Название: Pensamientos y afectos en la obra de Elizabeth Jelin
Автор: Sergio Caggiano
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
isbn: 9788418929151
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El segundo aspecto que caracteriza la obra de Jelin ha sido su obstinado interés por comprender cómo opera el tiempo y las diversas temporalidades en los procesos de transformación social. Tiempo personal y tiempo histórico, biografías y generaciones, curso de vida y acontecimientos históricos; el tiempo afecta lo social de distintos modos y cualquier mirada que reduzca esta complejidad es como una pintura que no hizo uso de la perspectiva, incompleta y simplificadora. De este modo, el efecto del tiempo la motivó a desentrañar estos componentes de cambio social asociados a la pertenencia generacional, los momentos en los ciclos de vida individuales y la exposición a distintos contextos históricos. Para poder aprehender estas dimensiones desarrolló innovaciones metodológicas que permitieron de una manera sistemática abordar esta complejidad: el uso de historias de vida como forma de vincular cambio histórico y tiempo biográfico (Jelin, 1976; Jelin y Balán, 1979; Jelin, Llovet y Ramos, 1999).
Un tercer aspecto clave para comprender las desigualdades de género ha sido la centralidad de la familia y de la unidad doméstica. Sustantivamente el análisis sobre las actividades desarrolladas por mujeres en las unidades domésticas la condujo a problematizar y jerarquizar la mirada sobre una institución que resulta de escaso interés al feminismo: la familia. Familia y unidad doméstica, sus superposiciones y complejidades, su organización y funcionamiento, pasan a tener un lugar destacado ya no exclusivamente desde la etnografía antropológica, sino como materia de indagación sociológica que interpela la estructuración y dinámica de las sociedades capitalistas modernas altamente desiguales. Esta mirada sobre la unidad doméstica rechaza el reduccionismo inherente a la concepción que asocia ámbito doméstico con lo privado (femenino), en contraposición al ámbito público del poder y de la producción social (masculino); proponiendo otra a partir de la cual el mundo de la familia y de la unidad doméstica no puede ser entendido si no se lo pone en relación con el mundo de los servicios, de la legislación, del control social, de los marcos normativos, de las instituciones educativas y de la ideología (Jelin, 1984: 5).
En directa conexión con el anterior, el cuarto aspecto se vincula con el modo de concebir estas imbricaciones entre la familia y los ámbitos públicos de regulación y provisión de políticas de bienestar. Su mirada sobre los vínculos entre legislación, políticas de familia y prácticas rechaza toda unidireccionalidad, proponiendo un enfoque en el que las intervenciones pueden contribuir a moldear las prácticas sociales, como otras en las que, por el contrario, la realidad de las prácticas (familiares) van muy por delante de normativas y de las políticas.34 De este modo desenmascara el poder de las fuerzas conservadoras y de las elites en la concepción y diseño de marcos normativos y de políticas públicas que procuran moldear y regular formas aceptables de vida familiar y de relaciones de género (ideología familista y maternalista), como ha sido tradicionalmente el caso en América Latina. De este modo el Estado aparece como el ámbito de confrontación entre actores sociales y políticos.
Con estos puntos de partida seleccioné algunas de las múltiples contribuciones del pensamiento de Shevy que dan cuenta de nudos críticos presentes en los debates actuales en el campo del género, la familia y las políticas sociales, que son las que se presentan a continuación.
Familias, unidades domésticas y género
La familia ha sido sin duda un tema de reflexión muy relevante a lo largo de la trayectoria académica de Jelin. A través de su estudio, y entendida como locus intermedio de análisis entre los individuos y la estructura social, cuestionó cualquier visión que naturalizara sus funciones, organización y dinámica. En este sentido advirtió que el concepto de familia al que usualmente nos referimos y evocamos es una construcción social y cultural, anclada en procesos históricos y sociales, y por lo tanto heterogénea y cambiante. Cada sociedad elabora formas aceptables e inaceptables a través de las cuales resuelve la reproducción en un sentido más amplio y por ende existe una enorme diversidad en las formas de hacerlo tanto entre sociedades como dentro de una misma sociedad entre grupos y/o clases sociales. La familia se encuentra inmersa en una red de relaciones y sujeta a un conjunto de condicionantes. En sus propias palabras:
Proponemos una aproximación multidimensional a la familia que reclama por una consideración explícita de las condiciones materiales de la reproducción cotidiana y generacional, del sistema social de interacción, de las dimensiones simbólicas y culturales de la familia y el parentesco y de la dimensión política que está involucrada en las relaciones entre la familia y el sistema institucional más vasto. (Jelin, 1991: 10)35
De este modo, la familia conformada por lazos de parentesco es concebida como una institución social que regula, canaliza y confiere significados sociales y culturales a la sexualidad y la procreación. Constituye la base de reclutamiento de la unidad doméstica, en donde se desarrollan las actividades ligadas al mantenimiento cotidiano. Sus relaciones se guían por reglas y pautas sociales preestablecidas y sus comportamientos pueden orientarse por sentimientos de solidaridad, afecto y cuidado mutuo, pero también por cuestiones instrumentales e intereses que pueden derivar en conflictos y violencia.
La articulación entre individuos emparentados al interior de unidades domésticas propuesta por Jelin es compleja y resiste toda consideración esquemática o naturalizada sobre su funcionamiento, rechazando de plano la perspectiva funcionalista. Por otra parte, rompe con una mirada de la época que imprime a las estrategias de sobrevivencia familiares un enfoque unificado de intereses de los miembros, proponiendo otra que indaga sobre las prácticas diferenciadas y contradictorias, tanto dentro como fuera de las unidades domésticas. Por ello, las formas concretas a través de las cuales las unidades domésticas resuelven la reproducción –entendida tanto como reproducción biológica como cotidiana y social– constituyen la materia prima para examinar transformaciones sociales, ideacionales e institucionales.
Apelando a la historia, Jelin abordará las transformaciones en la división sexual del trabajo al interior de las unidades domésticas y los procesos que dan cuenta de la desvalorización de las actividades no remuneradas del hogar, aquellas tradicionalmente a cargo de las mujeres.36 En este recorrido, con su punto de inflexión en la separación física entre la casa y el trabajo, señalará las texturas del proceso que dio lugar al modelo de familia ideal o idealizado, como ella misma reconoce, de la familia nuclear y neolocal, que se impuso por mucho tiempo como el modelo a emular y como la norma de vida familiar: el modelo de familia patriarcal. Este modelo que comienza a resquebrajarse en la segunda mitad del siglo XX pudo sostenerse a fuerza del accionar de instituciones de diversa naturaleza, desde la iglesia hasta los sistemas de bienestar y los marcos regulatorios del mercado de trabajo, basados en arquetipos de trabajadores típicos y de sus familias.
Desde hace varias décadas, un conjunto de fuerzas sociales va a desatarse para poner en cuestión dicho modelo. Con avances y retrocesos, con estancamientos y sorpresas, este proceso de reconocimiento de intereses y derechos propios de las mujeres será producto para Jelin de transformaciones sociales notables. Inicialmente vinculado a la posibilidad del acceso a ingresos y a la expansión de la educación, se abren nuevos horizontes de expectativas personales y de deseos individuales para grupos subordinados a la autoridad patriarcal, hijos, hijas y, más tardíamente, esposas. De este modo se pone en marcha un proceso de afianzamiento de la individuación, clave para entender los notables cambios СКАЧАТЬ