Название: El sexo oculto del dinero
Автор: Clara Coria
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
Серия: Androginias 21
isbn: 9788412469066
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Es posible también encontrar toda una serie de comportamientos y creencias derivadas de este «complejo ideacional». El pudor frente al dinero sería uno de estos comportamientos asociados y derivados de las fantasías de prostitución en relación al dinero: por pudor muchas mujeres «no hablan de dinero» o se sienten incómodas cuando deben hacerlo. Hablar de dinero «impúdicamente» (sin pudor) sería como evocar una sexualidad prohibida y hacer ostentación de ella. Tal vez la creencia encubierta es que un comportamiento pudoroso evita el contacto con lo prohibido y al mismo tiempo evita —ella misma— convertirse en fuente de tentación, al igual que una vestimenta pudorosa y austera que «pone a resguardo de las excitaciones» —propias y ajenas— evitaría la tentación y suprimiría el deseo sexual.
Una extensión de esto puede llevarnos a pensar que el pudor frente al dinero evita el contacto con él, imponiendo asepsia frente al placer y a la ambición.
De ninguna manera podemos pensar que las actitudes pudorosas frente al dinero son conscientes. Por el contrario, se trata de expresiones inconscientes que intentarían ocultar la tentación por el dinero. Podría considerárselo como un síntoma (que reprime un deseo y al mismo tiempo lo expresa).
Las personas pudorosas frente al dinero no serían, por ello, las menos atraídas. En todo caso estarían expresando de manera inconsciente su lucha interna.
De igual manera que sonrojarse es la expresión inconsciente de un pensamiento o sentimiento vivido como vergonzoso, el pudor frente al dinero sería también la expresión de una atracción vivida como vergonzosa.
Vergüenza y culpa en nuestra cultura —en relación a las mujeres— han estado fundamentalmente ligadas a transgresiones sexuales.
Transgredir el ámbito asignado a la mujer es motivo de culpa. Si a esto le agregamos el desempeño de una actividad a cambio de dinero, están presentes los elementos básicos para dar cabida al fantasma de la prostitución.
Los deseos de movilidad y libertad en las mujeres son frecuentemente alcanzados por el fantasma de la prostitución. La libertad de acción que otorga el dinero es vivida (por la asociación inconsciente dinero = sexo) como una libertad sexual. Como tal, deseada y temida. Tanto más deseada por cuanto es reprimida en las mujeres y tanto más temida porque implica algo así como una «transgresión fundamental».
La idea de que la mujer disponga de dinero parece reactivar los más profundos temores de la sociedad. Una idea aparentemente terrorífica es que la mujer utilice el dinero para hacer uso de su movilidad y libertad. Movilidad y libertad que vulgarmente se perciben como sexuadas. Una mujer con dinero podría hacer uso de esa libertad impunemente, de la misma manera que lo hace un hombre con dinero.
La idea de que una mujer llegue a ser capaz de pagar para obtener sexualidad resulta terrorífica. Lo llamativo es que lo que pareciera realmente impactar no es la idea de pagar (o sea el mecanismo básico de la prostitución) sino que quien pague sea una mujer.
Curiosamente, el mundo no se conmueve ante la realidad de la prostitución en sí, y de que esta prostitución es casi siempre pagada por hombres que usufructúan a mujeres tomadas como objetos. Si quien posee el dinero es el hombre que compra los servicios sexuales de una mujer, la prostitución resulta ser un hecho «incómodo pero necesario», que no altera ningún orden social ni perjudica el bienestar de la humanidad. Si, por el contrario, quien utiliza el dinero es una mujer que compra los servicios sexuales de un hombre, este fenómeno de prostitución altera los más profundos cimientos sociales y es vivido como una catástrofe que amenaza de forma irremediable a la humanidad.
La contaminación e impureza que tan frecuentemente aparecen asociadas al dinero en boca de mujeres, también pasa a estar asociada con el fantasma de la prostitución. Desde una perspectiva psicoanalítica, podríamos agregar que esta impureza también deviene de que en el inconsciente el dinero es el equivalente simbólico de las heces. En esta oportunidad prefiero centrar el peso en la equivalencia dinero-sexo, pues ello me permite, además, incluir las connotaciones socio-culturales implícitas en el dinero. La perspectiva psicoanalítica explica el carácter anal de hombres y mujeres —con lo que estarían relacionadas las prácticas del dinero. Pero no explica por qué siendo posible tanto para hombres como para mujeres adquirir características anales, los varones acceden al dinero y a su ambición sin tanta carga de vergüenza y culpa como las mujeres.
En la actualidad los cambios sociales permitieron el acceso al dinero para las mujeres, pero mantuvieron en vigor las connotaciones de prostitución a él asociadas.
Estas connotaciones de prostitución están profundamente arraigadas y se observan en los comportamientos de la vida cotidiana, desde los hechos más triviales a los más significativos.
Se lo puede encontrar unido a expresiones tales como «me da vergüenza hablar de dinero» y «van a creer que soy una interesada», «es algo sucio», «el dinero no es para una mujer», «van a verme como comerciante si discuto el contrato» (comerciante ¿de qué?), «si me pagan bien voy a tener que dar otras cosas a cambio», etc., etc.
En síntesis:
Este es uno de los fantasmas (junto con el de la mala madre y el de la feminidad dudosa) que reincidentemente es posible detectar en los grupos de mujeres que trabajan sobre el tema.
La naturaleza inconsciente del mismo, que además se une a una cantidad de fantasías, también inconscientes (vividas como prohibidas y profundamente reprimidas) le confieren un enorme poder en el condicionamiento de las actitudes cotidianas.
Abordar el fantasma de la prostitución, al igual que las fantasías de prostitución, como también el tema concreto de la prostitución en el mundo, es atacar el corazón mismo de la doble moral, de la discriminación sexual y de la represión sexual.
Tres aspectos que son pilares indudables de un sistema social, fundamentalmente opresor. Sistema que se ha perpetuado durante siglos y que ha conseguido introducirse en la formación misma del psiquismo de los individuos —hombres y mujeres.
Esto explica, en parte, la gran resistencia que provoca el tema en general y las reticencias para encarar este fantasma de la prostitución en particular.
La explicación, desenmascaramiento y el trabajo conjunto de las mujeres sobre el tema, contribuirían, indiscutiblemente, a posibilitar cambios en las prácticas con el dinero.
Referencias bibliográficas
1 I. Stuart Mill, John, y Taylor Mill, Harrlet (1973). La igualdad de los sexos. Madrid: Guadarrama.
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