Foucault. Manuel Mauer
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Foucault - Manuel Mauer страница 9

Название: Foucault

Автор: Manuel Mauer

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия:

isbn: 9789505568017

isbn:

СКАЧАТЬ el proyecto de una historia de los discursos que no los considere como mera descripción superficial de elecciones conscientes o como expresión ideológica de una práctica social primera, es decir, como mera traducción verbal de algo anterior al discurso mismo –sean actividades espirituales o materiales–. Lo que intentó, dirá Foucault, fue más bien pensar el discurso como una existencia, como un acontecimiento, como una práctica, que tiene sus propias reglas de formación (reglas de formación de objetos, enunciados, de conceptos) y su historicidad. La aclaración no es menor: en el plano de la práctica, discursos teóricos y elecciones políticas se encuentran y se entrelazan. No se trataría ya de buscar una experiencia fundamental anterior al discurso (como parece haberlo intentado por momentos en su obra de 1961) ni una disposición anónima y primordial de los saberes (como parece querer hacerlo en su trabajo de 1966). Foucault redefine ahora su trabajo como un estudio histórico de las reglas de formación inmanentes de los discursos de saber entendidos como prácticas reguladas, entre el trascendental kantiano totalmente ajeno a las prácticas sociales y la ideología marxista que se reduce a ellas. Buscará así evitar una lectura estructuralista o trascendental de su obra anterior, sin caer en un materialismo burdo. Como apunta Frédéric Gros, lejos de negar la historia, al considerar el discurso en su materialidad, en su dimensión de práctica y de acontecimiento, Foucault buscará politizar el archivo. (21) Y toda su obra venidera lo atestigua, ya que el foco estará puesto, precisamente, en esas prácticas no discursivas (las relaciones de poder y sus dispositivos), tratando siempre de esclarecer esa relación compleja, bidireccional, sin anterioridad lógica, cronológica ni ontológica entre lo discursivo y lo no discursivo.

      1- Las siglas utilizadas en las citas de Foucault que aparecen tanto en el ESTUDIO PRELIMINAR como en la SELECCIÓN DE TEXTOS remiten a las obras mencionadas en la BIBLIOGRAFÍA, sección FUENTES.

      2- Entrevista radiofónica a Michel Foucault, 1 de enero de 1973.

      3- Esa doble condición del hombre en la modernidad como fundamento de todo saber (sub-jectum) y, en tanto tal, objeto predilecto de los saberes positivos es lo que Foucault llamará “antropología” o, más precisamente, “círculo antropológico”, en la medida en que, según intenta mostrar, el saber moderno oscilará indefinidamente entre ambos polos (el polo-sujeto y el polo-objeto del hombre).

      4- En rigor, al momento de publicar su tesis, Foucault contaba ya con dos publicaciones; en particular, “Introducción a Binswanger” y Enfermedad mental y personalidad, ambos de 1954. Volveremos sobre estos primeros trabajos en la tercera parte de este estudio.

      5- Se trata, sin dudas, de una tensión que atraviesa toda la obra de 1961, como bien lo revela el magistral libro de Mathieu Potte-Bonneville, Michel Foucault y la inquietud de la historia (2004): ¿la locura, en sus diversos avatares, es un efecto de los dispositivos (su adentro) o remite, por el contrario, a una experiencia originaria e indomable (a un afuera)? Es elocuente, en este sentido, la supresión del prefacio a la primera edición de Historia de la locura, al momento de su reedición, una década más tarde, ya que ese texto sí evocaba de manera explícita la idea de una experiencia originaria de la locura. ¿Es esta idea de una locura fundamental una herencia fenomenológica de la que Foucault intentará deshacerse poco a poco? En todo caso, está claro que esa idea de una experiencia originaria, ahistórica, tenderá a disolverse en sus próximos trabajos. Lo que quedará es, tal vez, la idea de algo que siempre escapa al dispositivo, de un afuera indómito que impide que aquel se cierre sobre sí mismo.

      6- Ese cuestionamiento epistemológico encierra también un cuestionamiento ético. Foucault se empeñará en demostrar que, lejos de implicar una liberación o emancipación de los locos, la psiquiatría moderna supone más bien un nuevo tipo de encierro: ya no el confinamiento entre los muros del hospital, sino la sujeción a la verdad del propio deseo, cuyo develamiento sería, además, monopolio del médico psiquiatra.

      7- Fundada por Edmund Husserl en la Alemania de comienzos del siglo XX, y prolongada luego por Martin Heidegger en la década del 20, la fenomenología encontró un eco importante en Francia de la mano de, entre otros, Sartre y Merleau-Ponty. Ambos intentaron, cada uno a su manera, una extraña cruza de esa tradición con el marxismo (o, más precisamente, con el hegelianismo de Alexandre Kojève), que los llevó a imprimirle a la fenomenología un giro fuertemente existencialista.

      8- Contra el escepticismo empirista y el dogmatismo racionalista, Kant buscaba las condiciones de posibilidad de la experiencia y sus objetos no en las cosas tal como son en sí mismas (como lo pretendían hacerlo, a su entender, tanto los empiristas como los racionalistas dogmáticos), sino en el sujeto de esa experiencia, al que Kant llamará sujeto trascendental (para dejar bien en claro que se trata de una estructura universal y no del sujeto entendido como singularidad).

      9- En ese sentido, dirá Foucault, la filosofía kantiana a un tiempo expresa y contribuye a consolidar la revolución que se da, hacia finales del siglo XVIII, en torno al sentido de la finitud, en todo el arco del saber occidental, desde la medicina y la psiquiatría hasta la literatura, pasando por la filosofía: si para el pensamiento clásico la finitud no era más que la negación de lo infinito, el pensamiento que se forma a finales del siglo XVIII atribuirá a la finitud, paradójicamente, poderes positivos. La estructura antropológica que aparece en ese momento jugará, a la vez, el rol crítico de límite y el rol fundador del origen. La fenomenología es la gran heredera de esa resignificación del sentido de la finitud.

      10- Las ciencias humanas, por su parte, se encontrarían como en suspenso entre esos dos polos: intentando relacionar los elementos positivos de las ciencias económicas, sociológicas y lingüísticas a la finitud que los sostiene o los produce (el hombre), y operando esa relación en el viejo elemento, medular en la episteme de la época clásica, de la representación. De ahí, según sostiene Foucault en Las palabras y las cosas, su inconsistencia epistemológica.

      11- Potte-Bonneville (2010).

      12- Foucault era una máquina de leer: “hay que leerlo todo”, sostenía, y predicaba con el ejemplo, encerrado en la Biblioteca Nacional de Francia de sol a sol.

      13- Véase, por ejemplo, Merleau-Ponty (٢٠٠١: ٦٩).

      14- Encontramos un claro ejemplo de esto en las Meditaciones metafísicas de Descartes, donde el edificio del conocimiento se asienta, no sobre la evidencia del cogito, sino sobre la idea de Dios que lo funda en última instancia.

      15- “Por la locura que la interrumpe, una obra abre un vacío, un tiempo de silencio, una pregunta sin respuesta, provoca un desgarramiento sin reconciliación en el que el mundo es obligado a interrogarse” (HF: 556), escribía Foucault en su tesis de 1961, y añadía que si la locura constituye el instante último de la obra, “inaugura también el tiempo de su verdad” СКАЧАТЬ