquí. No obstante, hay que tener en cuenta que el sector servicios también ha experimentado procesos de deslocalización, cuyo ejemplo más extendido sería el de los call centers, especialmente los dedicados a tareas de atención al cliente. La configuración de las cadenas globales del sector servicios sigue pautas u obedece a consideraciones diferentes a las de las manufacturas, pues suelen precisar de mano de obra más cualificada (por ejemplo, en el sector bancario) y, a la vez, la articulación de los eslabones no supone obligatoriamente tener que transportar productos intermedios (como los componentes), sino que el enlace se puede realizar por vía informática (como, por ejemplo, en el caso de la contabilidad o el software)70. Los flujos comerciales mundiales tienen también características peculiares, como que la India haya sido el mayor exportador mundial de servicios informáticos en 2014, según la OMC71.
El comercio internacional en el mundo de la producción globalizada tiene unas características que lo diferencian de otras épocas históricas. Las cadenas globales de valor generaban en 2014 la mitad de las exportaciones mundiales, según el informe de la OMC citado más arriba. Los componentes y productos semielaborados configuran la principal parte del total de bienes intercambiados globalmente, lo que genera grandes dificultades a la hora de determinar el valor real de las exportaciones de un país y el lugar de procedencia, en última instancia, de sus importaciones. México es el mayor exportador mundial de automóviles a EE UU, pero un 70 % de los componentes de esos coches son importados de las propias empresas estadounidenses o de terceros países72. Es lo que sucede con las 400 000 camionetas pick up que General Motors fabrica en México73, las cuales llevan motores producidos en EE UU. A su vez, Detroit Diesel, que fabrica en EE UU motores de gasóleo que equipan vehículos Chevrolet (una marca de General Motors), es actualmente filial de la compañía Daimler, por lo que una parte de las tareas de ingeniería y diseño de los propulsores ha sido llevada a cabo en Alemania.
Determinar cuál es el valor añadido por las tareas realizadas en un país integrado en las cadenas globales de producción es, por consiguiente, una tarea ímproba, que exige calcular qué porción del valor de sus exportaciones ha sido generado en el extranjero. Para ello, es preciso determinar cuál es el coste de los componentes importados que se utilizan en la fabricación de productos semielaborados o finales que ese país exporta. La ONU, por un lado, y la OMC y la OCDE, por otro, han creado dos bases de datos (COMTRADE y TiVA, respectivamente, ambas accesibles a través de Internet), que permiten calcular la dimensión de las exportaciones de un país en términos de valor añadido, pero eso no significa que resulte una tarea en absoluto sencilla.
4.2. Un ejemplo ilustrativo: la cadena global de valor de Apple
No resulta nada fácil identificar todos los eslabones de la cadena global de valor de una multinacional manufacturera. Un estudio empírico, publicado por un investigador irlandés y otro chino en 2016, logró hacer un mapa de la CGV del iPhone de Apple74. La red de la multinacional de la manzana mordida comprende unas 200 compañías y 750 subsidiarias. Las empresas matrices pertenecen a 19 países diferentes y tienen en conjunto filiales o subcontratistas en el territorio de 30 estados distintos.
La distribución geográfica de la sede de las empresas matrices y de los lugares donde sus subsidiarias realizan las actividades productivas varía mucho en función del valor añadido que aportan a la cadena. El estudio citado distingue tres tipos de actividades: la fabricación de los componentes nucleares, la de los componentes no nucleares y las tareas de ensamblaje y empaquetado. Entre los componentes nucleares, encontramos la pantalla (que es la pieza más cara del iPhone), el disco duro, o los dispositivos ópticos. Entre las piezas que no son medulares se encuentran las que componen los mecanismos de conexión, los productos periféricos, o la batería.
El mayor número de empresas matrices que suministran componentes nucleares tienen su sede en EE UU. Estas compañías tienen localizada su producción en numerosos países, entre ellos, Japón, Filipinas, Taiwán, China y el propio territorio estadounidense. El país del que son originarias más empresas matrices encargadas de fabricar componentes no nucleares es Japón. Una parte de la producción de las compañías japonesas se ubica en EE UU. Pero los países donde se localiza el porcentaje mayor de la actividad productiva de estas compañías son el propio Japón y China. Las empresas japonesas empezaron a deslocalizar la producción mucho más recientemente que las compañías norteamericanas o europeas. Un dato paradójico es que uno de los más importantes proveedores de Apple es la empresa coreana Samsung, su gran rival en el campo de los smartphones: business is business. La mayoría de las tareas de ensamblaje y etiquetado se realizan en China, pero no por empresas de ese país, sino, sobre todo, por dos gigantescas compañías taiwanesas: Pegatron y Foxconn.
El artículo de Grimes y Sun reproduce la «curva de la sonrisa» de Apple, la cual muestra gráficamente que las actividades con mayor valor añadido, situadas al inicio y al final de la cadena productiva, están en manos de la multinacional norteamericana75.
4.3. La repercusión de la crisis de 2007-2008 en las cadenas globales de valor
El crack del año 200876, que tuvo su origen en EE UU, se extendió rápidamente a todo el sistema financiero mundial. A renglón seguido afectó también a la economía «real», como consecuencia de la retracción del crédito y, por tanto, de la demanda. Las cadenas globales de valor se convirtieron en regueros por los cuales la crisis en el sector manufacturero se transmitió de forma implacable de un país a otro. La disminución del consumo de smartphones en EE UU afectó directamente a las compañías que ensamblan los dispositivos en China, pero esas empresas transfirieron buena parte del peso de sus dificultades a los países suministradores de componentes, que vieron reducidos los pedidos con destino al país asiático. Los efectos negativos pueden producirse en lugares enormemente distantes que a primera vista parecen no tener relación alguna entre sí. Así, la disminución de las compras de automóviles por parte de los consumidores estadounidenses afectó al sector del caucho en Liberia, que produce la materia prima utilizada para fabricar sus neumáticos.
La crisis reorientó una parte de los flujos comerciales en el sector manufacturero, disminuyendo los intercambios Norte-Sur e incrementándose los que tenían lugar entre los países del Sur. Fue la época en que los BRICS (acrónimo para referirse a Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) eran presentados en todos los medios de comunicación como la nueva locomotora de la economía mundial, que tomaría el relevo de EE UU. Ya desde muy pronto, el economista Yanis Varoufakis puso de manifiesto que los BRICS no tenían la magnitud necesaria para asumir esa tarea hercúlea77. En el momento de escribir estas líneas (mayo de 2020) el acrónimo ha desaparecido completamente del mapa y, mirando hacia atrás en el tiempo, resulta inaudito que en algún momento se pensara en la posibilidad de que una acción económica concertada entre esos países pusiera en jaque a EE UU y la UE.
Con independencia de los cambios que se produjeron en los flujos comerciales globales y sus diferentes oscilaciones a medida que pasaba el tiempo, no cabe duda de que el modelo de la cadena global de valor sobrevivió a la crisis y siguió СКАЧАТЬ