Tu vida tu mejor negocio. Salvador Alva
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Название: Tu vida tu mejor negocio

Автор: Salvador Alva

Издательство: Bookwire

Жанр: Изобразительное искусство, фотография

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isbn: 9788483565773

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СКАЧАТЬ una meta reservada para un pequeño grupo de personas. Durante la comida no encontraba la forma de mencionar este acontecimiento, hasta que lo hizo mediante una pregunta a otro de los comensales. A mí me dio la impresión de que ya conocía la respuesta.

      −Oye, Juan, ¿qué avión tienes? −La respuesta fue inmediata.

      −Un Lear Jet.– El otro replicó.

      −No seas ridículo. Esos avioncitos son tan pequeños que tienes que entrar como si fueras un ratón. Te invito a que te subas a un Grumman que, por cierto, acabo de comprar. Estoy seguro de que cuando lo veas no querrás volver a volar en un Lear Jet.

      He tenido la oportunidad de escuchar muchas conversaciones como esta. Lo único que puedo decir es que denotan un gran vacío, una gran insatisfacción y una falta de sentido de propósito.

      También he observado que los mayores niveles de insatisfacción están directamente relacionados con un alto nivel económico o profesional. El siguiente ejemplo de otra conversación les dará una idea de lo que estoy hablando.

      Durante una cena con un ejecutivo de una multinacional que reportaba al presidente de la compañía, me comentó su gran malestar porque el bono anual que había recibido (independiente de su salario y sus incentivos a largo plazo) fue solo de un millón de dólares. Me costaba trabajo entender por qué en lugar de gratitud sentía tanto descontento. La razón era que a su jefe, al que no le tenía gran respeto y consideraba que no trabajaba tanto como él, le otorgaron un bono de cuatro millones.

      La conclusión es obvia. Todo es relativo y la teoría de Maslow sobre nuestra vida orientada a cubrir déficits queda comprobada. Nunca habrá dinero suficiente para adquirir todo lo que podemos llegar a desear. No hay límites sobre lo que podemos adquirir y la oferta de todo aquello que nos hará seres más plenos y felices es infinita. Lo más escaso será lo más buscado y lo que más desearé tener. Actualmente, un cuadro de Vincent van Gogh se vende en 150 millones de dólares; sin embargo, el pintor vivió en la miseria. Hay mujeres que compran diamantes de varios quilates en millones de dólares, cuando esas mismas piedras pueden ser imitadas a la perfección por cien dólares y solo un experto podría diferenciarlas.

      En contraste, veamos un caso en el nivel más bajo de la escala socioeconómica: trabajadores cuyos salarios son 200 veces inferior a los de un alto ejecutivo. Muchos de ellos, con más de veinte años de antigüedad, muestran gratitud y cariño a la empresa que les dio la oportunidad de mantener a su familia. Generalmente, el número de quejas o molestias que tienen sobre la compañía es menor que las de un ejecutivo. Son ellos los que forman y transmiten la cultura de la organización. Cuando aparecen empleados quejosos, los nuevos les ayudan dándoles una óptica positiva y usando su ejemplo personal para mostrar lo buena que ha sido la firma. El valor de estos trabajadores es inmenso, pero muchas veces no lo percibimos y no reconocemos su lealtad.

      La felicidad no es una competencia olímpica para tener más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer más cosas. En abril de 2007 leí un artículo sobre un estudio del cerebro humano realizado por la Universidad de Wisconsin. A través de la conexión de 256 sensores a los cerebros de un grupo de personas se podía detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y decenas de sensaciones diferentes. Llegaron a la conclusión de que el monje budista Matthieu Ricard era el hombre más feliz de la tierra.

      Los científicos clasificaron los resultados en niveles que iban de 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Ricard logró -0.45, rebasó los límites previstos en el estudio y superó todos los registros anteriores.

      El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en contemplación y carece de bienes materiales es capaz de alcanzar dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en buscar un trabajo y un puesto mejor, un coche más grande o una pareja más atractiva?

      Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente está en constante evolución y, por lo tanto, es moldeable.

      Los científicos han logrado comprobar que en la corteza cerebral izquierda se encuentran las sensaciones placenteras, mientras que en el lado derecho están las que causan depresión, ansiedad o miedo. La relación entre el lado izquierdo y derecho del cerebro puede ser medida y nos sirve para representar el temperamento de una persona.

      Durante las resonancias magnéticas, Ricard mostró una actividad inusual en el lado izquierdo. No es de extrañar que, durante los estudios realizados por Davidson, los mayores registros de felicidad fueran detectados en monjes budistas que practican diariamente la meditación.

      Ricard ha escrito varios libros y todas las ganancias de las ventas son donadas a obras de caridad. Él lo explica por la capacidad de los religiosos de explotar esa plasticidad cerebral para alejar los pensamientos negativos y concentrarse solo en los positivos. La felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y alcanzar definitivamente, sin condiciones ni ayudas económicas.

      Ricard explica que no se trata de decidir ver la vida color de rosa de un día para otro, sino de trabajar sistemáticamente en debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos fortalecido al creernos víctimas del pasado, de nuestros padres o del entorno; y, en paralelo, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absoluta y directamente responsables de nuestra propia felicidad. Ricard admite que su camino no es más que uno entre muchos; pero advierte que ser feliz sucede siempre al dejar de culpar a los demás de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia mente (Matthieu Ricard, 2005).

      Al final, estos resultados no nos dicen nada nuevo; solo nos confirman que la felicidad es un asunto de nuestro interior y de los pensamientos que generemos.

      Tres frases célebres de personalidades distintas llegan a la misma conclusión.

      La felicidad no depende de nada ni de nadie externo a la persona.

      Buda

      La clave para ser feliz mora en el interior de cada quien.

      Jesús

      La felicidad es un hábito o el resultado de varios hábitos.

      Aristóteles

      Y por si aún nos quedase alguna duda, veamos dos casos más. El primero se refiere a lo que piensa uno de los hombres más ricos del mundo, alguien que ha logrado cifras patrimoniales difíciles de describir y asimilar para cualquier ser humano: Carlos Slim. En noviembre de 2002, leí en la revista Poder un artículo llamado «Hombres de éxito» en el que la única pregunta que se le hacía era qué suponía el éxito para él, a lo que respondía textualmente: «Yo creo que el éxito no está en lo económico. Una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente, o saca 10 en la escuela. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia, los amigos; apreciar las cosas que tienen valor verdadero».

      En el libro Carlos Slim, retrato inédito se recoge un discurso que dio el 25 de agosto de 1996 ante jóvenes universitarios y del cual destaco algunos párrafos.

      El éxito […] es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad. […] La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma: la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza y que son venenos СКАЧАТЬ