Название: El derecho ya no es lo que era
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Издательство: Bookwire
Серия: Estructuras y Procesos. Derecho
isbn: 9788413640068
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Los inversores institucionales no solo influyen indirectamente en la gestión de las empresas por medio de su política de inversiones en los mercados de valores, sino también directamente en su calidad de accionistas de las empresas. Con la implantación del principio de la maximización de la riqueza de los accionistas (MSV) se refuerzan los mecanismos de control internos de los accionistas sobre la actuación de los gerentes. La participación de los fondos de pensiones y otros grandes gestores de títulos valores en los organismos encargados de ejercer este control les permite orientar la estrategia de la empresa en favor de sus intereses.
Un síntoma de la prevalencia de la perspectiva a corto plazo sobre el horizonte de futuro de las empresas es el incremento de la litigiosidad entre firmas. El caso de Japón es especialmente significativo, pues tradicionalmente los litigios empresariales eran desconocidos y ni siquiera había abogados o firmas especializadas en ese tipo de pleitos. La situación cambió radicalmente tras la crisis de los noventa que abrió las empresas niponas a la inversión extranjera. Con esos capitales foráneos, especialmente estadounidenses, llegaron también las Law Firms y los litigios. Las facultades de Derecho se vieron entonces obligadas a crear programas de especialización en Derecho corporativo50.
En muchas ocasiones, los litigios se han convertido hoy en día en un fin en sí mismos. Esto es así, por ejemplo, en el caso de los trolls que se dedican a comprar patentes sin propósito alguno de desarrollar los productos objeto de las mismas, sino con la finalidad exclusiva de pleitear con otras compañías en cuanto surja la posibilidad de acusarlas de vulnerar sus derechos de propiedad intelectual. Su objetivo es obtener indemnizaciones o el pago de royalties utilizando una práctica que resulta muy disruptiva tanto para la investigación científica como para el desarrollo tecnológico empresarial.
La MSV ha fomentado la tendencia a repartir una gran proporción de dividendos en detrimento de la reinversión, como lo muestra el hecho de que las empresas no financieras norteamericanas repartieran 280 mil millones en dividendos en 2002 habiendo obtenido un total de 330 mil millones de beneficios de acuerdo con los datos de la Reserva Federal. En estos últimos años, las compañías no financieras norteamericanas han venido repartiendo dividendos por un montante equivalente a la mitad de sus beneficios brutos, con excepción del ejercicio de 2018 en que el volumen de los dividendos pagados fue mucho menor. Estos datos revelan que la disminución de los beneficios no se traduce necesariamente en una mengua del volumen de los dividendos repartidos51.
La velocidad de giro o turnover ratio es otro indicador del horizonte temporal de los agentes a la hora de invertir en acciones. La velocidad de giro es una medida que se obtiene comparando el volumen de transacciones bursátiles en un año con la capitalización bursátil. Se trata de ver qué proporción existe entre el volumen de las compraventas de acciones en un año y el total del valor de las acciones cotizadas de las compañías nacionales. Si esta proporción alcanza o supera el 100 %, eso indica que las acciones cambian frecuentemente de manos, lo que constituye un indicio de una tendencia cortoplacista de los inversores.
En el caso de EE UU, la velocidad de giro fue de 69 % en 1984 y en el 2000 se había disparado hasta el 197 %, alcanzando un pico de 407 % en 2008. Estos incrementos se produjeron a pesar de que el volumen total de la capitalización bursátil también aumentó durante el periodo 1981/2000 de 12,6 a 15 billones de dólares. En 2008 esa cifra había descendido a 11,5 billones. Según los últimos datos del Banco Mundial, la capitalización bursátil de EE UU ascendía a 30 billones en 2018, habiendo descendido la velocidad de giro al 104 %. El incremento de la velocidad de giro como consecuencia de la financiarización de la economía puede observarse en todos los países. Así, Alemania pasó de una velocidad de giro de solo el 20 % en 1975 al 143 % en el año 2000 y al 377 % en 2008. Su capitalización bursátil se incrementó enormemente entre 1975 y el año 2000 pasando de 51 400 millones de dólares a 1,270 billones. Tendencias similares se dan en el resto de los países desarrollados como puede comprobarse consultando las cifras proporcionadas por el Banco Mundial52.
El torbellino de transacciones de acciones que expresan estas cifras es una buena muestra de la falta de compromiso a largo plazo de los grandes inversores con las empresas. Además, hay que tener en cuenta que una parte relevante de ellas son operaciones de autocartera, por las que las empresas compran sus propias acciones con el objetivo de aumentar su cotización. Estas operaciones, así como los procesos de reconversión o las fusiones y adquisiciones de empresas van dirigidos en muchas ocasiones a generar plusvalías y dividendos a corto plazo. Ese objetivo no coincide necesariamente con la buena marcha de la empresa, si entendemos esta como sus perspectivas de futuro a largo plazo. El balance de la MSV como estrategia de mejora de la eficiencia de la empresa debe considerarse negativo desde el punto de vista de su capacidad de crear «valor social»53. La MSV ha servido fundamentalmente para redistribuir los riesgos y los beneficios en favor de los accionistas y los «superejecutivos» en perjuicio de los trabajadores cuyos salarios se han congelado y para quienes la seguridad en el empleo ha desaparecido.
3.8. La financiarización de las familias
Las privatizaciones han transformado unos bienes y servicios distribuidos gratuitamente —o con precios «políticos»— y financiados por medio de impuestos progresivos en mercancías vendidas por empresas con fines de lucro, es decir, los han «mercantilizado». Si antes eran un derecho, ahora solo se los pueden permitir quienes pueden pagar su precio, igualándose el criterio de acceso a determinados servicios con el de la adquisición de coches de lujo. La financiarización de las familias es algo así como el «último estadio» de la mercantilización que han traído consigo los procesos privatizadores.
Las privatizaciones que han tenido mayor incidencia en la financiarización de las economías familiares han sido las de las pensiones y las de la vivienda.
La privatización del sistema de pensiones supone un cambio radical del derecho a la jubilación. Recibir esta prestación por parte de un sistema público es una forma de reconocimiento de una vida de trabajo, aunque, sin embargo, no contempla las tareas domésticas. Las cotizaciones son una manera de financiar el sistema, pero no el fundamento del derecho a recibir una pensión, como lo demuestra la existencia de un tope máximo que es independiente de las cantidades que se hayan cotizado. En la práctica, son las contribuciones que pagamos hoy las que financian la jubilación de nuestros padres, así como serán las futuras generaciones quienes paguen nuestras pensiones. Es un sistema que cuenta con mecanismos de justicia distributiva intra- e intergeneracional.
Cuando se afirma que el sistema de pensiones colapsará por el aumento del número de jubilados y la consiguiente disminución de la proporción de trabajadores activos, se confunde la disponibilidad de recursos con el mecanismo de financiación. Así, por ejemplo, si el PIB de un país es hoy el doble que hace veinte años y la población se ha incrementado en un 20 %, el PIB per capita de ahora equivaldrá СКАЧАТЬ