Los estudios organizacionales en Colombia. Mauricio Sanabria
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СКАЧАТЬ i) falta de formación en un idioma diferente al español, ii) aumento de publicaciones en revistas foráneas sin análisis del contexto local, iii) enfoque en la producción funcional y iv) posición conservadora de las escuelas de administración que tienden a orientar y transformar las “maestrías en ciencias” y los doctorados hacia perspectivas funcionalistas, al modificar los avances en la comprensión de lo organizacional. Todo ello refleja una mercantilización de la educación en el ámbito nacional y un posicionamiento mercantil respecto a los programas y la formación profesional.

      En Colombia hay una incipiente comunidad académica en el estudio de las organizaciones. Se carece de una mirada en conjunto para este campo, de la crítica y del cuestionamiento (E7, 20 de septiembre de 2018). Por consiguiente, se considera que la ausencia de redes académicas, es decir, que las investigaciones se realicen de manera individual, bien por instituciones o personas, ha implicado que muchos estudios sobre las organizaciones (provenientes algunos, incluso, de escuelas o facultades diferentes a las de administración) se queden en el interior de las instituciones, no sean reconocidos por las comunidades académicas y no generen diálogo, disertación y crítica con otras universidades y otros investigadores.

      Aunado a lo anterior, se presentan consideraciones y cuestionamientos a los críticos de las organizaciones. Al respecto, uno de los entrevistados plantea que aquellos que se inscriben en los estudios organizacionales e indican que son de perspectiva crítica y no funcional, tienen un tono de denuncia poco propositivo (E8, 28 de septiembre de 2018). Al respecto, este entrevistado plantea que hay que estudiar una integración entre dicho tipo de estudio y la administración, es decir, entre lo comprensivo y lo funcional. La clave podría ser la diversidad de paradigmas, tanto para el estudio de las organizaciones como para el estudio de la administración, porque es necesario formar gerentes, dirigentes y administradores que, además, conozcan los fenómenos que acontecen en y alrededor de las organizaciones.

      Este apartado permite discutir las proyecciones que tendría el estudio de las organizaciones en el ámbito nacional. En ese sentido, se configura una agenda de desarrollo a futuro, no con el ánimo de prescribir o dilucidar fehacientemente el progreso de este campo de conocimiento, sino tan solo de proponer, a partir de la indagación realizada, los alcances, los planes y los retos que se avecinan en el país y, con ello, las posibilidades de investigaciones y trabajos conjuntos que se pudieran elaborar.

      El estudio de las organizaciones en Colombia ha estado ligado entrañablemente al ámbito administrativo y ellas también han sido examinadas arduamente por diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanas. En sus inicios, no existió diferenciación alguna entre el estudio de la administración y el estudio de las organizaciones. Y, en efecto, bien se podría afirmar que uno de los alcances o logros obtenidos en el estudio de las organizaciones es la división que se viene forjando entre ambos campos de saberes. Tal situación permite identificar y analizar tanto la gestión como el tipo de organizaciones que hay en el país y los sucesos sociales que emergen y se desarrollan en su interior. En otras palabras, diferenciando lo referido a la gestión y las acciones que propenden por la eficacia y la productividad del estudio de las organizaciones como tal. Así, es posible encontrar en la actualidad una demarcación entre ambos campos, reconocida y aceptada, a pesar de que, en muchas instituciones y programas académicos, se traslape y se asuma como impropia tal división.

      Adicional a lo anterior, surge un asunto importante, aunque procedimental: en Colombia, a diferencia de otras latitudes, casi la totalidad de las revistas de difusión exigen clasificar los artículos bajo los parámetros desarrollados por el Journal of Economic Literature (JEL), como método estándar para tipificar literatura académica en el campo de la economía. En ese sistema no existe la posibilidad de clasificar una producción académica que tenga como objeto de estudio la organización, como tampoco aspectos sociales que propicien su investigación, como el poder, la cultura, el género, etc. Este es un ejemplo de cómo lo administrativo no se desliga aún de lo organizacional, al menos formalmente.

      No obstante, el auge de los doctorados en Colombia tiene también un alcance sustancial. Tal acontecimiento permitirá, irremediablemente, ahondar en el estudio de las organizaciones, independientemente de la postura ontológica y epistemológica que se tenga sobre el objeto de estudio. En ese sentido, habrá más investigaciones empíricas sobre organizaciones colombianas, en espera de un crecimiento en el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, lo que permitirá ampliar el conocimiento sobre la realidad organizacional en el país, ya que, hasta ahora, se ha concentrado en el estudio de las grandes organizaciones. Aún queda la deuda de una mayor investigación sobre otros tipos, como las públicas y las del tercer sector de la economía solidaria.

      A pesar de este auge, es preciso anotar que la aproximación crítica en cuanto a la disciplina administrativa y al estudio de las organizaciones, que fuera considerada relevante y diferenciadora en su momento, ha ido cediendo terreno. Es así como lo que era un aspecto característico y motivo de divulgación comienza a perder importancia frente a los aspectos más funcionales y las aproximaciones más positivistas de las prácticas administrativas y del estudio de las organizaciones. Ergo, habría que reflexionar si el tema de lo crítico, asociado a los estudios organizacionales, al menos en Colombia, es un asunto de moda, que últimamente comienza a perder influencia.

      Un logro más se ha alcanzado con notables avances en publicaciones. Al respecto, es preciso rescatar dos cuestiones: por un lado, el tema de las ediciones referidas propiamente al estudio de las organizaciones, o lo que, en el argot, se conoce como lo organizacional, es decir, el énfasis en el estudio de las dinámicas sociales al interior de las organizaciones, que tiene como propósito dar cuenta de la organización estudiada; por otro lado, las publicaciones –artículos, capítulos de libro o libros– que se han realizado desde una perspectiva crítica, como proceso autorreflexivo, de incumbencia propiamente organizacional y, al tiempo, también de las prácticas administrativas.

      Por último, y por ello no menos importante, está la creación de las redes académicas en torno a la administración y las organizaciones. Valga aquí rescatar la Red de Estudios Organizacionales Colombiana (REOC) que, a diferencia de otras redes, está conformada con una clara delimitación hacia las prácticas administrativas y las organizaciones, desde una mirada crítica y pluridisciplinar, a la vez. Esta, por su conformación y surgimiento, congrega académicos de diferentes disciplinas y tiene un alcance nacional.

      En el contexto descrito, es posible afirmar que el estudio de las organizaciones en Colombia se encamina hacia una madurez teórica. Se debe, en gran medida, al fortalecimiento de los doctorados y de los grupos de investigación; al establecimiento y consolidación de las redes académicas existentes y al desarrollo estimulado también por los mismos procesos de acreditación nacional e internacional en que se encuentran muchas universidades. Sin embargo, el camino no está exento de cierta lucha o tensiones por parte de programas, redes, investigadores y de las mismas instituciones educativas por apropiarse, al menos denominativamente, del reconocimiento y defensa, a su vez, de posturas propias o desarrollos innovadores en el estudio de las organizaciones. Situación que ayudará a consolidar este campo, como una alternativa diferente al mainstream propio de la administración clásica. La existencia del disenso y la exigencia por defender cierta adjudicación de lo que se entiende por estudios de la organización terminarán por consolidar una identidad particular en la medida en que las redes y el espíritu académico así lo permitan.

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