Sin cadenas. Carlos Cuauhtémoc Sánchez
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Название: Sin cadenas

Автор: Carlos Cuauhtémoc Sánchez

Издательство: Bookwire

Жанр: Книги для детей: прочее

Серия: Sangre de campeón

isbn: 9786077627418

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СКАЧАТЬ La ciudad a la que se dirigían, además de frontera era costa, y un fuerte ciclón tomaba forma en el océano.

      Los limpiadores del autobús se movían de un lado a otro para despejar el parabrisas. Con un clima así, se antojaba quedarse en casa recostado frente al televisor comiendo galletas con leche...

      Beky se dirigió a su padre por primera vez en el viaje y le preguntó con voz suave:

      —¿Por qué estamos haciendo esto?

      El hombre se giró para verla con expresión de recóndita desolación.

      —Porque soy un idiota... —respondió.

      —¡Papá! ¡Regresemos! Devuelve lo que tomaste...

      —No puedo. Además de robar, hice otras tonterías. Les falté al respeto a mis jefes. Grité cuando debí permanecer callado y callé cuando tuve que hablar. Discutí tontamente y me hice de muchos enemigos; ahora sólo me resta desaparecer del mapa.

      Los jóvenes movieron la cabeza en señal de desacuerdo y no objetaron más.

      Cerca de las diez de la mañana, después de dos días y dos noches de camino, el autobús arribó a su destino. La estación fronteriza estaba lodosa y con baches llenos de agua.

      Cuando el enorme vehículo terminó de estacionarse siseando por los frenos de aire, ocurrió algo que sustrajo el aliento a los muchachos: El señor Meneses dio un fuerte golpe en la codera de su asiento al mirar por la ventana. Un grupo de policías armados esperaban en el cobertizo la llegada del autobús.

      CONTROL EMOCIONAL: OBSERVA TU “RADAR DE EMOCIONES”

      REPASO DE CONCEPTOS

      01. Todos vivimos como regidos por un radar que detecta nuestras emociones y nos indica si debemos acelerar o frenar.

      02. Las emociones positivas, como la alegría, el entusiasmo y la euforia, nos inducen a acelerar. Las emociones negativas, como el miedo, la vergüenza o la tristeza, nos impulsan a frenar.

      03. Debemos observar el radar de emociones porque puede salvarnos la vida. Por otro lado, no podemos detenernos por completo motivados por las emociones pues comenzaríamos a enloquecer.

      04. Tú eres un campeón. Los campeones avanzan decididos, disminuyen su velocidad cuando perciben una emoción de frenado, y ponen mucha atención para atravesar con éxito las tormentas del camino.

      PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

      01. Haz una lista de quince emociones distintas, ¿son emociones de frenado o aceleración? Clasifícalas.

      02. Las cosas que van sucediendo durante el día te producen emociones. Menciona una que hayas sentido en los últimos días y explica qué mensaje había en ella.

      03. ¿Alguna vez te has sentido mal, sin saber por qué? ¿Descubriste la razón? Relátalo. ¿Qué debemos hacer cuando nos sentimos irritados o tristes sin saber por qué?

      04. Haz un análisis de tu vida y escribe las tres emociones que te han acompañado con mayor frecuencia. ¿Qué significan?

      5 ¿PASIVO, AGRESIVO O ASERTIVO?

      Los pasajeros comenzaron a bajar.

      El señor Meneses se acercó a sus hijos y dijo:

      —Tengo que confesarles algo. La otra noche, en la empresa... —echó un furtivo vistazo alrededor—, abrí la oficina del gerente y robé el dinero de la caja chica...

      Sacó de su bolsa un pequeño fajo de billetes; no eran muchos, pero suficientes para fugarse del país. Owin y Beky escuchaban aterrados.

      —Esos policías... —continuó Waldo Meneses—, tal vez me busquen a mí. Tendremos que separarnos —quitó la liga de los billetes y le dio a los niños la mitad—.Yo puedo escapar si estoy solo. Juntos nos atraparían. Bajen y caminen disimuladamente. Vayan a la plaza central del pueblo, frente a la catedral. Ahí los veré.

      —No... no papá —dijo Owin.

      —Tengo miedo —comentó Beky.

      Al mencionar la palabra miedo, ambos recordaron los apuntes y se dieron cuenta que era una emoción de frenado. ¡Había que detener a su padre en esa loca idea y corregir el rumbo!, pero ¿cuál era el correcto?

      —Las cosas empeorarán —lo aseguró Beky—, es mejor entregar todo y pedir perdón.

      —¡No digas tonterías! Si hago eso me meterán a la cárcel.

      —¡Pero papá, de todas formas...!

      —¡Cállate!

      El señor Meneses temblaba, y por la cara le corrían chorros de sudor.

      —Déjenme. Váyanse ya. ¡Pronto!

      Los muchachos se repartieron el dinero y lo escondieron en el interior de sus zapatos. Tomaron, como único equipaje, la libreta de su madre. Se pusieron de pie y caminaron hacia la salida del autobús. Frente a ellos, una señora obesa intentaba pasar por la puerta con cuatro bolsas de plantas y comida. Varios hombres trataban de ayudarla desde abajo.

      —Si nos da los paquetes, podrá salir mejor.

      —No hace falta. ¡Yo puedo hacerlo!

      Verla en su terca obstinación de cruzar con semejante cargamento por un espacio en el que a duras penas cabía ella sola, era digno de asombro e hilaridad. Cuando al fin pudo dar el último paso, una de sus bolsas de plástico reventó, ella tropezó y un ramillete de verduras se regó por el suelo.

      Mientras policías y mirones ayudaban a la voluminosa mujer a levantarse, los niños aprovecharon para bajar con cautela del autobús y caminar hacia la estación. Se ocultaron detrás de un enorme pilar y observaron a lo lejos. La señora gorda se había incorporado y trataba de atar sus verduras con el plástico de la bolsa rota. Los pasajeros estaban recogiendo sus respectivas maletas.

      Owin y Beky guardaron el aliento y se quedaron quietos. Frente a ellos, en el pilar, había un póster publicitario en el que se invitaba a todos los transeúntes a participar en una convención internacional de comunicación eficaz.

      Owin lo observó y dijo a su hermana:

      —E… esas clases so… son como las que to… tomaba mamá.

       —Owin, no te distraigas. Concéntrate.

      Owin siguió mirando el póster como tratando de evadir su nerviosismo. La publicidad impresa decía:

      ¿ ¿Cómo se comporta usted cuando tiene problemas?

      ¿PASIVAMENTE?: Callado, inhibido, manipulado por otros, enojado en secreto y lleno de rencor.

      ¿AGRESIVAMENTE?: Autoritario, violento, decidido a todo, malhablado, dispuesto a pelear.

      ¿ASERTIVAMENTE?: En el punto medio entre la pasividad y la agresividad. Hablando con franqueza СКАЧАТЬ