Название: Cuentos de Asia, Europa & América
Автор: Tessa Hadley
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Fondo Universidad de Guadalajara
isbn: 9786075712680
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Espero que continúes la tradición para que su recuerdo nos acompañe y que su vida nos inspire. Hablemos, pues, de ella para que nos agudice la visión y nos libre de ilusiones.
Recuerda que este Sahebmari Baske en particular nació en algún momento del pasado aquí mismo en el distrito de Sonari Mara. Desconozco su nombre original, pero sé que se lo cambiaron después de que mató a un saheb, un hombre blanco.
A los babus, la gente educada, les parece ofensivo. Dicen que está ligado a un terrible asesinato, que trae consigo cierta violencia, que usarlo es alentar la barbarie. Por eso nos es difícil llevar una vida simple y sin complicaciones. Para ellos, los santhal son una de las razas más inocentes; creen que tienen mentes tan claras como los manantiales. Nuestro nombre es mugre en sus aguas transparentes; priva a los santhal de toda inocencia.
Querido nieto, hemos aprendido en el mundo material que la forma en la que nos ven los babus y la gente respetable puede causarnos muchas penas. Hasta cierto punto, esta inocencia es la razón por la que uno pierde todos sus derechos. Por lo tanto, que ni nos preocupe lo que ofende a los demás. Si la inocencia es la incapacidad de entender y pelear por nuestros derechos, librémonos de ella y recordemos la vida de Sahebmari Baske, el primero de nosotros.
La verdad es que nuestro ancestro hacía trabajo forzado en la casa de Ishwarbabu, un prestamista bengalí adinerado. ¿Qué puedo decir acerca de su vida dura? Por una deuda que tenía con él, estaba obligado a venderse y le daban una miseria de alimento y ropa. El prestamista es Ishwarbabu porque se convirtió en el ishwar, el señor y deidad responsable de nuestro ancestro.
La tierra estaba repleta de árboles en esos tiempos. Ishwarbabu era el hombre más inteligente de esa jungla y, por lo tanto, ¡era el rey! En aquel entonces, la India estaba bajo la soberanía del hombre blanco. Uno de ellos, un negociante inglés, vivía en el pueblo sadar. Había llegado a trabajar. Se instaló en la casa de Ishwarbabu, quien se sintió abrumado. Uno podía ver que el mismo ishwar estaba dispuesto a adorar a cualquier persona que lo superara en poder. Resultó no ser el único e inigualable. Más bien, nuestro ancestro era quien no tenía par.
Fue así, mi nieto, que Ishwarbabu trajo desgracia a su propio hogar. Los ojos ingleses del hombre blanco comenzaron a verse nublados ante la belleza de la hija de dieciséis años de su anfitrión. Ella no hablaba la lengua de ese hombre, pero leía sus intenciones. Entró en pánico y le contó a su padre. Ishwarbabu estaba consciente de la naturaleza oculta de su ishwar. Se preocupó, así que le ofreció a este hombre una niña santhal de regalo. Pero él era astuto. Su semblante cambió y sus ojos se tornaron perversos, como los de los policías y los militares.
Ishwarbabu creía el asunto resuelto, así que comenzó a buscar mujeres santhal, bagdi y dom deseables. Pero esa noche, nuestro ancestro despertó al escuchar el llanto agudo de una mujer. Había recolectado leña y pastoreado a las vacas ese día, por lo que estaba exhausto. Era el grito de la hermosa hija de Ishwarbabu, quien se encontraba junto al pozo. El hombre blanco se había convertido en un gopiballabh5 y le estaba arrancando la ropa a la niña. El hombre santhal gritó y con un solo golpe envió su alma directo al más allá. Así es que se convirtió en sahebmari, el asesino del hombre blanco.
Este incidente tuvo consecuencias terribles. Los hechos se tergiversaron y nadie sabía qué había pasado en realidad. A la gente se le engañó con baladas sobre las hazañas de este hombre blanco. Se construyó una estatua de mármol en su honor. Todavía sigue erecta; yo la he visto y tú también. Más adelante volveré a este tema.
Es más urgente que conozcas la historia de esta tierra y de las propiedades que he enumerado en el acta. Igual que uno debe saber la composición y naturaleza del suelo para producir una buena cosecha, es importante conocer su origen si quieres demostrar que te pertenece. Se trata de una larga serie de traspasos, de cambios de dueño. Es una historia de derrota para sus dueños legítimos. Los documentos viejos no corresponden con las escrituras, a menos que uno vea cómo la tierra ha pasado de una persona a otra. Los papeles sellan la realidad y son cosas sumamente terribles.
Esta acta de donación registra los catálogos e incluye los números de todos los asentamientos y tierras agrícolas del distrito de Sonari Mara, las cuales entran en la categoría de auwal, es decir, de la más alta calidad. Aunque es tierra forestal, toda esta tierra auwal es el resultado de cultivo meticuloso por generaciones. Nuestros ancestros le habían rendido honor al cultivar en ella. Habían conocido sus secretos tras años de brindarle atención. Y por eso, la gente de buena familia comenzó a mirar nuestra tierra. Así nos la arrebataron y los documentos oficiales fueron modificados. Esa gente se aprovechó de nuestra inocencia.
A simple vista, aquí hay puras contradicciones, pero todo se aclarará si rastreamos cada transferencia. Así podrás cumplir con las responsabilidades que aquí te encomiendo.
Sabes que a orillas del distrito hay un bosque denso de árboles de sal, de mohua y kusum. Ahí, junto a un manantial solíamos cultivar en un terreno de una bigha.6 Mi padre trabajó ese campo. Todos lo cuidábamos sin descanso y nos lo recompensaba. Nosotros entendemos la tierra, no los documentos. Solíamos creer que los papeles no producían cosecha. Me temo, nieto, que estábamos equivocados.
Aprendimos que el gobierno decidía quién era dueño de esa maravillosa tierra. Un día vimos a un peón del babu Chaitanya Mahakur Mahasay trabajar ahí. Al pedir una explicación, se nos informó que la tierra ahora le pertenecía al honorable terrateniente.
Tiempo atrás, Chaitanya se había hecho de las escrituras de nuestra tierra (podía solicitarlas «en nombre de sus trabajadores») a pesar de que no era suya, de que no tenía derecho a ella. Acumuló tanta propiedad de este modo que se había pasado del límite permitido por la ley, así que el gobierno se la quitó, pero le dio una buena compensación. Después, mediante un sistema llamado patta, se le devolvió la escritura de la tierra.
No sabía de la existencia de esa escritura. Por años, nosotros habíamos cultivado la tierra. No tengo idea de cuándo Chaitanya se había hecho «dueño» de ella, cuándo se la había quitado el gobierno y cuándo había logrado sacarle dinero por eso y después recuperar la escritura de todos modos.
—¡Esa tierra es de nuestros ancestros! —protesté.
El oficial de gobierno sonrió y dijo:
—No mienta. La escritura está a nombre del babu Chaitanya.
Todo se resumía en los documentos. El muy respetable Chaitanya Mahakur jamás había pisado nuestra tierra, pero había logrado sacarle dinero al gobierno por ella y mandar hacer la escritura a su nombre con facilidad.
—No entiendo los documentos. Esta tierra es nuestra.
Chaitanya agitó los papeles frente a mí. Y después llegaron los oficiales.
Resulta que un pedazo de papel vale más que una vida humana, a pesar de las mentiras y verdades a medias que dice. Ese día se derramó sangre en la tierra de nuestros ancestros, pues una bala hizo trizas mi mano derecha.
El gobierno salió victorioso. Chaitanya Mahakur era dueño de nuestra tierra. Durante la pelea, un oficial de policía mató a mi querido Hari Ramey Bagdi. ¡Trataba de defendernos nada más! El juez determinó que los oficiales eran inocentes, pues habían respetado la ley al mostrar los documentos relevantes. La defensa de nuestra tierra me había costado una mano; a mi amigo, su vida.
Y ahora esos documentos le otorgan la cosecha al babu Chaitanya.
En algún momento de la historia, todas las propiedades de este distrito habían sido propiedad mía y de mis parientes y amigos. Hay documentos más viejos СКАЧАТЬ