El corazón de la pastoral. Fernando Cordero Morales
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Название: El corazón de la pastoral

Автор: Fernando Cordero Morales

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788428835077

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СКАЧАТЬ bien, lo que nos aleja de Jesús y de nuestros hermanos. Una de las cosas por las que podemos arrepentirnos es por nuestro orgullo. Cuando solo nosotros queremos ser los protagonistas, nos creemos el centro de todo, los importantes y no tenemos en cuenta a los demás.

      Estamos atentos a la oración colecta, que es la primera que se hace en la eucaristía. Imaginemos que podemos juntar, recolectar, buscar y hacer un ramo con todas nuestras necesidades y también las de los demás. Ese «ramo de flores» con lo que hay en nuestro corazón y en el de nuestros hermanos es lo que recoge el sacerdote en nombre de todos los que celebramos la eucaristía y se lo presenta a Dios Padre. Es tan importante que estamos de pie, en silencio, para que nuestra oración se junte con la de los demás desde el corazón y la elevemos así al Padre.

      En una fiesta, uno habla con sus amigos y también los escucha. Eso sucede cuando se proclama la Palabra de Dios: oímos lo que Dios nos quiere decir. Sobre dos mesas gira la celebración de la eucaristía: la mesa de la Palabra y la mesa propiamente eucarística. La mesa de la Palabra nos convoca a la escucha atenta de la primera lectura, que los domingos está tomada normalmente de algún libro del Antiguo Testamento, donde se nos cuenta la relación de Dios con su pueblo escogido. Luego el salmo responsorial y alguna carta del Nuevo Testamento normalmente. A través de la escucha de la Palabra nos sorprendemos por lo que Dios desea comunicarnos. La mesa de la Palabra tiene un «plato fuerte»: el evangelio, el más destacado de esta mesa. Cuando escuchamos en comunidad la Palabra, adquiere un valor especial, ya que la fuerza del Espíritu la hace penetrar en nuestros corazones para que la hagamos vida.

      En las fiestas de cumpleaños hay un momento en que se dan los regalos. En la eucaristía damos lo que tenemos: el pan y el vino que Jesús transformará en su Cuerpo y su Sangre. En la consagración, con las palabras y gestos que hace el sacerdote, vivimos un momento muy importante de la eucaristía, con silencio, en oración y unión de corazones. Se renueva la entrega del mismo Cristo en la última cena, cuando con el pan y el vino ofreció su Cuerpo y Sangre y se lo dio a los apóstoles. Y les encargó conmemorar ese momento tan especial. Estas palabras, con la acción del Espíritu Santo, son el punto más destacado de la misa. No son la narración de un hecho del pasado sin más. Jesucristo mismo, con sus gestos y palabras, hace realmente presente su paso de la muerte a la resurrección.

      Y uno de los momentos más esperados en el cumpleaños es la tarta. En la eucaristía, este momento es cuando comemos el pan del Señor. El pan del Señor no es pan de panadería. Es un pan que nos da la Vida. «Yo soy el pan de vida» (Jn 6,35). En el momento de la comunión nos acercamos a participar del banquete de la mesa del Señor. Él mismo se nos entrega como comida que sacia, que nos quita el hambre, que nos hace alimentarnos de su propio Cuerpo, del alimento de su vida. Jesús se nos da para estar más íntimamente con nosotros y convertirse en nuestro impulso y fortaleza. Son momentos especiales de intimidad y de gratitud. Nos sentimos satisfechos de recibir al que lo entrega todo por nosotros, por amor.

      Antes de irnos le damos un beso a la mamá de nuestro amigo. Pues en la misa, antes de terminar, rezamos a la Virgen María, la madre de Jesús y nuestra madre. Somos enviados a llevar a los que nos rodean esta eucaristía que hemos celebrado en comunidad.

      Momento «Rey león»

      En el sacramento del bautismo les pido a los padres, días antes de la celebración, que preparen una oración de presentación de su hijo o hija a la comunidad cristiana para el inicio del rito. Algunos hacen unas oraciones preciosas, sentidas y llenas de contenido. Recuerdo la de los padres de Sara, cuya mamá tuvo problemas durante el embarazo. Todo cambió cuando la pequeña estuvo entre sus brazos:

      Señor, aquí tienes a nuestra hija Sara.

      Después de una larga espera,

      sentimos que es lo mejor que tenemos

      y que es el regalo más bonito que hemos recibido de ti.

      Nos la has dado para que la amemos con el mismo amor

      con que nos sentimos amados por ti.

      Vivir será para nosotros amar a esta hija,

      manera concreta de hacer vida el mandamiento nuevo.

      Haz que ella responda también a tu amor

      y a nuestro amor, amando al estilo de tu corazón.

      Tú, Señor, lo eres todo para nosotros,

      cuida de nuestra familia

      y de nuestra pequeña siempre. Amén.

      Hace unos años, unos amigos, Rocío y Salvi, me pidieron que bautizase a su segunda hija, Celia. Me comentaron que les encantaría que, después del bautismo y la unción con el santo crisma, hiciera una presentación a la asamblea, como al inicio de la película El rey león. Los vi con tantas ganas que me fui luego a ver la escena. Hago un pequeño resumen y subrayo algunas relaciones con la Biblia.

      Desde todos los lugares vienen animales de diferentes especies a reconocer como rey a Simba. Nos recuerda este pasaje: «¡Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio cuando llega el peligro! Acudirán a ti los gentiles de los confines de la tierra, y dirán: “Nuestros padres nos legaron la mentira, la vaciedad, pues son cosa inútil”» (Jr 16,19).

      Una vez concentrados los animales en el mismo lugar, donde nace el pequeño rey león, se procede al ritual para consagrarlo rey, que es el mismo que aparece en el Antiguo Testamento: «Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del señor vino sobre David desde aquel día en adelante» (1 Sam 16,13).

      Tras ser consagrado rey, el mono, que hace de sumo sacerdote, lo presenta ante todos los animales allí congregados. Hallamos aquí dos referencias bíblicas. Primera, al bautismo de Jesús: «Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”» (Mt 3,16-17). El momento en que se abre el cielo es aquel en el que Dios Padre reconoce a Jesús como Hijo. Paralelamente, el cielo se abre también cuando Simba es elevado a lo alto. A continuación, se arrodillan todos los animales ante él: «Póstrense ante él todos los reyes y sírvanle todos los pueblos» (Sal 72,11).

      En fin, que Celia tuvo su «momento Rey león», donde la comunidad de la parroquia de San Pablo, de Jerez, acogió con gran cariño a la pequeña, que hoy adolescente sigue saboreando las aguas bautismales con las que un día nació a la vida de la fe.

      Ponerse en los zapatos del otro

      En la Exhortación pastoral Amoris laetitia, el papa Francisco propone que se ofrezca a los novios la posibilidad de preparar el matrimonio a través de los elementos necesarios para recibir el sacramento, que lleve a iniciar la vida familiar con solidez, recalcando los valores del matrimonio, la comunidad de fe, la importancia del amor en la construcción de una familia. De ahí que nos fijemos en tres tiempos:

      – Preparación remota. Se parte de la experiencia de cómo ha calado en cada uno los valores del matrimonio vividos en la propia familia, sobre todo cómo han vivido la experiencia del amor. Señala el papa: «Probablemente, quienes llegan mejor preparados al casamiento son quienes han aprendido de sus propios padres lo que es un matrimonio cristiano, donde ambos se han elegido sin condiciones y siguen renovando esa decisión».

      Se ha de tener presente también la situación СКАЧАТЬ