Maestros de la música. Nadia Koval
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СКАЧАТЬ en un mito sobre el que los musicólogos trabajan con el mismo interés con el que analizaban el «mito» de Beethoven a través de los estudios de percepción de su música. Los investigadores afirman que estudiar y entender la música de un compositor sin considerar el proceso de formación de su «mitología» es un hecho de gran complejidad. En el caso de Mahler resulta fácil observar que él, como ningún otro compositor, se quedó en el centro de la discusión entre el modernismo y el postmodernismo, y que en su herencia, con un relieve particular, están esbozados los problemas conectados con estas categorías. La música de Mahler se discute en los marcos de distintas temáticas: el progreso, el romanticismo tardío, la «nueva» música, la nostalgia, la vanguardia, el realismo, el idealismo, el arte de la ejecución y la creatividad compositiva. «Dentro de treinta o cuarenta años —decía Mahler—, las sinfonías de Beethoven no se ejecutarán más en los conciertos. En su lugar se ejecutarán las mías». Estas palabras, que habían sido citadas por un crítico de la época de Mahler, nunca se consideraron como una predicción relevante, pero a pesar de todo, la expresión tenía un carácter sumamente mahleriano. Mahler predecía el gran éxito de su música, y si observamos los programas de los conciertos de los últimos años, estará claro que su sueño de vencer a Beethoven se ha realizado.

      La elevación de Mahler como director de orquesta y compositor fue impetuosa y furiosa. Él se sentía marginado como checo en Austria, como austriaco en Alemania y como judío por todo el mundo. Pero, según la confirmación de León Botstein en su artículo de la Guía sobre Mahler, él siempre trataba de ser un verdadero vienés por su fe y también la figura más notable de la política cultural de Viena.

      Mahler era hijo de un comerciante de la pequeña localidad de Kaliště, próxima a la ciudad checa de Humpolec. A los 15 años fue llevado por los padres al Conservatorio de Viena para una audición. El profesor de piano Julius Epstein dijo enseguida: «Él es un músico innato». No obstante, Mahler no pudo ganar el concurso estudiantil de composición. Por eso decidió seguir perfeccionándose en el área de dirección orquestal. Su labor como director de orquesta inició en los teatros provinciales de ópera. Más tarde trabajó en Budapest y Hamburgo. Mucha gente veneraba su desempeño sobre el podio como si fuera una nueva religión. Una vez, luego de que Mahler terminara de dirigir la ópera Don Giovanni de Mozart, Brahms dijo que «nunca había escuchado nada mejor». El puesto del Director General de la Ópera de Viena en el año 1897 fue la recompensa por su éxito. Durante la primavera de 1907 Mahler negociaba su salario con la Metropolitan Opera de Nuevo York. Le ofrecieron el salario más alto jamás recibido por un músico: 75.000 coronas por tres meses de trabajo (en dinero actual, alrededor de 220.000 euros).

      ¿Se preocupaba en vano por el desprecio a su música en aquel entonces? Si observamos la lista de sus estrenos en Viena se puede notar que en la selección de la música contemporánea trataba de promover sus propias obras. Los que trabajaban bajo la dirección de Mahler en la Ópera debían soportar su presumida exigencia, los ataques de ira y los cambios de humor. «Cuando Mahler se encontraba en el podium, podía hacer tal magia con su batuta, que hasta lograba excelentes resultados de los ejecutantes de segundo nivel», decía el dramaturgo principal de la Ópera de Viena. Mahler no soportaba las óperas comunes. Le gustaban los espectáculos que se daban en los grandes festivales como los de Bayreuth, donde se realizaban las irreprochables obras operísticas.

      La mayoría de los que asistían a los estrenos de Mahler, aun los que eran sus partidarios, notaban la furia en sus sinfonías. En la actualidad, cuando en las películas románticas se usan solamente las partes tranquilas de sus obras (como, por ejemplo, el Adagietto de la Quinta Sinfonía en la película Muerte en Venecia de Luchino Visconti), nadie cuestiona las otras cualidades de su música porque no las conocen del todo. Incluso Julius Korngold, uno de los protectores más firmes de Mahler en la prensa, dando su reseña de la Sexta sinfonía, mencionaba su satánica fuerza.

      En la noche del 21 de febrero de 1911, estando en Nueva York y desobedeciendo al consejo de su médico, Mahler dirigió un programa de obras italianas. Fue su último concierto; una infección fatal, en forma de una endocarditis bacteriana subaguda, estaba extendiéndose por todo su cuerpo. Regresó a Viena, donde murió el 18 de mayo de 1911.

      Revista QUID N° 28, junio 2010

      MODEST MÚSORGSKI. La gran estrella fugaz

      Modest Músorgski (1839—1881)

      Modest Músorgski, el gran compositor ruso que produjo un importante impacto sobre la música del siglo XIX, nació el 21 de marzo de 1839. Pertenecía a una familia de la nobleza rusa que supuestamente procedía del primer gobernante de Rutenia, Rúrik, y los príncipes soberanos de Smolensk que le siguieron. Su infancia transcurrió en el pueblo de Karevo, 400 km al sur de San Petersburgo, en la atmósfera de la vida campesina patriarcal. En sus notas biográficas Músorgski resaltaba que «la familiaridad con el espíritu de la vida popular fue el principal impulso en mi labor creativa».

      Su talento musical fue descubierto tempranamente. A los siete años de edad, Modest, bajo la tutoría de su madre, podía tocar algunas obras simples para piano de Franz Liszt y de John Field. Sin embargo, nadie en la familia pensaba seriamente sobre su futuro musical. De acuerdo con la tradición familiar, en 1849, Modest y su hermano mayor Filaret ingresaron al colegio alemán Petrischule en San Petersburgo y luego a la Escuela de Cadetes de Guardia. La formación del joven Músorgski en el entorno militar se llevó a cabo de una manera muy contradictoria: por un lado se destacaba en las materias de ciencia militar, pero por el otro tomaba clases de piano con el reconocido pedagogo Antón Gerke y asistía a los espectáculos de ópera. Los cadetes tenían que hacer guardia en el palacio real, participar en desfiles en la Plaza del Palacio y también realizar el servicio en los hospitales militares. Una vez allí, Músorgski se encontró con Aleksandr Borodín, un médico-químico y un famoso músico aficionado. Borodín describe a Músorgski en sus memorias: «Sus maneras eran agraciadas, aristocráticas. Hablaba tranquilo, intercalando sus palabras con frases en francés, un poco pretenciosas. Su cortesía y sus modales eran extraordinarios».

      Mientras la vida de un cadete de guardia sopesaba a Músorgski, su interés por la música se hacía más profundo y serio. En una oportunidad Modest se encontró con el amigo de Mikhail Glinka, el famoso compositor Aleksandr Dargomyzhski, en cuya casa se reunían varios músicos para interpretar canciones y fragmentos de óperas. En la casa de Dargomyzhski, Músorgski por primera vez pudo percibir la actitud profesional hacia la música y también conocer gente que pensaba seriamente en el desarrollo de la cultura musical en Rusia. El efecto de la música de Dargomyzhski sobre el joven músico fue enorme. Su credo creativo expresado con la frase «quiero expresar las palabras con el sonido correcto», posteriormente se convirtió en el lema propio de Músorgski.

      En 1856, después de su graduación, Músorgski fue nombrado oficial del regimiento Preobrazhensky. Ante él se abría una brillante carrera militar. Sin embargo, el encuentro con los músicos Cesar Cui y Mili Balákirev lo inspiró a elegir otro camino. A pesar de los ruegos de los amigos y de los familiares, dejó el servicio militar. Ese mismo verano, a raíz de la elevada carga emocional por la ruptura con el servicio militar y también por la intensa dedicación a la música, Músorgski sufrió un severo agotamiento nervioso. Por un tiempo ocultó su depresión, apatía, sensibilidad mórbida y las ideas místicas. Un año más tarde escribió a Balákirev: «Últimamente he hecho un esfuerzo para vencer mi enfermedad». Sin embargo, más tarde los brotes del malestar se repitieron.

      En enero de 1860, para gran alegría de Músorgski, fue ejecutado su Scherzo para orquesta en un concierto de la Sociedad Musical Rusa bajo la dirección de Antón Rubinstein. El famoso crítico musical Aleksandr Serov hizo un importante comentario sobre la obra: «Interpretada junto con la música del maestro Meyerbeer, la composición de Músorgski no ha perdido ante ésta, СКАЧАТЬ