La cultura a la Universitat de València. Del segle XIX a 1985. José Garcelán Muñoz
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СКАЧАТЬ dels corrents regeneracionistes: «nuestra reconstitución social no necesita de armas, sino de libros; no necesita de ejércitos, sino de lecciones» (Comas, 2002: 260). Jesús Bartrina, secretari de la junta organitzadora de l’extensió universitària, fou l’encarregat d’introduir el projecte el dia de la inauguració de les festivitats del IV Centenari (Comas, 2002: 256):

      Me corresponde romper el silencio en este acto solemne en el que la universidad de Valencia, para glorificar su pasado, abre nuevos horizontes a su porvenir [...]. Fue el Excmo. Sr. rector Manuel Candela a quien se le debió la idea de instaurar en nuestra querida universidad, al lado de la enseñanza reglamentaria [...], otra enseñanza más expansiva, cimentada en el deseo de saber por el saber mismo, cuyas aulas estuviesen abiertas, sin recelos, para todo el mundo, cuyos estudios no tuviesen más limitaciones que la sabiduría del maestro y las necesidades del discípulo, enseñanza que entre las gentes llegase muy lejos y que en la ciencia rayase muy alto. Alentábale principalmente su amor de hijo a la patria y a la escuela, y en segundo lugar el ejemplo dado por la universidad de Oviedo y muchas universidades extranjeras, en las que aquella democrática institución estaba dando envidiables resultados.

      No obstant això, en Las Provincias es recull que «el impulso dado a la enseñanza universitaria en el año anterior, con motivo de los congresos celebrados para solemnizar el IV centenario de la fundación de nuestra Universidad, murió en flor, pues no se reanudaron los cursos extraordinarios que entonces se habían comenzado para la divulgación científica».4 Aquest projecte va patir molts daltabaixos, i com veurem a continuació va haver de fer front a una forta competència amb la Universidad Popular impulsada per Blasco Ibáñez. Tot i això, la Universitat va continuar sent un punt d’encontre cultural de la ciutat de València, acollint al seu si assemblees, com la Asamblea Pedagógica de Valencia, que se celebrà l’any 1909; conferències, com la del director del Laboratori Químic de l’Ebre, Eduardo Vitoria, que tingué lloc al novembre de 1915; o fins i tot exposicions, com la de pintura i escultura organitzada per la Juventud Artística Valenciana, que es va instal·lar al claustre de la Universitat l’1 de juliol de 1917.5

      En tot cas, la iniciativa de l’extensió universitària, intermitent i sovint descuidada, va progressar uns lustres més tard, com palesa Deleito y Piñuela (Esteban i Lázaro, 1985: 37-45; Gallardo, 2005: 282-297):

      La Extensión Universitaria establecida aquí por iniciativas particulares, no siempre de la Universidad, diferentes veces en los últimos veinte años y fracasada todas ellas; resucitada en 1916 por la facultad de Ciencias, sin más recurso que su entusiasmo; parece haberse consolidado en el quinquenio último (1919-1924), y a ello ha contribuido –es de justicia reconocerlo– la subvención que el Estado otorga actualmente a este servicio [...]. La extensión universitaria ha representado una propaganda provechosa. Gentes de todas las clases, que apenas recordaban la Universidad, atraídas por los anuncios de los periódicos, donde se procura dar minuciosamente el programa de conferencias y cursillos, han empezado a habituarse a frecuentar nuestras aulas. Naturalmente, han tenido predilección del público y concurrencia más numerosa las enseñanzas médicas o jurídicas, que cuentan con abundantes profesionales; las de carácter local o actualidad inminente; las disertaciones literarias, sobre todo si cultivan la nota amena y pintoresca, y los discursos de oradores consagrados fuera de aquí. De cualquier modo, nuestros locales han sido insuficientes muchas veces para contener a los espectadores, síntoma halagador, que permite abrigar esperanza en una mayor y próxima compenetración entre la Universidad y el pueblo valenciano.

      Fet i fet, el diari Las Provincias recull la inauguració, el dia 2 de novembre de 1922, del curs de conferències d’extensió universitària de la Facultat de Filosofia i Lletres, amb dues conferències de Rafael Altamira sobre las «Direcciones fundamentales de la Historia de España en el siglo XX».6

      Així mateix, hi ha una altra publicació que dona compte de la gran activitat desenvolupada en aquests anys per la institució valenciana. En el context que Deleito analitzava, també s’impulsà aquesta mena d’anuari que, amb major o menor intensitat, es va mantenir en marxa al llarg de més de cinquanta anys: des de 1920 fins a 1976. Ens referim als Anales de la Universidad de Valencia. El primer número, que comença amb un text de Carlos Riba titulat «Palabras y recuerdos preliminares», apunta que:

      La Universidad de Valencia comienza a publicar periódicamente sus anales en el primer tercio del siglo XX, [encara que] comenzó a dar materia para esta publicación en el último tercio del siglo XV, casi antes del descubrimiento de la imprenta. [...] Mas la imprenta valenciana, nacida a la vez que la Universidad, no pudo recoger entonces ni mucho tiempo después, noticias que nos permitan conocer en fuentes impresas la vida interior y la obra de la enseñanza de nuestra Escuela en los primeros tiempos de su existencia. [...] Es preciso llegar casi a la mitad del siglo XVIII para encontrar un libro que tenga por asunto la historia de esta Universidad. [...] Queremos decir con esto que, a falta de una publicación –y hasta de una preocupación– de carácter informativo de los progresos y de los frutos de la Universidad (que ni en ésta ni en otra alguna aparece antes de nuestros tiempos), sólo la masa de producciones que tengan algún punto de contacto con la existencia de la institución podría decirnos plásticamente lo que ella ha sido y ha significado en la cultura universal de los cuatro siglos precedentes.7

      Aquesta publicació, com indica el text que acabem de citar, tenia com a objectiu inicial establir una mena de recull de tot allò que s’organitzava en la institució en cada curs: conferències, tesis doctorals i totes les activitats culturals i intel·lectuals que es desenvolupaven al seu si, així com també dades estadístiques de la vida corporativa de la Universitat i de les seues facultats. En les seues pàgines es pot trobar informació sobre els dies, les aules, els temes i els ponents de totes les presentacions i actes que es feien. El gruix i l’exhaustivitat dels volums demostren que la Universitat, durant la dècada dels vint, va esdevenir un espai de gran producció cultural i científica.

      El 1921, per exemple, els Anales publiquen uns «Extractos de los cursos breves y conferencias de la extensión universitaria promovida en la facultad de derecho». Alguns dels conferenciants foren Augusto Villalonga, amb «Bienes propios y comunes de los pueblos. Consideraciones históricas y doctrinales acerca de los mismos»; Enrique de Benito, amb «Las orientaciones modernas del derecho penal»; Lorenzo Gallardo y González, sobre «Formalismo Procesal (Civil)»; Manuel Cabrera, que feu una «Crítica de la Ciencia de las Religiones», i Luis Jordana de Pozas: «La función de la Universidad en materia de Previsión Social».

      4. LA UNIVERSITAT POPULAR

      És en el context de principi de segle, amb els primers batecs de l’extensió universitària que hem analitzat, quan apareix el projecte de creació de la Universitat Popular. Aquest inici coincideix amb la decadència de l’Ateneo Científico y Literario i la suposada inoperància de l’Extensió Universitària. Vicente Blasco Ibáñez, el seu impulsor, fa pública la iniciativa l’11 de gener de 1903. En realitat, el projecte d’Universitat Popular СКАЧАТЬ