Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff
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СКАЧАТЬ href="#ulink_af60615f-1a66-555d-ba05-00ee42e91dff">3.3). La intensidad del ejercicio se define como un nivel de actividad muscular que se cuantifica en términos de producción de potencia (trabajo realizado por unidad de tiempo) (99). Actividades como el entrenamiento resistido, que se practican con una elevada producción de potencia, requieren un ritmo rápido de aporte de energía y dependen casi exclusivamente de la energía proporcionada por el sistema del fosfágeno. Las actividades de baja intensidad y larga duración, como correr un maratón, precisan un aporte prolongado de energía y dependen sobre todo de la energía suministrada por el sistema oxidativo. La fuente principal de energía para las actividades a ambos extremos del espectro varía dependiendo de la intensidad y duración de la prueba (tabla 3.2). En general, las actividades cortas de alta intensidad (p. ej., esprines y entrenamiento resistido de alta intensidad) dependen en gran medida del sistema de energía del fosfágeno y de la glucólisis rápida. A medida que disminuye la intensidad y aumenta la duración, se tiende gradualmente a la glucólisis lenta y el sistema oxidativo de energía (45, 129).

Duración de la actividad Intensidad de la actividad Sistema de energía primario
0-6 s Extremadamente alta Fosfágeno
6-30 s Muy alta Fosfágeno y glucólisis rápida
30 s a 2 min Alta Glucólisis rápida
2-3 min Moderada Glucólisis rápida y sistema oxidativo
>3 min Baja Sistema oxidativo

      Las relaciones entre duración, intensidad y sistemas primarios de energía usados asumen que el atleta se esfuerza por lograr el mejor rendimiento posible en una actividad.

Síntesis Índice de producción de ATP Capacidad de producción de ATP
Fosfágeno 1 5
Glucólisis rápida 2 4
Glucólisis lenta 3 3
Oxidación de hidratos de carbono 4 2
Oxidación de grasas y proteínas 5 1

      Nota: 1 = más rápido/máximo; 5 = más lento/mínimo.

       En general existe una relación inversa entre el índice de producción máxima de ATP (el ATP producido por unidad de tiempo) de un sistema de energía y su capacidad (el total de ATP producido en el tiempo). El sistema del fosfágeno es capaz de alcanzar el nivel más alto de producción de ATP, mientras que la oxidación de grasas es el que presenta la máxima capacidad de producción de ATP. Por tanto, el sistema de energía del fosfágeno suministra principalmente ATP para actividades de alta intensidad y corta duración (p. ej., esprín de 100 m), el sistema glucolítico para actividades de intensidad moderada a alta y duración corta o media (p. ej., los 400 metros lisos) y el sistema oxidativo para actividades de baja intensidad y larga duración (p. ej., un maratón).

      La duración de la actividad también influye en el sistema de energía utilizado. La duración de los eventos deportivos varía entre 1 y 3 segundos (p. ej., la arrancada en halterofilia y los lanzamientos de peso) hasta más de 4 horas (p. ej., triatlones de fondo y ultramaratones). Si un atleta hace un esfuerzo excepcional (un esfuerzo con el que obtiene su mejor marca en una modalidad deportiva), la atención prestada a la duración en la tabla 3.2 es razonable (48, 78, 124, 144, 147).

      En ningún momento, durante el ejercicio o el reposo, ningún sistema de energía por sí solo aporta toda la energía. Durante el ejercicio, el grado de contribución energética de los sistemas oxidativo y anaeróbico está determinado principalmente por la intensidad del ejercicio y, en segundo lugar, por la duración del ejercicio (22, 45, 48).

       El grado en que los tres sistemas de energía contribuyen a la producción de ATP depende sobre todo de la intensidad de la actividad muscular y, después, de la duración. En ningún momento durante el ejercicio o el descanso un solo sistema de energía aporta toda la energía.

      Los sustratos de energía —las moléculas que suministran el material inicial para las reacciones bioenergéticas, entre otros fosfágenos (ATP y CP), glucosa, glucógeno, lactosa, ácidos grasos libres y aminoácidos— se agotan de manera selectiva durante actividades de distintas intensidades y duraciones. Con posterioridad, la energía producida por los sistemas bioenergéticos se reduce. El cansancio experimentado en muchas actividades se asocia frecuentemente con la depleción de los fosfágenos (66, 87) y el glucógeno (21, 78, 90, 131); la depleción de sustratos como ácidos grasos libres, lactato y aminoácidos no suele ocurrir hasta el punto de que el rendimiento se resienta. Por consiguiente, los patrones de depleción y repleción de los fosfágenos y el glucógeno tras una actividad física son importantes en la bioenergética del deporte y el ejercicio.

       Fosfágenos

      El cansancio durante el ejercicio parece estar al menos parcialmente relacionado con una disminución de los fosfágenos (ATP y CP). Las concentraciones de fosfágeno en el músculo se agotan más rápidamente con un ejercicio anaeróbico de alta intensidad que con un ejercicio aeróbico (66, 87). La fosfocreatina puede disminuir acusadamente (50-70%) durante la primera fase de un ejercicio de alta intensidad y duración corta a moderada (5-30 segundos), y puede estar casi agotada por completo debido a un ejercicio muy intenso hasta el agotamiento (84, 91, 96, 108). Las contracciones de ATP en los músculos tal vez disminuyan solo ligeramente (34) o hasta un 50-60% (143) de los niveles previos al ejercicio durante experimentos de inducción de cansancio. También hay que reparar en que las acciones dinámicas de los músculos que producen trabajo externo emplean más energía metabólica y suelen agotar los niveles de fosfágeno en mayor grado que las acciones musculares isométricas (18).

      La concentración intramuscular de ATP se mantiene en gran medida durante el ejercicio como consecuencia СКАЧАТЬ